El PP Europeo no garantiza a Von der Leyen su apoyo "si decide seguir" al frente de la Comisión
Weber, líder del EPP, no la confirma, a la espera del congreso de marzo en Bucarest. "Hay mucho y buen banquillo", apuntan el entorno del político bávaro, que desliza el nombre de Metsola, presidenta de la Eurocámara.
30 octubre, 2023 03:23El rumor lleva circulando por Bruselas desde hace un año, pero este fin de semana se ha confirmado: Ursula von der Leyen no tiene el puesto asegurado. Es más, fuentes oficiales del Partido Popular Europeo (EPP) abren incluso la posibilidad de que la presidenta de la Comisión opte por no optar a la reelección, al incluir en esta afirmación la condicionalidad de que la política alemana no tenga el apoyo del partido ni siquiera "si decide" que quiere seguir.
La semana pasada se celebró la cumbre de otoño del Consejo Europeo en Bruselas y, como en todas estas citas, los líderes del EPP se citaron un día antes en la sede popular de la capital belga. Convocados por Manfred Weber, en la sede de la Rue du Commerce, 10 hubo siete jefes de Gobierno, cuatro vicepresidentes de gobiernos de coalición y ocho líderes de la oposición, entre ellos Alberto Núñez Feijóo, que recibieron a las presidentas de la Comisión, Von der Leyen, y del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
En el entorno de la alemana no se confirma que quiera continuar al frente del gobierno comunitario. Pero en Bruselas es un secreto a voces que ella querría seguir. Y que, además, cree que contaría con el apoyo de una gran coalición de ideologías diversas: desde los verdes a los liberales, pasando por la aquiescencia de los socialistas.
Motivos para la batalla
Pero en este último punto concurren dos circunstancias.
La primera, que ya en el inicio de la legislatura europea que ahora acaba, la Alianza de Socialistas y Demócratas (S&D) -que es el grupo que integra al PSOE español y al SPD alemán, por ejemplo- ya intentó que la Comisión fuese presidida por Frans Timmermans. El holandés había sido su cabeza de lista en los comicios comunitarios de 2019, "y lo quisieron forzar por todos los medios", recuerda una fuente del EPP a este diario.
La segunda circunstancia es que es precisamente la cercanía de Von der Leyen "con las posiciones socialdemócratas" la que amenaza con condenarla en el EPP. De hecho, su líder, el también alemán Weber, "no es lo que se diría un follower de Ursula", apunta otra fuente popular europea.
En esto concurren, también, dos circunstancias: la primera, ideológica y la segunda, personal.
Para empezar, desde hace años, Weber es el líder del grupo popular en el Parlamento Europeo. Pero sólo hace año y medio que se hizo, también, con el control del partido a nivel continental.
Recibió una formación en franco retroceso, tanto en número de representantes en la Eurocámara como en número y peso de primeros ministros: tras la retirada de Angela Merkel, el EPP no gobierna ninguno de los grandes países de la UE: ni Alemania (Olaf Scholz, socialista), ni Francia (Emmanuel Macron, liberal), ni Italia (Giorgia Meloni, ultraderecha) ni España (Pedro Sánchez, PSOE).
Y la apuesta de Weber -que milita en la CSU bávara, más conservadora que su socia a nivel federal, la Unión Cristiano Demócrata (CDU)- ha sido reforzarse mirando a más a su derecha, asumiendo postulados ideológicos más conservadores e incluso invitando a algunos de esos partidos a unirse al EPP, como al OĽaNO del ex primer ministro eslovaco Eduard Heger.
Después de la etapa Merkel, en la que para un centro derechista alemán era anatema cualquier alianza con la extrema derecha: su elegida como sucesora, Annegret Kramp-Karrenbauer, fue defenestrada por la propia Merkel en el verano de 2020 al frente de la CDU tras apoyar un pacto con los liberales y la ultraderecha para gobernar en el lander de Turingia.
Los años de Von der Leyen en Bruselas han levantado ampollas en el seno del EPP, donde muchos de sus líderes le han reprochado "poca implicación" con el partido, "demasiada cercanía con las obsesiones ideológicas de la izquierda", y un empeño personalista "y a veces, demasiado presidencialista" en sus formas.
Algo que, la facción más moderada sostiene que no le reprocharían "si no fuera porque los más ultras del EPP se olvidan de su papel institucional... ¡es presidenta de todos los europeos, no es la presidenta popular!", como señala un miembro de la dirección de los populares europeos.
La herida de Weber
Y esta circunstancia política es la que explica la personal. En 2019, Weber había sido el 'spitzenkandidat' del EPP, pero fue traicionado por los suyos. Es decir, el candidato oficioso a presidir la comisión y, como tal, cabeza de cartel electoral.
En la UE, ningún partido logra la mayoría, y las instituciones se gobiernan "en gran coalición", apunta un vicepresidente español de los populares europeos. Hasta 2019, bastaba con el EPP y la S&D; desde estas últimas elecciones europeas, hicieron falta los liberales de Renew, precisamente, por el avance de los extremismos.
En el Consejo Europeo posterior a las elecciones de mayo de 2019, las presiones de los jefes de estado y de Gobierno socialistas fueron apoyadas por los liberales. Ninguno quería ver al conservador Weber al frente de la Comisión, a pesar de que le correspondía por ser el cabeza de lista del partido ganador. Pero como los Tratados no reconocen legalmente esa figura, la extracción del presidente europeo directamente de la representación parlamentaria no es obligatoria.
Y Merkel, "que tampoco era una follower de Weber", recuerda la misma fuente citada, lo dejó caer, promocionando a su ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, una tapada, semidesconocida en la UE por entonces, cuando Alemania aún ejercía de locomotora en todo lo europeo menos en materia de militar y de seguridad. Así, cuando unos y otros se negaron a apoyar a Weber, apostando por el socialista Timmermans, la única opción del EPP fue la de humillar al político bávaro.
¿Plenković o... Feijóo?
En un sistema democrático como el de la UE, y justo antes de las elecciones europeas del próximo mes de junio, parecería evidente que si Von der Leyen ahora quisiese seguir, su partido no pusiese reparos. Pero la clave está en que, aunque las encuestas a nivel de los Veintisiete anticipen una nueva victoria del EPP, al que pertenece la política alemana, muchos de los que ahí mandan prefieren otras personalidades.
El pasado jueves, Weber se lo transmitió personalmente, según las fuentes consultadas por este diario. El EPP "tiene un gran banquillo" y está lleno de "buenas opciones para ese puesto". De hecho, en la retahíla de nombres que maneja el político bávaro aparecen "primeros ministros, como el croata, Andrej Plenković", e incluso líderes de la oposición, como Alberto Núñez Feijóo, en España".
Ninguno de esos nombres tienen posibilidades. A Plenković le pasaría lo mismo que a Weber hace cuatro años y medio, pues es visto como "demasiado conservador" por los liberales y los socialistas. Y el deslizar el nombre de Feijóo se interpreta más, en el PP español, como un 'castigo' al gallego por no haber logrado la presidencia del Gobierno, después de que Weber se casara con él desde la llegada de ambos al liderazgo popular, en España (abril del 22) y en Europa (julio).
Quien sí que suena con fuerza es Roberta Metsola. La pasada semana, el rumor de su posible candidatura pasó a ser una "opción muy posible", según fuentes oficiales del EPP. Y no es la primera vez que el entorno de Weber desliza el nombre de la maltesa que hoy preside el Parlamento Europeo, más conservadora como él, pero bien vista por los liberales y que "no molesta demasiado" a los socialistas.
La dirección del EPP ya le ha transmitido el mensaje a Von der Leyen: su apoyo no está garantizado. Que es tanto como tratar de embridarla, en un nuevo pulso de poder de Weber, cuya victoria en el congreso de Rotterdam, el verano de 2022, abrió un soterrado cisma en el seno de la formación. El bávaro creía que necesitaba reforzarse con un gobierno popular en un grande europeo, como España, y los resultados del 23-J, junto con la apuesta de Sánchez por la amnistía a los implicados en el procés no parece que se lo vayan a permitir.
Y desde ya hasta enero, cuando el EPP inicie su precampaña, o hasta marzo, cuando en Bucarest se celebre el congreso que encumbre al spitzenkandidat popular, se irán definiendo no sólo bandos. También las cabezas de cartel que lideren las dos (o más) facciones, en una batalla de Weber con su oposición interna.