Grindavik no concuerda con la imagen del municipio típico que a uno le viene a la cabeza cuando se habla de Islandia. Su tierra solo está helada o nevada en los episodios más duros del inviermo, su temperatura no suele estar por debajo de los 0 grados centígrados, las lluvias no son especialmente frecuentes o abundantes. Pero ahora esta pequeña localidad pesquera del suroeste de Islandia podría tener las horas contadas.
Las autoridades islandesas han advertido este fin de semana de una erupción volcánica inminente en la península de Reykjanes o en sus cercanías, donde se ubica Grindavik. La Oficina Meteorológica de Islandia ha informado de que los terremotos y corrimientos de tierra en los últimos días evidencian que hay una gran cantidad de magma moviéndose bajo tierra a alta velocidad, por que ven un riesgo "considerable" de erupción.
"Podría comenzar en cualquier momento durante los próximos días", señaló la Oficina en un comunicado, lo que forzó a que la Agencia de Protección Civil de Islandia ordenase la evacuación completa del municipio, que cuenta con algo más de 3.300 habitantes.
Ya el pasado jueves, el aumento de la actividad sísmica provocó el cierre del spa geotérmico Blue Lagoon, una de las principales atracciones turísticas de Islandia.
La tierra se 'despertó' en 2021
La región de Reykjanes ha sufrido varias erupciones en zonas despobladas en los últimos años. Se espera que el próximo comience en el lecho marino justo al suroeste de Grindavik.
Reykjanes es un punto volcánico y sísmico al suroeste de la capital, Reykjavik. En marzo de 2021, fuentes de lava surgieron espectacularmente de una fisura en el suelo de entre 500 y 750 metros de largo en el sistema volcánico Fagradalsfjall de la región.
La actividad volcánica en la zona continuó durante seis meses ese año, lo que lo convirtió en una atracción turística. En agosto de 2022 se produjo una erupción de tres semanas en la misma zona, seguida de otra en julio de este año.
El sistema Fagradalsfjall, que tiene unos 6 km de ancho y 19 km de largo, había permanecido inactivo durante más de 6.000 años antes de las recientes erupciones.
Así, la localidad en la que murió y está enterrado Jaime Salinas, quien fuera director de la editorial Aguilar y director general del Libro bajo el gobierno de Felipe González, corre riesgo de desaparecer sin que nadie pueda evitarlo. Su población sólo puede recitar el poema del famoso padre de Jaime, Pedro Salinas, que comenzaba exclamando "¡Que se apaguen las lumbres!"