Orbán redobla su chantaje a la UE sobre Ucrania en un intento de desbloquear sus fondos comunitarios
La histórica cumbre que debe decidir sobre la entrada de Kiev al club europeo, al borde del fracaso por la amenaza de veto de Hungría.
14 diciembre, 2023 02:41"Si fracasamos, sería un serio golpe para todos", confiesa un veterano diplomático comunitario. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE afrontan en vilo la cumbre que empieza este jueves en Bruselas, la última bajo presidencia española, cuyo objetivo es escenificar el apoyo sin fisuras a Ucrania frente a la agresión bélica de Rusia. Un respaldo que debería concretarse en una decisión histórica: el lanzamiento de las negociaciones para la entrada de Kiev al club comunitario. Pero el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, amenaza con hacer naufragar la reunión con su veto.
El bloqueo de Hungría afecta también al resto de decisiones que los líderes europeos quieren adoptar sobre Ucrania: un plan de asistencia financiera de 50.000 millones de euros en cuatro años; y un fondo de ayuda militar dotado con 20.000 millones de euros como garantía de seguridad a largo plazo frente al Kremlin. Esta ayuda de la UE es vital para el esfuerzo de guerra Gobierno de Volodímir Zelenski, sobre todo en un momento en que también Estados Unidos ha puesto en duda sus fondos para Kiev.
"Incluso cuando hay divergencias, es importante respetar a todo el mundo y ver cómo podemos construir una posición unitaria, porque somos más fuertes. No es un secreto que este Consejo Europeo es difícil, pero no me rindo y vamos a trabajar mucho en las próximas horas", ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al ser preguntado por la actitud obstruccionista de Orbán.
[La UE ultima desbloquear 10.000 millones a Hungría mientras Orbán amenaza con el veto a Ucrania]
En un discurso este miércoles ante la Asamblea Nacional, el primer ministro húngaro ha afirmado que la rápida admisión de Ucrania en la Unión Europea tendría consecuencias impredecibles al tratarse de un país en guerra y no redundaría en interés ni de Hungría ni de la UE.
Orbán ha recordado que Kiev se convirtió en candidato sólo cuatro meses después de presentar su solicitud, en contraste con el proceso habitual mucho más largo en ampliaciones anteriores, incluido el caso de Hungría. A su juicio, esta diferencia de trato socava la credibilidad de las instituciones de la UE.
El resto de líderes europeos están totalmente desconcertados por la actitud de Orbán, el único aliado que le queda en la UE a Vladímir Putin (con quien se vio en Pekín el pasado octubre). No tienen claro si su posición sobre Ucrania es realmente una cuestión de principios o si se trata de un intento de chantaje para que Bruselas desbloquee los fondos de cohesión y Next Generation para Hungría, congelados desde hace meses por la deriva autoritaria de Budapest.
"Es importante escuchar las preocupaciones de todo el mundo sobre las cuestiones sobre las que debemos tomar una decisión y espero que al final seamos capaces de alcanzar un acuerdo, pero ahora mismo no soy muy optimista", ha reconocido la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. "Estoy dispuesto a escuchar a escuchar a Víctor Orbán, que es mi vecino en la mesa. Pero debemos dejar claro que esto no es un bazar húngaro, en el que unas cosas pueden cambiarse por otras", denuncia el belga Alexander De Croo.
El propio Gobierno de Orbán ha dado pie a la interpretación de que se trata de un chantaje. Su jefe de gabinete, Balazs Orbán, ha dicho que Hungría estaría dispuesta a levantar su veto al plan de 50.000 millones de asistencia financiera a Ucrania si a cambio Bruselas libera todos los fondos asignados a Budapest (que suman alrededor de 30.000 millones de euros).
"La financiación de Hungría de la UE y la financiación de Ucrania son dos cuestiones separadas", sostiene Balazs Orban en una entrevista a Bloomberg. "Pero si la UE insiste en que la financiación de Ucrania debe provenir de un presupuesto de la UE modificado, entonces las dos cuestiones quedan vinculadas", ha agregado.
De hecho, la Comisión de Ursula von der Leyen ha desbloqueado este miércoles una parte de los fondos para Hungría (10.000 millones de euros), coincidiendo precisamente con el Consejo Europeo sobre Ucrania. El Ejecutivo comunitario niega que se trate de un pago a Orbán a cambio de que levante su veto, y sostiene que se limita a aplicar estrictamente las normas europeas.
La liberación de estos 10.000 millones de euros se justifica con el argumento de que la reforma judicial que Hungría aprobó la pasada primavera (con un último trámite que se ha completado esta semana) responde a las exigencias de la UE para restaurar la independencia de los jueces. El resto del dinero seguirá congelado -al menos de momento- porque Orbán no ha hecho avances en libertad académica, protección del colectivo LGTBI, asilo o lucha contra la corrución y conflictos de interés, explica la Comisión.
Sin embargo, al Parlamento Europeo no le convencen estas justificaciones. Los líderes de los principales grupos políticos (populares, socialistas, liberales y verdes) han escrito una carta conjunta al Ejecutivo comunitario en la que le reclaman que no ceda al chantaje de Budapest y no desbloquee ningún fondo hasta "evaluar adecuadamente" si la reforma judicial se aplica bien en la práctica.
¿Podría la UE desbloquear todos los fondos a cambio de que Orbán levante su veto a Ucrania? "No vamos a pagar por una decisión política, eso está claro", responde otro diplomático europeo. El nuevo primer ministro polaco, Donald Tusk, que fue presidente del Consejo Europeo, ha dicho que hará todo lo posible para convencer al primer ministro húngaro. "Orbán es un político muy pragmático, lo que es un cumplido", ha dicho.
Detrás del primer ministro húngaro se esconden otros Estados miembros que en los últimos días han expresado dudas sobre si dar luz verde a Kiev. Se trata en particular de Austria, Italia, Eslovenia y Eslovaquia, que condicionan el sí a Ucrania a que se inicien también las negociaciones de entrada con Bosnia, aunque este país no cumple las condiciones según la evaluación de Bruselas. Giorgia Meloni dice que sólo aprobará los 50.000 millones si hay más fondos para Italia en materia migratoria.
Los líderes europeos ya tienen preparado un "plan B" para garantizar la financiación para Kiev, que consistiría en un acuerdo gubernamental a 26 (sin Hungría) sobre el paquete de 50.000 millones. Sin embargo, para la decisión de iniciar las negociaciones de adhesión es imposible esquivar el veto de Ucrania, ya que se requiere la unanimidad.
Zelenski ha dicho este miércoles que Hungría no tiene motivos para bloquear el inicio de negociaciones de adhesión. "Por nuestra parte hemos sido muy constructivos. Hemos hecho absolutamente todo, hemos completado las recomendaciones de la UE", sostiene el presidente ucraniano.