Un tirador ha matado este jueves a al menos 13 personas en la Facultad de Artes de la Universidad Carolina en Praga y ha dejado una veintena de heridos, varios críticos, antes de que resultase "eliminado". Según ha informado la Policía, se trata de un antiguo alumno del centro de 24 años, David Kozák, que previamente había matado a su padre y que podría ser el responsable de otros dos asesinatos en un bosque la semana pasada.
Mientras el sonido de los disparos de su rifle automático resonaba en los pasillos del edificio, estudiantes y profesores aterrorizados recurrieron a medidas extremas para intentar sobrevivir.
La desesperación les llevó a protegerse en cornisas de más de 40 metros de altura, mientras que otros se encerraron en las aulas y construyeron barricadas con los muebles que tenían a mano.
Dos aspectos han resultado claves para que el número de víctimas mortales no se contase por decenas: un simple correo electrónico y la rapidez de la intervención policial.
Por una parte, un correo electrónico del personal de la universidad avisaba de que había un tirador suelto en uno de los edificios, el ubicado junto a la concurrida plaza Jan Palach, y ordenaba al personal que "se quedara quieto".
"No vayan a ningún sitio. Si están en sus despachos, cierren con llave, refuercen la puerta con muebles y apaguen las luces", decía el e-mail. Se evitaba así que el atacante pudiera acceder fácilmente a aulas y despachos.
Por otra parte, tal y como ha confirmado el ministro del Interior, Vít Rakušan, la velocidad con la que han acudido las fuerzas de seguridad ha sido determinante. Los agentes habían recibido información de que el atacante podía realizar un atentado, por lo que habían acudido a otro de los edificios de la facultad, en el que se esperaba a Kozák.
"A las 14.59, recibimos información sobre el tiroteo en la plaza Jan Palach. Las patrullas llegaron al lugar en cuestión de minutos, la unidad de intervención en doce minutos. A las 15.20, la Policía informó que el cuerpo flácido del tirador estaba en la galería", explicaba en la tarde del jueves el jefe de Policía, Martin Vondrášek. Este aclaraba, además, que se desconoce si el asesino se suicidó o si fue abatido en el intercambio de disparos con los agentes.
Supervivencia al límite
Las imágenes tomadas desde el exterior de la facultad mientras se desarrollaba el ataque dan la medida del estado de pánico de los presentes. En una imagen ampliamente difundida en redes sociales se aprecia a un grupo de nueve estudiantes acurrucados en una cornisa para intentar esconderse del pistolero, que se encontraba entonces en el tejado del edificio con su rifle de mira telescópica.
También se ha visto a un estudiante caminando de puntillas por una cornisa estrecha mientras pedía ayuda, y a otros no muy lejos que saltaban a una terraza en la planta inferior para volver a entrar al edificio de la facultad por una ventana.
Ya en el interior, otra fotografía muestra cómo los estudiantes se encerraron en una de las aulas y utilizaron varias sillas y mesas para impedir la entrada del tirador.
El estudiante que publicó esta imagen en sus redes sociales escribió: "Atrapado ahora mismo en mi aula en Praga. El tirador está muerto, pero estamos esperando a que nos evacuen. Rezando para salir con vida. Cerramos la puerta antes de que el tirador intentara abrirla. Maldito infierno".
En la misma línea, otra foto muestra a un grupo de estudiantes escondidos en un laboratorio de informática. El alumno relataba en sus redes: "Estoy bien. Estaba en la biblioteca en el momento del tiroteo. Nos enviaron a la parte trasera del laboratorio de informática donde no hay ventanas. Ahora se ha corrido la voz de que el tirador está muerto. Todos llamamos y respondemos a familiares y amigos que estamos bien.'
En el vídeo del interior de otro aula se ve a los estudiantes sentados en completo silencio, una ausencia de sonido que es interrumpida súbitamente por un disparo.
Al mismo tiempo, la Policía intentaba evacuar el edificio. Otros vídeos muestran a los estudiantes saliendo de la facultad con las manos en alto y huyendo del lugar a la carrera. También los turistas y los vecinos de la ciudad fueron desalojados del entorno de la plaza.
"Siempre pensamos que esto era una cosa que no nos concernía. Ahora resulta que, lamentablemente, nuestro mundo también está cambiando y que aquí también emerge el problema de los tiradores individuales", señaló el alcalde de Praga, Bohuslav Svoboda, a la televisión pública checa.
Un arsenal en la facultad
Vondrášek informó en rueda de prensa de que el atacante era el propietario de varias armas de fuego, con la documentación en regla. Sin embargo, las autoridades descubrieron tras el tiroteo un gran arsenal de armas en uno de los edificios de la Universidad Carolina.
La Policía fue informada de que el joven viajaría a Praga a lo largo del día desde su ciudad en la región de Kladno, con intención de quitarse la vida. Por eso, los agentes desalojaron el edificio de la Facultad de Artes, donde Kozák tenía previsto asistir a un seminario. Por el contrario, este decidió acudir a otro de los edificios para perpetrar el ataque, el mayor atentado masivo de la historia de República Checa.
El tirador, un buen estudiante sin antecedentes policiales, actuó solo. Se sospecha que el ataque pudo estar inspirado en uno similar que ocurrió en Rusia este mismo otoño.
El Gobierno checo ha declarado el próximo 23 de diciembre como día de luto nacional y las banderas ondearán a media asta. A mediodía se guardará un minuto de silencio en todo el país.
Asesinatos previos
La Policía descartó desde el primer momento que el ataque estuviese enmarcado en un acto de terrorismo internacional o por un grupo, subrayando desde el inicio de que era un atacante en solitario.
De hecho, minutos después del atentado en la facultad, se descubrió fallecido al padre del tirador en su casa de Hostouň. Los investigadores dan por supuesto que el asesino mató a su progenitor antes de viajar a Praga.
Por otra parte, se está indagando si David Kozák podría ser también el victimario de un hombre y un bebé de dos meses en el bosque Klanovice el pasado viernes. Allí se escucharon disparos a plena luz del día, y al acudir los cuerpos de seguridad hallaron a los dos fallecidos. Las pesquisas policiales habían sido incapaces de encontrar al asesino hasta la fecha a pesar de los medios desplegados en los últimos días.