Michelle O'Neill, madre soltera a los 16 años e hija de un militante del IRA, ha conseguido llevar hasta el gobierno de Irlanda del Norte al partido nacionalista Sinn Féin, algo que sucede por primera vez en la historia. La nacionalista se ha consolidado como la nueva ministra principal norirlandesa, afianzando una imagen que poco a poco deja atrás el pasado terrorista del Ejército Republicano Irlandés, pero sin renunciar al objetivo principal del mismo: la reunificación de Irlanda.
Siete años después de tomar las riendas del partido, O'Neill ha logrado completar parte de la hoja de ruta diseñada por sus antecesores, los históricos Gerry Adams y Martin McGuinness, mucho antes del fin del pasado conflicto en 1998.
Con el Ejército Republicano Irlandés (IRA) ya inactivo, pero muy presente aún en el imaginario colectivo tras causar más de 3.000 muertos en casi tres décadas, la líder nacionalista, de 47 años, es la primera política no unionista que dirige la región en sus cien años de historia como provincia británica. El expresidente del Sinn Féin, Gerry Adams, ha asegurado que el éxito de O'Neill depende de su capacidad para atraer el voto de los norirlandeses que todavía recelan de un pasado paramilitar.
Michelle nació en Clonoe, Irlanda del Norte, en 1977 en el seno de una familia trabajadora republicana con fuertes lazos con el IRA y el partido: su padre, Brendan Doris, fue preso político involucrado en el IRA y antiguo consejero del Sinn Féin; su tío, Paul Doris, también estuvo involucrado en la causa, trabajando como expresidente nacional del Comité de Ayuda Norirlandés; su primo Tony Doris, miembro del IRA, murió tiroteado por el Servicio Aéreo Especial en La Emboscada de Coagh (3 de junio de 1991).
Entrada en la política
Con la influencia familiar, Michelle se involucró en la política desde su adolescencia, ayudando a su padre como concejal de Dungannon. En 1998, cuando tenía 21 años, se unió al Sinn Féin después del Acuerdo del Viernes Santo (o Acuerdo de Belfast), con el que se puso fin al Conflicto de Irlanda del Norte, durante el gobierno de Tony Blair.
Graduada en contabilidad, una vez dentro del Sinn Féin, se convirtió en la mano derecha del número dos del partido, Martin McGuinness.
De la mano de Michelle, el Sinn Féin ganó las elecciones autonómicas de mayo de 2022 en un momento delicado para la provincia, con el Brexit como gran amenaza para la convivencia de republicanos y unionistas en el siempre frágil Gobierno de poder compartido.
Lo hizo con un discurso atractivo para sus bases y moderado para muchos norirlandeses que no consideron que la reunificación de la isla como una prioridad, en sintonía también con una nueva generación que ha crecido con el proceso de paz.
A O'Neill sus compañeros la describen como una política tenaz y pragmática, preocupada en hacer hincapié en los problemas actuales, como el coste de la vida o la sanidad, pero sin olvidar asuntos importantes para la comunidad nacionalista-católica, como la defensa de la lengua gaélica y de otras señas de identidad irlandesas.
En su agenda de cara al futuro sigue apareciendo el fantasma de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) -rechazada por la mayoría del electorado norirlandés en el referéndum de 2016-. El Brexit tiene, sin embargo, dos caras para los nacionalistas, pues lo ven como una oportunidad para impulsar su histórico objetivo de reunificar la isla de Irlanda a través ahora de la vía democrática.
El expresidente del Sinn Féin, Gerry Adams, ha asegurado que O'Neill pertenece a la nueva generación que guiará al partido hacia sus metas en los próximos años, cuyo éxito depende de su capacidad para atraer el voto de los norirlandeses que todavía recelan de un pasado paramilitar.
La nueva ministra principal representa a un movimiento republicano de cara más amable, que deja a un lado los recuerdos paramilitares del IRA.