La Unión Europea acelera el paso para garantizar a Ucrania una financiación sostenible que cubra en parte el agujero presupuestario que ha dejado el bloqueo en Estados Unidos (por parte de los seguidores de Donald Trump) del paquete de ayuda de 60.000 millones anunciado por la Casa Blanca de Joe Biden.
Para empezar, la Comisión de Ursula von der Leyen tiene previsto desembolsar en los próximos días el primer pago de 4.500 millones de euros del fondo de 50.000 millones para Kiev, aprobado in extremis por los líderes europeos en la cumbre del 1 de febrero. En abril habrá un segundo pago de 1.500 millones.
En paraleo, el Ejecutivo comunitario ha dado un empujón a otra vía mucho más polémica para obtener ingresos adicionales para Kiev. Bruselas tiene previsto presentar en los próximos días una propuesta legislativa con el objetivo de redirigir a Ucrania los beneficios generados por los activos del Banco Central de Rusia.
[La UE pretende recaudar hasta 15.000 millones de los activos congelados rusos para Ucrania]
En total, la UE mantiene inmovilizados alrededor de 200.000 millones de euros del Banco Central de Rusia desde el estallido de la guerra, que se encuentran bloqueados en Euroclear, uno de los mayores depositarios de valores del mundo con sede en Bruselas. Los dirigentes comunitarios han renunciado a confiscar la totalidad de este dinero por miedo a que esta maniobra socave el papel del euro como moneda de reserva.
La propuesta del Ejecutivo comunitario consiste en utilizar únicamente los beneficios que generan estas reservas, alrededor de 3.000 millones de euros al año, según fuentes europeas. Los Veintisiete ya aprobaron en febrero una norma que obliga a Euroclear a gestionar de forma separada estos ingresos y prohíbe la distribución a accionistas o partes terceras.
Lo que hace la nueva propuesta que Bruselas presentará el viernes o el lunes es redirigir este dinero al presupuesto de la UE, con el fin de poder enviarlo después a Ucrania. El plan ha sido discutido durante la reunión de ministros de Economía celebrada este martes en Bruselas y ha concitado un apoyo mayoritario entre los Veintisiete, según las fuentes consultadas.
"Estamos totalmente comprometidos a avanzar al siguiente paso: redirigir estos ingresos al presupuesto de la UE en beneficio de Ucrania", ha explicado el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, al término del Ecofin. Esta maniobra permitirá a la UE completar su fondo de 50.000 millones y cubrir en parte el vacío de Estados Unidos, explican las fuentes.
El último paso, sobre el que no hay acuerdo entre los Estados miembros, será decidir a qué se destina este dinero generado por los activos rusos. La presidenta Von der Leyen ha propuesto que estos fondos extra se utilicen para financiar la entrega de armamento a Ucrania, en un momento en el que el Gobierno de Volodímir Zelenski necesita de forma urgente munición para frenar el avance de Rusia.
"Es hora de iniciar una conversación sobre el uso de los beneficios extraordinarios de los activos rusos congelados para comprar conjuntamente equipo militar para Ucrania. No podría haber ningún símbolo más fuerte ni mayor utilidad para ese dinero que hacer de Ucrania y de toda Europa un lugar más seguro para vivir", sostiene Von Der Leyen.
El Banco Central Europeo (BCE) ha avisado a los Gobiernos de la UE de los riesgos de confiscar activos rusos, incluso si se trata únicamente de los beneficios extraordinarios que han generado.
El BCE asegura que esta medida podría poner en peligro el papel del euro como moneda de reserva, sobre todo si no se hace de forma coordinada en el G-7. Sin embargo, Estados Unidos -que inicialmente se había mostrado muy escéptico- apoya ahora apropiarse de los beneficios generados por los activos rusos para financiar a Ucrania.
Los expertos avisan además de riesgos para la estabilidad financiera, ya que Euroclear es un actor sistémico a nivel mundial. También preocupa en Bruselas que Rusia congele los activos de empresas europeas como medida de represalia.