Los sospechosos del tiroteo en el Ayuntamiento de Crocus comparecen ante el tribunal de Basmanny en Moscú.

Los sospechosos del tiroteo en el Ayuntamiento de Crocus comparecen ante el tribunal de Basmanny en Moscú. Shamil Zhumatov Reuters

Europa

El atentado de Moscú reabre el debate sobre la pena de muerte en el Gobierno de Putin

Algunas figuras políticas cercanas a Putin como Dmitri Medvédev han abogado por su reinstauración para ejecutar a los culpables del ataque. 

31 marzo, 2024 04:11

El reciente atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú, que cobró la vida de 140 personas el pasado viernes, ha reavivado el debate sobre la reinstauración de la pena de muerte en Rusia. Y es que algunas destacadas figuras políticas del país han abogado por la reintroducción de la pena capital para los cuatro sospechosos identificados como responsables del ataque.

Dmitri Medvédev, un aliado de larga data de Vladímir Putin y presidente de Rusia durante un mandato, afirmó el lunes en su canal de Telegram que los sospechosos detenidos debían ser ejecutados. “¿Tienen que ser asesinados? Tienen que serlo. Y lo serán. Los terroristas sólo entienden el terror de represalia... muerte por muerte". No ha sido el único.

Leonid Slutsky, líder del Partido Liberal Democrático de Rusia, se refirió en los mismos términos: “Hoy en día, no hay otra forma de castigo para esta escoria que la pena capital”. En un mensaje de Telegram, Slutsky afirmó tras el atentado que en estos casos podría y debería hacerse una excepción a la moratoria sobre su aplicación.

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Hasta ahora, a pesar de que la pena de muerte no ha sido abolida oficialmente, gracias a una combinación de medidas presidenciales y sentencias judiciales, el país ha mantenido una moratoria sobre la pena de muerte durante 28 años que estableció el presidente Boris Yeltsin en 1996 y que fue confirmada posteriormente por el Tribunal Constitucional.

Esto es, la pena capital sigue vigente, pero está suspendida su aplicación. El código penal ruso permite actualmente la pena de muerte para cinco delitos: asesinato, genocidio e intento de asesinato de un juez, policía o funcionario del Estado.

El Kremlin, por el momento, ha señalado que no participaría en las conversaciones sobre el levantamiento de la moratoria sobre la pena de muerte. Sin embargo, Vladímir Vasilyev, líder parlamentario de Rusia Unida en la Duma Estatal, declaró a los medios de comunicación que la cuestión de la introducción de la pena de muerte por terrorismo en Rusia se examinaría a fondo para llegar finalmente a una decisión que respondiera a las expectativas de la sociedad, según informó la agencia de noticias rusa ITAR-TASS. 

"No cabe duda de que este tema se tratará de forma profunda, profesional y sustantiva. Se tomará una decisión que responda al estado de ánimo y a las expectativas de nuestra sociedad", indicó Vasilyev el domingo.

¿Qué posición tiene Putin?

El líder ruso ha sido acusado en numerosas ocasiones de matar o tratar de matar a sus enemigos. El último caso notorio fue el del opositor Alexei Navalny, al que supuestamente trató de envenenar primero y que después murió en las difíciles condiciones de la prisión Polar Wolf de Siberia. No obstante, sorprendentemente, Putin ha mantenido a lo largo de su trayectoria como presidente una posición firme en contra de reintroducir la pena capital en Rusia. “Mientras de mí dependa, no habrá pena de muerte en Rusia”, señaló en 2002. 

No parece haber cambiado mucho de postura desde entonces. En una reunión del Consejo de la Sociedad Civil y los Derechos Humanos en diciembre de 2023, volvió a reafirmar su posición. "En cuanto a la pena de muerte, el presidente del Tribunal Constitucional, Valery Zorkin, habló recientemente sobre ella en la convención de jueces. Y dijo, en respuesta a quienes abogan por el restablecimiento de la pena de muerte, que para ello habría que modificar la Constitución. Por lo tanto, mi postura no ha cambiado", señaló Putin.

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Zorkin indicó en aquella convención que la reintroducción de la pena capital sólo era posible modificando la Constitución rusa, aunque actualmente no se daban esas condiciones. El magistrado añadió entonces que la retirada de Rusia del Consejo de Europa no suponía el fin a la moratoria sobre la pena capital.

En todo caso, los activistas temen que la reinstauración de la pena de muerte en Rusia podría llevar a la persecución injusta de personas. Oleg Kozlovsky, investigador regional de Amnistía Internacional especializado en derechos humanos, explicó al diario británico iNews que la definición de terrorismo podría ampliarse a la incitación del terrorismo, que a su vez podría ampliarse al apoyo a la actividad de los ucranianos. 

El experto teme que los rusos no sean conscientes de las consecuencias que puede tener un regreso de la pena capital. "En general, la población rusa está dividida sobre la cuestión de la pena capital, pero en el actual estado de exacerbada emoción tras el horrendo atentado del viernes, el público ruso puede ser menos liberal de lo habitual en esta cuestión", explicó a iNews.

Lidia Mikheeva, secretaria de la Cámara Cívica, grupo asesor del gobierno, declaró a la agencia estatal de noticias ITAR-TASS que poner fin a la pena de muerte era uno de los logros más importantes de la historia moderna de Rusia. "Si no queremos retroceder a una época de salvajismo y barbarie, todos deberíamos pararnos a pensar", afirmó.