El presidente lituano, Gitanas Nauseda, y la primera ministra, Ingrida Simonyte, se enfrentarán mañana en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, unos comicios en el que el primero parte a priori con ventaja y en los que entre uno y otro contendiente no hay diferencias políticas importantes.
Nauseda, centrista con tendencias conservadoras, que se presenta como independiente, consiguió en la primera vuelta del pasado día 11 un 43,95 %, en tanto que la jefa de Gobierno, a la que respalda el partido de la Unión de la Patria, de signo centrista-conservador, logró un 20,05 %.
Tanto Nauseda, que es presidente desde 2019 como Simonyte, primera ministra desde 2020, figuran entre los cerca de 166.000 lituanos, de un total de 2,3 millones con derecho a voto, que depositaron su papeleta en las urnas de forma anticipada.
Simonyté ganó en 2019 la primera ronda contra el entonces recién llegado a la política Gitanas Nauseda, pero perdió en la segunda.
Este sábado las calles del centro de la capital lituana estaban bloqueadas por una media maratón y muchos de los que se quedaron después de animar a los corredores se dispersaron por una lluvia torrencial.
"La sorpresa sería si Nauseda no ganara"
En un bar donde algunas personas se refugiaban de la lluvia, Anastasija, declaró a EFE que ya había votado de forma anticipada a Simonyté porque es "la mejor persona para los jóvenes".
Oļeg, un diseñador de páginas web, dijo a su vez que hacer algo por los lituanos de a pie, especialmente por la gente mayor, era una cuestión importante para él. Afirmó que votaría a Nauseda, que aboga por hacer de Lituania un Estado del bienestar.
Según dijo a EFE Kestutis Girnius, académico y comentarista político, la sorpresa sería si Nauseda "no ganara con contundencia".
Con las posiciones políticas de ambos candidatos coincidiendo en gran medida, el analista calificó estas elecciones de "aburridísimas".
Una guía de los candidatos a la segunda vuelta publicada por el servicio público de radiodifusión LRT mostraba puntos de vista similares de Nauseda y Simonyte en cuestiones clave, sobre todo en política exterior y de defensa.
Ambos consideran a Rusia, con la que Lituania comparte frontera, una clara amenaza, apoyan enérgicamente a Ucrania y abogan por aumentar el gasto en defensa hasta al menos el 3 % del PIB lituano.
"Los dos son tan pro-estadounidenses que les gustaría ver a Lituania como el Estado número 51", bromeó el analista, quien recalcó que tampoco existen diferencias reales entre los dos rivales en política económica, en la que Simonyte adopta una postura de centro-liberal.
Nauseda ha impulsado sus ideas de un Estado de bienestar. Su rival es partidaria de que el Estado intervenga para reducir la desigualdad en la sociedad pero no de subir los impuestos a los sueldos más elevados.
Donde la primera ministra se muestra progresista -y Nauseda conservador- es en asuntos como como las uniones civiles entre personas del mismo sexo y la ratificación del Convenio de Estambul contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Debido a sus pequeñas diferencias en cuestiones internas, se han irritado mutuamente tanto como presidente y primera ministro en los últimos años como ahora como candidatos presidenciales rivales.
Es conocido que no se llevan bien, e incluso "se odian", en palabras de Girnius.
Eso sí, en el penúltimo debate electoral en la noche del viernes ambos se alabaron y atribuyeron sus diferencias a discusiones normales entre dos politicos.