La justicia belga ha ordenado este miércoles una serie de registros en las sedes del Parlamento Europeo en Bruselas y en Estrasburgo en el marco de una investigación sobre una presunta red de injerencia de Rusia, que se dedicaba a sobornar a eurodiputados de extrema derecha para que difundieran la propaganda del Kremlin a través de la web checa Voice of Europe.
En concreto, la policía judicial de Bruselas ha llevado a cabo registros en la residencia de un empleado de la Eurocámara en la capital belga, así como en su oficina en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Al mismo tiempo, a petición del juez de instrucción belga, las autoridades judiciales francesas han supervisado otro registro en el despacho de este empleado en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo, según ha informado la fiscalía federal en un comunicado.
"Cuando se le solicita, el Parlamento Europeo coopera plenamente con las autoridades policiales y judiciales para contribuir al curso de la justicia y seguirá haciéndolo. Es en este contexto que se proporcionó el acceso a una oficina", ha señalado el servicio de prensa de la Eurocámara.
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Ni la fiscalía belga ni la Eurocámara han desvelado la identidad de la persona cuyos despachos y vivienda se han registrado. La prensa belga asegura que se trata de Guillaume Pradoura, antiguo asistente parlamentario del eurodiputado de Alternativa para Alemania (AfD) Maximilian Krah.
En la última etapa, el investigado ha sido asistente del eurodiputado Marcel de Graaff, miembro del Foro para la Democracia, un partido euroescéptico y ultra holandés. También trabajó para el eurodiputado francés Nicolas Bay, que en la actual legislatura se ha pasado de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen al Renacimiento de Éric Zemmour.
"Estos registros se inscriben en el marco de un caso de injerencia, de corrupción pasiva y de pertenencia a una organización criminal", asegura la fiscalía belga en su comunicado.
"Se relacionan con indicios de injerencia rusa, según los cuales miembros del Parlamento Europeo habrían sido contactados y pagados para promover la propaganda rusa a través del 'sitio web de información' Voice of Europe", prosigue el comunicado.
"Hay indicios que el colaborador del Parlamento Europeo en cuestión ha desempeñado un papel importante en este asunto", concluye la breve declaración de la fiscalía. La existencia de esta red de injerencia rusa fue denunciada en abril por el primer ministro checo, Petr Fiala, y por su homólogo belga, Alexander de Croo, que fue quien desveló que la fiscalía había abierto una investigación.
Precisamente, la UE acaba de incluir a Voice of Europe en su lista negra de sanciones y ha ordenado su desconexión. Este medio "ha participado en una campaña internacional sistemática de manipulación de medios de comunicación y distorsión de hechos con el fin de desestabilizar Ucrania, la UE y sus Estados miembros".
"Además, Voice of Europe gestiona un sitio web —con cuentas que promocionan este medio en redes sociales como Facebook, YouTube, Telegram y X— que difunde activamente desinformación relacionada con Ucrania y promueve discursos falsos favorables al Kremlin sobre la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania", según el relato del expediente sancionador aprobado por los 27.
Finalmente, Voice of Europe ha sido utilizado como "vehículo para la canalización de recursos financieros destinados a la remuneración de propagandistas y a la creación de una red que ejerce influencia sobre representantes de partidos políticos en Europa".
En el último informe de la Eurocámara sobre la injerencia rusa se afirma que, desde agosto de 2023, un total de 16 diputados de extrema derecha de Alemania, Francia, Países Bajos, Italia, Eslovaquia, Estonia, España, Croacia, Dinamarca y Bélgica han participado en debates y entrevistas organizados por la plataforma Voice of Europe.