Bruselas

Aunque nunca intenta pactar con Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez negociará con el Partido Popular Europeo, ganador de los comicios del 9-J (con 186 de los 720 escaños en liza), el reparto de altos cargos de la UE para la próxima legislatura. Lo hará en nombre de los socialistas europeos, que han quedado en segunda posición (135 escaños) tras perder cuatro escaños en comparación con los que tienen en la actualidad. 

La presidencia del Partido Socialista Europeo (PES) ha acordado este lunes designar al presidente del Gobierno y al canciller alemán, Olaf Scholz, como representantes de la familia socialdemócrata en el diálogo para reeditar una 'gran coalición' (populares, socialistas y liberales) que garantice la estabilidad de la UE durante la próxima legislatura. Al encuentro ha asistido en nombre del PSOE Iratxe García, presidenta del grupo socialista en la Eurocámara y vicepresidenta primera del PES.

En concreto, están en juego las presidencias de la Comisión Europea, del Consejo y de la Eurocámara, así como el cargo de Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Los socialistas aspiran a conseguir la presidencia del Consejo, con el ex primer ministro portugués, António Costa, como favorito absoluto para el cargo. Eso sí, siempre que logre quedar totalmente eximido de las acusaciones de corrupción que provocaron la caída de su Gobierno.

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"Los resultados alcanzados en el día de ayer afianzan a los Socialistas y Demócratas como segunda fuerza política en Europa, otorgándoles un sólido poder de negociación", ha argumentado fuentes del PSOE.

Olaf Scholz y Pedro Sánchez son los líderes socialistas en el Consejo Europeo, pero han corrido muy distinta suerte en las elecciones europeas. El PSOE ha perdido un escaño respecto a 2019 y ha quedado en segunda posición por detrás del PP, pero su delegación sigue siendo la más grande dentro del grupo socialista en la Eurocámara (empatando a 20 asientos con los italianos). En contraste, Scholz ha quedado tercero (por detrás de los democristianos y de la ultraderecha), con apenas 14 escaños.

Sánchez ya fue negociador de los socialistas (junto con el propio Costa) tras las anteriores elecciones europeas de 2019. En aquel momento fue criticado por sus colegas por no conseguir el objetivo de aupar al socialista holandés Frans Timmermans a la presidencia de la Comisión. Y conformarse como premio de consolación con el cargo de jefe de la diplomacia de la UE, para el que fue designado Josep Borrell.

El puesto con mayor poder, la presidencia de la Comisión Europea, corresponde en principio a la familia política ganadora de las elecciones a la Eurocámara. En este caso, la candidata del PPE a repetir como jefa del Ejecutivo comunitario es Ursula von der Leyen, que ya ha empezado a recabar apoyos para lograr ser confirmada. Los socialistas europeos han señalado que están dispuestos a apoyarla a cambio de concesiones programáticas.

"Los socialistas y demócratas reiteran su voluntad de dialogar y negociar con todas las fuerzas políticas a excepción de la extrema derecha, tanto los Conservadores y Reformistas Europeos (el grupo de Giorgia Meloni) como Identidad y Democracia (el grupo de Marine Le Pen)", explican las fuentes consultadas.

Si se confirma este reparto, el cargo de Alto Representante correspondería la próxima legislatura a la familia liberal. La candidata que suena en todas las quinielas es la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, que ya expresó su interés por ser secretaria general de la OTAN pero ha sido descartada por su postura extremadamente dura frente a Rusia.