Los días posteriores a que Emmanuel Macron anunciara elecciones legislativas en Francia para el 30 de junio, se definió una campaña de bloques: un frente popular a la izquierda de Macron y un frente nacional a su derecha. Esta disposición, que se antoja guerracivilista a ojos de un español, nacía del empeño de ambas alas del Parlamento en convertirse en primera fuerza politica y destronar a los liberales de Renacimiento en el Gobierno.

El lunes 10 de junio, la resaca de las europeas pareció encarrilar ambos frentes. Marion Maréchal, cabeza de lista del partido ultraderechista Reconquista de Éric Zemmour, salió de una reunión en la sede de la Agrupación Nacional (RN) de su tía Marine Le Pen expresando su "ferviente deseo" de "encontrar una vía de acercamiento". La noche anterior, los colores del RN habían teñido el mapa francés, y su cabeza de lista Jordan Bardella se había convertido en la nueva apuesta de la ultraderecha gala en Bruselas.

Para sorpresa de todos —y para desgracia de los de Maréchal y Zemmour— Bardella anunció el martes que el RN que Le Pen y él lideran no convergerán en un frente nacional de extrema derecha con Reconquista. Eso pese a que sus posturas políticas son mucho más reconciliables que, digamos, las de los partidos de izquierdas, que sí han conseguido formar un bloque integrado por ecologistas, socialistas, comunistas y los insumisos de Jean-Luc Mélenchon. ¿Qué hace a las dos ultraderechas inconciliables?

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La respuesta a la pregunta está en el afán del RN por naturalizarse como una alternativa legítima a Macron, y de ser un partido de oposición que acapara el voto protesta pasar a ser una opción política más. En palabras de Mathias Bernard, especialista en historia de los partidos políticos franceses y rector de la Universidad Clermont Auvergne, "el planteamiento [del RN] es intentar llegar a un público amplio con vistas a ejercer el poder, mientras que Reconquista sigue en una postura de oposición", explica a Le Parisien.

Para ello, Bardella y Le Pen se han servido del mejor aliado posible: Éric Ciotti, presidente de Los Republicanos (LR), el principal partido de la derecha tradicional, al que tender la mano a la ultraderecha le está costando la mayor crisis interna a su agrupación. Para el RN, un acuerdo con LR representaría una importante legitimación de su movimiento. Mientras toda Francia está pendiente de si Ciotti logra imponerse a los barones Republicanos, que lo han expulsado formalmente del partido, Le Pen y Bardella moderan su tono y dejan claras sus distancias con Reconquista.

En Reconquista no se han tomado nada bien la "decisión repentina" de Bardella de no confluir en un frente nacional con la extrema derecha más extrema. Según Maréchal, la negativa del RN "contradice [los] numerosos intercambios y trabajos preparatorios, [que] no está a la altura de los acontecimientos y de las esperanzas suscitadas entre los franceses". La sobrina de Le Pen ambién explicó que le habían dicho que el partido de su tía no quería "ninguna asociación directa o indirecta con Éric Zemmour".

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Según afirma Le Parisien, dejar a Zemmour fuera de una alianza de derechas sería la condición de Ciotti para concurrir en bloque con el RN el próximo 30 de junio. Bardella dio su versión de la decisión en el telediario de France 2: "Necesitamos confianza [...] las posiciones tan excesivas de Éric Zemmour han dejado obsoletas las condiciones de un acuerdo". Más allá de la motivación ideológica y en lugar de haber ningún cordón sanitario, una fuente declara al medio parisino que la decisión de Ciotti también podría ser estratégica: Philippe Vardon, jefe de campaña de Maréchal, es rival del republicano por la alcaldía de Niza en las próximas elecciones municipales. La misma fuente concluye: "Es una operación de Ciotti para salvar su culo".

Durante la campaña de las europeas que se celebraron el pasado domingo, y en la que tanto Bardella como Maréchal ganaron sendos escaños, los mensajes de Maréchal y Zemmour fueron especialmente porfiados con el resto de partidos de derechas, especialmente LR y el RN. En una entrevista con BFMTV del 2 de junio, Maréchal arremetió contra la agrupación de Le Pen: "La gran diferencia [...] es que nosotros tenemos 92 medidas, es decir, cuatro veces más que ellos".

Reconquista y el RN tienen posturas antipódicas con respecto a Nueva Caledonia. El partido de Zemmour aboga por decretar un estado de sitio, mientras el de Le Pen propone celebrar un referéndum dentro de 40 años. "Tenemos 92 propuestas, cuatro veces más que ellos. Por ejemplo, defendemos un bloqueo naval del Mediterráneo, y tenemos la voluntad de defender la demografía francesa y europea con políticas familiares que se deduzcan de los déficits nacionales, cosas que ellos no", sentenció. Esto es particularmente evidente en la promoción de esta visión "nativista" de la sociedad. La visión de Reconquista es abiertamente hostil a la comunidad LGBTQ+ y favorables a una sociedad patriarcal, donde las mujeres sirven sobre todo para reproducir el "grupo original".