Rescatistas llevan el cuerpo de una persona encontrada bajo los escombros en el lugar donde un edificio de apartamentos fue alcanzado por un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kiev.

Rescatistas llevan el cuerpo de una persona encontrada bajo los escombros en el lugar donde un edificio de apartamentos fue alcanzado por un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en Kiev. Reuters

Europa

Por qué los servicios de inteligencia ven difícil que Putin trate de conquistar más territorio en Ucrania

La ofensiva rusa de verano tendrá que esperar: Putin no ha logrado sus objetivos en Járkov ni en Chasiv Yar y apuesta por planes B más crueles.

10 julio, 2024 02:21

En el contexto de la cumbre de la OTAN en Washington D.C., altos cargos de la inteligencia estadounidense mostraron su convencimiento de que Rusia ya no podrá conquistar mucho más territorio en Ucrania. Según estas fuentes, las tropas rusas sobre el terreno están poco entrenadas mientras que las ucranianas disponen ya de munición suficiente como para establecer sus posiciones defensivas sin demasiados apuros.

Por supuesto, siempre puede haber avances puntuales en alguna dirección, pero la idea de un derrumbe ucraniano, que estuvo presente a principios de primavera, queda ahora mismo completamente descartada.

Acaban así los intensos rumores que circularon en su momento sobre una supuesta “ofensiva de verano” rusa con centenares de miles de soldados dedicados a la tarea. Aunque es probable que Putin siga intentando avanzar posiciones al norte de Zaporiyia y al oeste de Donetsk, el inmenso gasto de hombres y recursos que requieren esos mínimos avances no auguran nada bueno a medio y largo plazo para el ejército ruso. En otras palabras, no son sostenibles en el tiempo.

De hecho, las noticias que llegaron este martes a través del parte diario del Institute for the Study of the War pueden considerarse esperanzadoras para las tropas de Syrskyi y Zelenski. La reconquista de Vovchansk, al norte de Járkov, parece un poco más cerca, lo que dejaría la incursión rusa en dicha provincia en nada. Del mismo modo, después de tres meses ya de resistencia en Chasiv Yar, uno de los posibles accesos al núcleo militar de Sloviansk-Kramatorsk, son ahora los ucranianos los que recuperan terreno.

El objetivo de Rusia era llegar a este mes de julio con un pie bien dentro de Járkov y el otro en las inmediaciones de Sloviansk. De esa manera, podrían plantearse un todo o nada y lanzarse sobre la capital de la Ucrania rusófona o intentar completar la captura del Donbás. Nada más lejos de sus posibilidades actuales, con avances que se miden en unas decenas de kilómetros cuadrados al mes y que apenas alteran la correlación de fuerzas.

Cuestionar a Zelenski y cortejar a Kim Jong-un

Aparte, da la sensación de que Putin hace tiempo que está jugando un doble Plan B diplomático que, como siempre, se basa en el terror. Después de intentar durante dos años intimidar a los aliados de Ucrania en Occidente con amenazas nucleares, ahora se dedica a firmar acuerdos militares con Corea del Norte y a enfrentarse dialécticamente a la del Sur. Recibe entre abrazos a Orbán, para sembrar la cizaña en la Unión Europea y recibe en Moscú con todo tipo de fastos a Narendra Modi, primer ministro de la India, justo cuando ese país daba señales de inclinarse hacia Estados Unidos.

El presidente ruso, Vladimir Putin, abraza al primer ministro indio, Narendra Modi, este lunes al inicio de su visita de dos días a Rusia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, abraza al primer ministro indio, Narendra Modi, este lunes al inicio de su visita de dos días a Rusia. Redes sociales

A estos juegos de política exterior hay que unir desde hace un par de meses el cuestionamiento constante de la figura de Volodimir Zelenski por el hecho de no convocar elecciones presidenciales en Ucrania y extender así su mandato de cinco años. Omite, eso sí, que dicha convocatoria es constitucionalmente imposible al estar vigente el estado de guerra en Ucrania. No quedan ahí los esfuerzos del Kremlin por deslegitimar al líder ucraniano, al que acusan también de haber mentido en las negociaciones de Estambul: según Rusia, Ucrania habría aceptado una rendición de la que no tuvimos conocimiento en su momento y que sus autoridades siempre han negado. Suficiente tenían con salir vivos de esa encerrona.

Rusia lleva décadas jugando a la confusión y el enfrentamiento en medio mundo. Entiende que, si consigue que su mensaje cale en la ciudadanía ucraniana, incluso si logra que sus aliados internacionales lo utilicen como un argumento irrefutable en el escenario internacional, es posible que acabe consiguiendo un armisticio favorable a sus intereses. Putin comentó casualmente en una reciente rueda de prensa que, si Ucrania le entregaba Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, las cuatro regiones anexionadas unilateralmente por Rusia en septiembre de 2022, la guerra acabaría de inmediato. No especificó cuándo empezaría la siguiente, con Odesa, Dnipropetrovsk y Járkov como objetivos.

Una matanza para hundir la moral de los civiles

En esta estrategia de minado de la moral enemiga, hay que enmarcar los salvajes ataques del pasado lunes sobre Kiev. El mayor hospital pediátrico de la ciudad fue golpeado por un misil ruso, causando más de 30 muertos, cuatro de ellos niños. El objetivo es convencer a la ciudadanía ucraniana de que su gobierno les miente, les oprime y no les defiende. Llevar el miedo del frente a cada rincón del país, algo que Ucrania, incomprensiblemente, tiene prohibido por sus aliados: mientras en Kiev los menores recibían su sesión de quimioterapia en la calle, en Moscú, los ciudadanos ondeaban alegremente banderas rusas e indias.

Trabajos de rescate en el hospital infantil de Kiev atacado este lunes con un misil ruso.

Trabajos de rescate en el hospital infantil de Kiev atacado este lunes con un misil ruso. Reuters

Con todo, parece esta una táctica no solo cruel sino desesperada y con muy pocas posibilidades de éxito. En la citada cumbre de la OTAN, los aliados han vuelto a mostrar su apoyo sin fisuras a Ucrania y precisamente la matanza del Hospital de Okhmatdyt ha causado una oleada de indignación en todo el mundo, lo que a su vez se ha traducido en numerosos ofrecimientos de más armas y más ayuda.

Alemania, por ejemplo, ha anunciado este martes su intención de gastar 4.000 millones de euros más en ayudar al gobierno de Zelenski. Parafraseando a Churchill, el principio del fin queda lejos, pero el fin del principio igual ya ha pasado hace tiempo.