Gabriel Attal permanece en sus funciones de premier. Las negociaciones continúan a todo ritmo en Francia y es posible que el joven de 35 años permanezca en el poder. Pero al lado suyo, son varias las cartas que anhelan llegar a su puesto. Olivier Faure, máximo líder del Partido Socialista, pareciera no ser una amenaza. Sin embargo, destaca por su estrategia y el modo en que ha aumentado sus representantes en la Cámara de Diputados desde el año 2022. Con 55 años, la ambición es latente.
Se trata del Parlamento más fracturado de la historia reciente. El presidente Macron ha hecho todo lo que está a su alcance para establecer un pacto de gobierno que deje al margen a los extremos. También intenta persuadir a los militantes más "moderados" del Nouveau Front Populaire (NFP). Un bloque que pide posicionarse tras quedar primero en la votación del pasado domingo con 180 escaños de la Asamblea.
Además del socialista Faure, son varios los candidatos en disputa. Uno de ellos se desempeña como ministro desde 2017, momento en el que asumió la cartera de Interior, liderando la acción de la policía. Su nombre es Gérald Darmanin, tiene 41 años y es descendiente de una familia de clase trabajadora con orígenes en Argelia y Malta. Comenzó su ruta partidista en la agrupación conservadora Les Républicans (LR) y en la actualidad es uno de los principales liderazgos en el bando derechista de Macron.
Un tecnócrata en las sombras
Ante la inminente salida de Attal Hôtel de Matigno cada vez son más los rumores de que un hombre de perfil tecnócrata asuma el cargo de premier. Macron hará todo lo posible por mantener a su fuerza política liderando Francia, sin embargo, sabe que son muchas las complicaciones en vista de formar un gobierno de tinte mayoritario.
Ante la incertidumbre, tanto él como su coalición están buscando una salida y alguien de un perfil más técnico, menos político, poco conocido y con una actuación limitada y bajo supervición, podría ser el adecuado para afrontar el desafío. Quién es o en quiénes se está pensando es todavía una incógnita.
Una oposición verde
El socialismo representado en Faure y el centrismo de Macron no corren solos en la pista. Marine Tondelier, de los Verdes, es reconocida por todos por vestir de una manera que se le asocie a sus ideas. Joven, de sólo 37 años, se le observa como una líder con potencial y en quien confiar para delante. De buena retórica, destaca por sus discursos llenos de calor en contra de la extrema derecha y sus allegados. Pese a ello, mucho se le recrimina su poca experiencia en el gobierno nacional y no se le termina de considerar una candidata con las aptitudes necesarias para llegar al puesto.
También del ala opositora, está Xavier Bertrand, de 59 años. Fue ministro de Sanidad y Trabajo con Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, lo que lo convierte en un hombre que sabe cómo funcionan las cosas desde adentro. Su sello: hacer que la clase trabajadora disponga de más y mejores servicios y que el gasto social sea invertido en quienes más lo necesitan. Ha sido un fuerte opositor al actual presidente en su propuesta de aumentar la edad de jubilación, criticándolo duramente en reiteradas ocasiones.
Más apoyos para el presidente
Macron no está sólo y sus deseos de mantener la gobernanza son altos. Su gran aliado es François Bayrou, de 73 años de edad y alcalde de su región natal, Pau, en el suroeste del país. Su partido es Modem, que lidera y pertenece a la alianza Ensemble, la misma del presidente. Reconocido por sus pares como un socialdemócrata clásico y con políticas más bien cargadas al ala izquierda dentro del sector gobernante.
Su estilo es algo conflictivo y en el último tiempo ha decidido enfrentar a las figuras mejor posicionadas a la derecha de Macron. Un ejemplo es el mismo Darmanin, que aboga por recurrir a LR para encontrar los aliados suficientes para mantener el poder. En palabras de Bayrou, no todo sirve para esas intenciones y no se debe, bajo ningún motivo, abandonar parte importante del electorado sólo para continuar gobernando.