El director general de Tesla, Elon Musk, ha negado rotundamente haberle regalado un Tesla Cybertruck al líder de la región rusa de Chechenia, Ramzan Kadyrov, después de que el dictador publicara un vídeo de él mismo en el lujoso vehículo armado con una ametralladora y amenazando a Ucrania con enviarlo al campo de batalla.
"¿De verdad eres tan retrasado mental que crees que le regalé un Cybertruck a un general ruso?", respondió Musk en su plataforma de redes sociales X el domingo por la noche a una publicación del autor y periodista estadounidense Seth Abramson.
"Otro ejemplo más de lo mucho que mienten los medios tradicionales", sentenció el ejecutivo de Tesla en su publicación.
El líder de la república rusa de Chechenia y aliado del presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró el pasado fin de semana que había recibido el Tesla del mismo Elon Musk. En un vídeo publicado en Telegram, definía al vehículo como "un animal verdaderamente invulnerable y rápido".
En las imágenes, Kadyrov aparece conduciendo por la capital chechena, Grozny, en el vehículo plateado cuadrado, que estaba equipado con una torreta de armas.
El líder checheno posa junto a una ametralladora que lleva en el techo del coche, armado fuertemente, con cinturones de munición sobre los hombros y el pecho.
Kadyrov termina su alocución en dicho vídeo invitando a Musk a visitar Chechenia. "¡Ven a Grozny, te recibiré como al invitado más querido! No creo que nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores ruso esté en contra de tal viaje."
Un estrambótico dictador
Kadyrov, que es hijo del expresidente checheno Ajmat Kadyrov -asesinado en 2004 por la explosión de una bomba-, lleva 17 años gobernando con mano dura Chechenia, la república semiautónoma rusa situada en el norte del Cáucaso.
Los lazos entre Kadyrov y el Kremlin empezaron a estrecharse durante la Segunda Guerra de Chechenia (1999-2009), cuando él y su padre, que en aquel momento gobernaba la república caucásica, cambiaron la lucha armada por su alianza con Putin.
Durante todos estos años en el poder, Kadyrov se ha construido la imagen de líder estrambótico y de aliado despiadado del presidente ruso. En los últimos dos años y medio, se ha convertido en un agresivo animador de la guerra en Ucrania. En ocasiones, no ha tenido reparos para criticar a Putin por su forma de organizar la invasión, mientras que en otras no ha dudado en ofrecer sus tropas para sumarse al frente.
Los activistas por los derechos civiles han acusado al dictador checheno de asesinar a opositores políticos, torturar a prisioneros y secuestrar. Asimismo, Kadyrov ha llenado cargos públicos con familiares y, con la aprobación del Kremlin, ha violado las leyes de forma reiterada y descarada.