Dominique Pélicot, el jubilado francés que está siendo juzgado en la ciudad de Avignon, en el sureste del país, por drogar durante años a su esposa para que decenas de hombres la violaran en estado inconsciente, le aseguró a un psicólogo mientras estaba en prisión que su mujer fue la culpable de sus acciones porque "no quería acostarse con él" y hacer intercambio de parejas.
El acusado, de 71 años, no asistió este lunes a otra sesión del juicio después de que su abogado le relatase al juez que había sufrido "problemas médicos" durante las últimas 48 horas por no haber recibido "tratamiento adecuado".
Quien sí ha declarado este lunes ha sido la psicóloga Anabelle Montagne, quien ha afirmado que durante una conversación en prisión con Pélicot, en diciembre de 2020 —un mes y medio después de su detención—, éste admitió haber llevado a cabo la campaña de abusos sexuales contra su esposa Gisèle.
"Mi esposa y yo tuvimos una discusión sobre intercambio de parejas; ella no estaba de acuerdo, así que la drogué", ha declarado Montagne ante el Tribunal de lo Criminal del departamento de Vaucluse.
La psicóloga ha agregado que Pélicot amaba a su esposa, pero la veía como "un objeto sexual para satisfacer sus necesidades sexuales y narcisistas".
Asismismo, ha revelado que Pélicot lamentaba que el juicio había arruinado su vida, y que él y su esposa podrían haber continuado felizmente casados de no haberse detapado el caso. "Asegura que todo podría haber seguido igual si no le hubieran detenido. 'Gisele no se habría enterado de nada, habríamos seguido siendo felices'", ha declarado.
Sus declaraciones llegan tras el análisis presentado por la experta a la que la Justicia encargó el análisis psicológico de Pelicot, Annabelle Montagne, quien le define como un egocéntrico narcisista que tenía un deseo irrefrenable de cumplir sus fantasías sexuales.
Montagne insistió en que no presentaba problemas mentales ni tenía patologías mentales que le impidieran discernir lo bueno de lo malo. Un elemento fundamental a la hora de poderlo considerar penalmente responsable.
Asimismo, indicó ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse que no se le detectaron adicciones, más que posiblemente al sexo, que se traducía en un uso muy frecuente de contenidos pornográficos, y que tenía una tendencia al voyeurismo.
En cuanto a su mujer, la concebía como un objeto para cumplir sus necesidades y sus deseos, más que a una persona a la que tenía que respetar.
Dominique Pélicot se presentaba como un padre de familia (tiene tres hijos de Gisèle y seis nietos) respetado y apreciado, con un funcionamiento psicoafectivo correcto y con unas relaciones personales estables tanto en su vida privada como profesional.
La abogada de Dominique Pelicot, Béatrice Zavarro, destacó ante la prensa, tras la presentación del informe de peritaje, que hay "una gran dicotomía" en la personalidad de su cliente: por un lado, se comportaba como un hombre "servicial, amable, bueno en todos los sentidos", y por otro "que se descubre a sí mismo por la noche a través de sus desviaciones".
Zavarro quiso destacar de su lectura del peritaje psicológico, que la jubilación y el traslado de la familia al sureste de Francia (antes vivió en la región de París) habían debilitado algunas barreras e hicieron aflorar una personalidad oscura que podía tener origen en unos abusos que él mismo sufrió de niño.
Denuncias de los acusados
Por otro lado, los acusados por haber violado a Gisèle han anunciado este lunes una salva de denuncias por los ataques que dicen estar sufriendo ellos y sus familiares.
En un comunicado leído ante la prensa por la abogada Isabelle Crépin-Dehanene, durante un receso del juicio, los defensores de los 51 encausados se quejaron de que durante el fin de semana se han constatado "comportamientos delictivos".
En concreto, precisaron que algunos de sus hijos han sido atacados en sus colegios, que algunas de sus esposas o de otros allegados han sido insultados, que han recibido llamadas amenazantes o que incluso hubo un intento de intrusión en un domicilio.
Los abogados subrayaron que "la gravedad de esos hechos" les ha llevado a pedir a la Fiscalía que lance procedimientos penales para "prevenir cualquier nueva forma de violencia" porque temen "ataques contra la integridad física de los acusados y de sus allegados".
Esta misma semana tienen intención de formalizar "una quincena de denuncias" ante la Justicia y habrá más en las próximas semanas.
Los letrados constataron que desde el inicio del juicio el pasado 2 de septiembre ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, en la ciudad francesa de Aviñón, ha habido personas y asociaciones que han filtrado en redes sociales informaciones personales de sus clientes.
Destacaron que entre los documentos publicados en las redes hay fotografías tomadas en el tribunal, cuando en Francia está absolutamente prohibido captar y difundir imágenes, vídeos, pero también grabaciones sonoras durante las audiencias.
Igualmente, reprocharon que algunos de los implicados en el proceso, como peritos judiciales o investigadores han utilizado un "vocabulario" a que atenta contra los derechos a la presunción de inocencia y a un juicio justo.
Conmoción en Francia
Según las conclusiones de la instrucción del caso, Gisèle Pelicot, que tiene ahora 71 años, fue violada decenas de veces entre 2011 y 2020 por decenas de hombres con los que su marido, Dominique, había contactado para que en una especie de práctica voyerista tuvieran relaciones sexuales con ella, que no era consciente de nada porque estaba bajo los efectos de ansiolíticos.
Todo se descubrió en septiembre de 2020 cuando Dominique Pélicot fue detenido por los vigilantes de un supermercado de la ciudad de Carpentras por haber filmado bajo la falda de varias mujeres.
Cuando los policías fueron a analizar su material informático se toparon con miles de fotos y vídeos en los que aparecía su mujer inconsciente y se veían los abusos a los que había sido sometida.
Gisèle Pelicot prestó testimonio la semana pasada y aseguró que quiere que se sepa todo para evitar otros casos de mujeres que sufran sumisión química.
En total, además de Dominique Pélicot, hay otros 50 hombres que han podido ser identificados y que están siendo juzgados por el delito de violación agravada, que está penado con hasta 20 años de cárcel.
El juicio ha causado una fuerte conmoción en Francia y los abogados de la víctima han pedido públicamente que no se hagan colectas en línea para recabar fondos para Gisèle Pélicot, ya que la víctima no desea ese tipo de apoyo.