Los incendios forestales que asolan el centro y norte de Portugal desde el domingo han dejado hasta el momento tres muertos, incluyendo un bombero y dos civiles, además de varios heridos y evacuaciones masivas. Según informan las autoridades locales y Protección Civil lusa, las llamas siguen fuera de control en varias zonas, lo que ha obligado al Gobierno portugués a activar el Mecanismo Europeo de Protección Civil para recibir ayuda internacional.
El primer fallecido se registró en la madrugada del lunes en el municipio de Oliveira de Azeméis, donde un bombero sufrió una parada cardiorrespiratoria durante una pausa en las labores de extinción. El agente, que estaba combatiendo el fuego en condiciones extremas, no pudo ser reanimado pese a los esfuerzos de sus compañeros.
Según medios locales, otros cuatro bomberos también resultaron heridos en el mismo incendio, tres de ellos de gravedad, lo que ha generado preocupación por la seguridad del personal que trabaja en la primera línea de combate contra las llamas.
Horas más tarde, se confirmaron las muertes de dos civiles en el distrito de Aveiro, en la región central del país. Una de las víctimas, un hombre de 28 años de nacionalidad brasileña, fue hallado carbonizado en una zona forestal en Albergaria-a-Velha.
La víctima trabajaba para una empresa de explotación forestal y, según informó la Guardia Nacional Republicana (GNR), se encontraba en la zona con varios compañeros para intentar recuperar maquinaria que había quedado atrapada en el área afectada por el fuego. La Policía Judicial ha asumido la investigación de este suceso para esclarecer las circunstancias exactas del fallecimiento.
El segundo civil fallecido fue en Sever do Vouga, también en el distrito de Aveiro. Según medios locales, este hombre murió de un ataque cardíaco mientras el fuego se acercaba peligrosamente a su localidad. La rápida expansión de los incendios en esta región ha sido alimentada por las condiciones meteorológicas adversas, con temperaturas extremadamente altas y fuertes vientos que dificultan las labores de extinción.
Heridos y evacuaciones masivas
Además de los fallecidos, las autoridades han informado que los incendios han dejado al menos 17 personas heridas, de las cuales tres se encuentran en estado grave.
Las llamas también han obligado a la evacuación de decenas de personas de las áreas más afectadas y al cierre de múltiples carreteras, entre ellas importantes vías como la A1, A25 y la A29. Según Protección Civil, hasta el lunes por la tarde, había 36 incendios activos en todo el territorio, siendo los más preocupantes los que afectan a los municipios de Oliveira de Azeméis, Albergaria-a-Velha y Sever do Vouga.
El comandante nacional de la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil (ANEPC), André Fernandes, indicó en una rueda de prensa que más de 3.000 bomberos, 645 vehículos y 32 medios aéreos están siendo utilizados para combatir los incendios.
Sin embargo, la magnitud de la crisis ha llevado al Gobierno luso a solicitar ayuda internacional. A través del Mecanismo Europeo de Protección Civil, países como España, Francia, Italia y Grecia han enviado ocho aviones anfibios Canadair para apoyar las labores de extinción.
Respuesta del Gobierno
El primer ministro portugués, Luís Montenegro, canceló su agenda para el lunes y martes con el fin de coordinar personalmente la respuesta al desastre. En un comunicado, el Gobierno luso agradeció la solidaridad mostrada por sus socios europeos y subrayó que la situación sigue siendo extremadamente crítica debido a las condiciones climatológicas, que no favorecen la contención de los incendios.
Además, le presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, ha anunciado este lunes que cancelará la visita que tenía prevista esta semana a España -concretamente a Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria- debido a la grave situación que atraviesa el país.
"Cancelaré la visita que tenía prevista a España pasado mañana al entender que hay una preocupación en curso", dijo en declaraciones a periodistas en la sede de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC) lusa, en Carnaxide, a las afueras de Lisboa.
Portugal, al igual que otros países del sur de Europa, sigue siendo extremadamente vulnerable a los incendios forestales, especialmente en un contexto de cambio climático que agrava las condiciones de sequía y calor extremo. Aunque el país ha experimentado menos incendios este año debido a un inicio de año lluvioso, el riesgo sigue siendo alto durante los meses de verano.
Las autoridades portuguesas han alargado la alerta nacional hasta el jueves debido al alto riesgo de incendios. La previsión meteorológica no augura mejoras significativas en las próximas horas, por lo que los esfuerzos continúan centrados en contener los focos más peligrosos y garantizar la seguridad de los ciudadanos y del personal de emergencia.