Polémica en Austria por la primera sentencia de cárcel por extraer comida de un contenedor de basura. Un hombre ha sido condenado este martes a cuatro semanas de prisión condicional por llevarse alimentos de un contenedor de un supermercado de Viena, según informó el diario Der Standard.

Christian A., un activista ambiental en paro, fue detenido el pasado 26 de mayo tras ser sorprendido junto a una amiga cuando extraía fruta, pan, huevos, salchichas y otros alimentos arrojados a un contenedor de basura.

Según recoge la sentencia, ambos accedieron al área de residuos de un supermercado por la noche y recuperaron productos que habían sido desechados por la empresa pero que aún eran aptos para el consumo.

La recogida de alimentos desechados, práctica conocida en inglés como "dumpstern", lucha contra el despilfarro.

Aunque el supermercado no presentó denuncia alguna y la puerta del área de basura no estaba cerrada, la Policía intervino alertada por un vecino.

La Fiscalía presentó cargos por robo con allanamiento, acusación desestimada por el tribunal al considerar que no se utilizó la fuerza ni se causó ningún daño al acceder al lugar.

Sin embargo, el activista sí fue declarado culpable de intento de robo, un delito que conlleva hasta tres años de prisión en Austria.

Durante el juicio, Christian A. defendió su acción como un acto de "rescate de alimentos" con el objetivo de evitar el desperdicio de comida, que utilizaba para su propio consumo y para entregarla a personas necesitadas.

La jueza, sin embargo, argumentó que el acusado no reconoció su responsabilidad y puso en valor la premeditación en el robo, ya que ambos llegaron en bicicleta equipados con cajas para facilitar el transporte de los alimentos rescatados, valorados en 50 euros.

El caso ha desatado las críticas de grupos ecologistas y organizaciones de recuperación de alimentos en Austria, que consideran la sentencia totalmente desproporcionada.

Las asociaciones a favor de esta práctica subrayaron que la recuperación de comida desechada debería ser fomentada en lugar de criminalizada.

El condenado ya ha anunciado que apelará la sentencia y ha rechazado aceptar cualquier acuerdo alternativo que implique admitir su culpabilidad. "Para mí es una cuestión de principios, no creo haber hecho nada que merezca un castigo", declaró al diario Der Standard.

El activista no entrará en prisión para cumplir su mes de cárcel a menos que incurra en otro delito en el plazo de tres años.