Jara Atienza
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Celeste Caeiro, la mujer que entregó claveles a los militares portugueses que estaban al frente del levantamiento militar del 25 de abril de 1974 y dio nombre a la Revolución de los Claveles, ha fallecido este viernes a los 91 años.

Así lo ha confirmado el medio de comunicación luso Público. Previamente, su nieta Carolina ha anunciado la noticia de la muerte en la red social X. "Para siempre mi Abuela Celestial. Mírame", ha escrito.

Hace 50 años, Portugal dijo adiós a la dictadura más longeva del siglo XX en Europa occidental. Era un jueves de primavera cuando un puñado de jóvenes militares se levantaron contra el régimen ultraconservador que llevaba 40 años pisoteando las libertades de la sociedad lusa.

Mientras los soldados recorrían las calles de Lisboa, Celeste Caeiro, una mujer que iba de camino al trabajo, fue interpelada por un soldado. "¿Tiene un cigarrillo?", le preguntó. Apurada, esta camarera de 40 años le dijo que no fumaba, pero dispuesta a ayudar en lo que fuese le ofreció un clavel rojo. El soldado lo colocó en la boca de su fusil.

Así, Caeiro fue repartiendo uno a uno los claveles rojos y blancos que llevaba encima a todos los militares con los que se cruzaba. "Le ofrecí otra a otro soldado y lo aceptó, y luego otro y luego otro. Fue una alegría muy grande. Estaba muy contenta cuando los vi cruzar la plaza con los claveles. Fue una sensación que no se puede explicar", dijo años más tarde en una de sus últimas entrevistas.

El gesto se convirtió en un símbolo del pacifismo de la revolución. Sólo cuatro personas murieron durante aquel día frente a la sede de la policía política que abrió fuego contra la multitud que rodeaba el edificio. Ese fue el único contrapunto violento de la jornada, que a ratos parecía más una fiesta popular que un golpe militar.