El candidato presidencial rumano Calin Georgescu en un debate televisivo el pasado 13 de noviembre.

El candidato presidencial rumano Calin Georgescu en un debate televisivo el pasado 13 de noviembre. Reuters

Europa

Rumanía mete el miedo en el cuerpo a la Unión Europea con el fantasma de un nuevo Víktor Orbán en Bruselas

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"Un candidato prorruso que admira a Putin y cuestiona la legitimidad de Ucrania representa un alto riesgo para Rumanía. Su resultado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales refleja la guerra híbrida de Rusia contra la democracia europea", avisa el vicepresidente del grupo popular en la Eurocámara, el rumano Siegfried Muresan.

Los dirigentes de la Unión Europea asisten en estado de shock a un nuevo episodio del auge de la derecha populista radical y prorrusa, que ahora mismo parece imparable. Sólo en los últimos meses, los ultras han ganado elecciones en varios estados federados alemanes y también en Austria, aunque en ambos casos no han llegado al poder porque se les ha aplicado el cordón sanitario. Una facción cuyo líder más visible ahora mismo es el Viktor Orbán, que visitó a Vladímir Putin en Moscú en julio al inicio de la presidencia húngara de la UE y que tiene línea directa con Donald Trump justo cuando se prepara para regresar a la Casa Blanca. 

El último capítulo se ha vivido la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebrada este domingo en Rumanía. Calin Georgescu (62) -simpatizante de Vladímir Putin y crítico de la OTAN- ha dado la campanada al imponerse con el 22,94% de los votos. Durante la mayoría de la campaña, los sondeos lo situaban sistemáticamente en el pelotón de cola, con una intención de voto inferior al 10%.

Antiguo miembro del partido ultranacionalista AUR, Georgescu se ha presentado esta vez como candidato independiente y ha hecho buena parte de su campaña presidencial al margen de los medios tradicionales. Sus mensajes los ha concentrado en la red social china TikTok, con vídeos virales donde exhibe una imagen dinámica (montando a caballo, nadando, corriendo o haciendo kárate) y se presenta como el candidato contra la corrupción de la clase dirigente. 

Georgescu ha logrado además dejar fuera de la segunda vuelta al candidato socialdemócrata y gran favorito, Marcel Ciolacu, pese a contar con el apoyo implícito del establishment de la UE y la OTAN. En los dias previos a la votación, Ciolacu se reunió en Bruselas con la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, o con el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte. Austria levantó además su veto, sostenido durante años, a la plena integración de Rumanía y Bulgaria en el espacio Schengen.

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Ciolacu ha anunciado su dimisión como líder de los socialistas debido al mal resultado electoral, pero se quedará como primer ministro hasta las elecciones parlamentarias programadas para el próximo 1 de diciembre. Es la primera vez desde la caída del comunismo en 1989 que un aspirante socialdemócrata no pasa a segunda vuelta.

En otra clara indicación del ambiente antisistema en el que han tenido lugar los comicios, también ha quedado descalificado el candidato del Partido Nacional Liberal (adscrito al Partido Popular Europeo y en el que milita Muresan), con el que gobierna Ciolacu en un acuerdo de gran coalición. Por su parte, el hasta hace poco número 2 de la OTAN, Mircea Geoana, que se presentaba como independiente, apenas ha logrado el 6% de los votos.

En Rumanía, el presidente tiene entre sus atribuciones designar al candidato a primer ministro y dirigir la política exterior y de defensa del país. De hecho, es el presidente y no el primer ministro el que representa a Rumanía en los Consejos Europeos, un papel que ha ejercido durante los últimos 10 años con aplomo el popular Klaus Iohannis, que compitió con Rutte para dirigir la OTAN pero al final tuvo que retirar su candidatura por falta de apoyos.

Rumanía comparte una frontera de 650 kilómetros con Ucrania y desde el estallido de la guerra ha apoyado al Gobierno de Volodímir Zelenski y ha facilitado la exportación de cereales ucranianos desde el puerto de Constanza, en el mara negro.

El ganador de la primera vuelta de las presidenciales es el extremo opuesto de Iohannis y defiende un cambio radical en la política hacia Rusia y Ucrania. En una entrevista de 2022, Georgescu calificó a Vladímir Putin como uno de los pocos auténticos líderes del mundo y expresó su admiración por las dotes negociadoras de Viktor Orbán. También ha tachado de "vergüenza de la diplomacia" el escudo antimisíles que la OTAN tiene en Rumanía y ha cuestionado que la Alianza vaya a ayudar a sus miembros si son atacados por Rusia.

Su rival en la segunda vuelta del 8 de diciembre será la candidata de centroderecha Elena Lasconi (52 años), líder del partido opositor Unión Salvar Rumanía, que ha quedado en segunda posición con el 19,18% de los votos. Periodista de formación, Lasconi ha defendido en la campaña posiciones favorables a la UE y a la OTAN y ha reclamado intensificar la lucha contra la corrupción. Si se impone a Georgescu, sería la primera mujer presidenta en la historia de Rumanía.

Su partido está adscrito al grupo liberal Renew. "Querida Elena, toda tu familia de Renew Europa te apoya en tu lucha por un futuro proeuropeo, liberal y progresista para todos los rumanos", ha escrito la líder de Renew en la Eurocámara, Valérie Hayer, estrecha aliada de Emmanuel Macron.

"Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Rumanía establecen una segunda vuelta clara: una centrista proeuropea contra un rival prorruso y antieuropeo, bajo investigación por comentarios profascistas. Con la guerra en nuestras fronteras, la decisión de Rumanía en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales determinará la manera en que evolucionará nuestra democracia", destaca Siegfried Muresan.