Miles de georgianos proeuropeos han vuelto a salir este viernes a las calles del país para una segunda noche de protestas, después de que el partido gobernante anunciara el jueves que suspendería las negociaciones de adhesión a la UE hasta 2028, en una abrupta paralización de un objetivo nacional de larga data.
La adhesión a la UE es enormemente popular en Georgia, según las encuestas de opinión, y el anuncio provocó que una multitud se concentrara frente al edificio del parlamento en Tiflis el jueves, donde los antidisturbios utilizaron cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersarla.
Nuevamente el viernes, miles se concentraron frente a la sede parlamentaria, un edificio de estilo soviético similar a una fortaleza, portando banderas de la UE y de Georgia. Cerca de ellos se encontraban cañones de agua en espera, mientras la policía y las fuerzas especiales se desplegaban en gran número.
Elene Khoshtaria, líder del partido de oposición más grande de Georgia, la Coalición por el Cambio, sufrió una fractura en la mano durante la represión del jueves, que comparó con las tácticas policiales de Rusia y Bielorrusia. En declaraciones a Reuters, con su brazo en cabestrillo, dijo: “No vamos a ceder, no vamos a rendirnos. Pero creo que la comunidad internacional debería pensar cómo apoyar a las personas que realmente creen en los valores europeos”.
La congelación de las negociaciones ha provocado un enfado generalizado en Georgia, un país que tiene el objetivo de la membresía en la UE inscrito en su constitución.
Cientos de empleados en activo de los ministerios de Relaciones Exteriores, Defensa, Educación y Justicia del país firmaron el viernes cartas abiertas denunciando la congelación de las conversaciones como inconstitucional.
Una serie de universidades privadas han anunciado la suspensión de clases en medio de los disturbios, mientras que grupos empresariales han pedido al gobierno que revise su postura.
El partido Sueño Georgiano, que ganó casi el 54% de los votos en unas elecciones de octubre que los partidos de oposición calificaron de fraudulentas, declaró el jueves que congelaba las negociaciones de adhesión debido a lo que describió como un "chantaje" de la UE hacia Georgia.
La decisión culmina meses de deterioro en las relaciones entre Georgia y Occidente, que ha acusado al gobierno de Tiflis de inclinaciones autoritarias y prorrusas.
Sueño Georgiano aprobó este año leyes contra los llamados "agentes extranjeros" y los derechos LGTB, que los críticos califican de draconianas y de inspiración rusa.
El partido, que es ampliamente percibido como controlado por su fundador, el multimillonario y ex primer ministro Bidzina Ivanishvili, afirma que aún desea unirse a la UE en el futuro y que las leyes aprobadas son necesarias para defender los valores tradicionales de Georgia. El embajador de la UE en Georgia describió la postura de Sueño Georgiano como "desgarradora" el viernes y condenó la represión contra los manifestantes.