La OTAN recuerda que el compromiso del 2% del PIB para Defensa "ya no es suficiente" para plantar cara a Rusia
- Todos los aliados están incrementando su gasto militar. En 2024, 23 de los 32 miembros empatan o superan un porcentaje pensado para los tiempos de paz.
- Más información: La OTAN llama a intensificar la ayuda militar a Ucrania para "cambiar la trayectoria" de la guerra "de una vez por todas"
Los ministros de Exteriores de la OTAN, reunidos durante dos días con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en el ambiente, acordaron ayer una serie de medidas que decidieron llamar “proactivas” para contrarrestar las maniobras de los enemigos de Occidente, cada vez más frecuentes. “Su creciente campaña de acciones hostiles en los países de la OTAN”, argumentó Mark Rutte, secretario general de la Alianza, obliga a “exigir responsabilidades a sus autores”. En esta ocasión, como en otras, señaló el foco de las amenazas. “Tanto Rusia como China”, advirtió, “han intentado desestabilizar nuestros países y dividir nuestras sociedades con actos de sabotaje, ciberataques y chantaje energético”.
A lo que se comprometen los aliados es a agilizar los intercambios de inteligencia, a organizar más ejercicios defensivos, a mejorar la protección de las infraestructuras críticas, a reforzar su ciberseguridad, a garantizar “una actuación más dura contra la flota rusa en la sombra de buques exportadores de petróleo”.
Rutte, en resumen, no está sólo en este empeño. El ministro checo de Exteriores afirmó que es necesario “mandar un fuerte mensaje a Moscú de que no vamos a tolerar esto”. La ministra letona se refirió a los daños que recientemente han sufrido las infraestructuras submarinas ubicadas en el mar Báltico, y aseguró que “forman parte de una caja de herramientas que ciertos actores utilizan para influir en nuestras poblaciones y gobiernos y crear inseguridades o socavar la manera en que funcionamos”. La responsable finlandesa dijo que, “especialmente si hay un poder estatal exterior detrás de todo esto, tenemos que ser más contundentes en la atribución” de los ataques.
Las acciones híbridas contra los miembros de la OTAN no fueron, en cualquier caso, los únicos asuntos en la agenda. Rutte, sí, pidió más mano dura y confirmó que la Unión Europea está trabajando en un nuevo y ambicioso paquete de sanciones contra Moscú para evitar que eludan las anteriormente impuestas contra su principal fuente de ingresos: la venta de hidrocarburos. Pero, principalmente, recordó el riesgo de traicionar a los ucranianos y no actuar a tiempo en la disuasión de las potencias alineadas contra los intereses europeos.
“Si quieres mantener la disuasión al nivel actual, el 2% [del PIB en gasto militar] no es suficiente”, recalcó Rutte. Lo cierto es que casi todos los países se han comprometido a invertir porcentajes superiores en los próximos años, pero todavía hay nueve países por debajo en 2024. España, de hecho, supera por poco el 1%. Rutte, por otro lado, animó a acelerar el proceso, lamentó que aún se produce “a precios demasiado altos”, “la entrega es demasiado lenta”, “la industria de defensa tiene que hacer más turnos, necesita poner más líneas de producción”.
El Gobierno alemán, en ese sentido, aprobó ayer mismo una estrategia para su sector militar que pretende facilitar a las empresas que incrementen su capacidad de producción de armas y modernizar su debilitado ejército. Hace más de un año, Berlín abrió un fondo adicional a los presupuestos generales con unos 100.000 millones de euros para contribuir a este esfuerzo.
Los ministros destacaron, entre tanto, la importancia “prioritaria” de la entrega de defensas aéreas a Ucrania, que ha solicitado hasta 19 sistemas adicionales para proteger una infraestructura energética machacada por los bombardeos rusos. Los datos oficiales reflejan que hasta el 65% de la red está dañada y los apagones en algunas partes del país son de 20 horas. Rutte recalcó, además, que los aliados deben proporcionar a Kiev “el apoyo suficiente para cambiar la trayectoria de este conflicto de una vez”, y “garantizar que, llegado el momento, Ucrania pueda negociar la paz desde una posición de fuerza”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, agregó que hay que seguir ayudando a Ucrania para que esté en una “posición fuerte” que le permita “tomar las decisiones que necesite sobre su futuro”. “Si Rusia insiste en continuar con la agresión, Ucrania podrá negociar. Si Rusia está realmente dispuesta a negociar de buena fe, Ucrania podrá hacerlo en una posición más fuerte”, resumió.
Donde no encuentra el consenso con Kiev es, precisamente, en su insistencia en que comiencen a llamar a filas a jóvenes menores de 25 años. Para el presidente Volodímir Zelenski, es una línea roja: compromete el futuro de la nación y ni siquiera sería tan efectivo, argumenta, como que sus aliadas entregaran más armas y más rápido. Rutte, con sutileza, se alineó con la opinión de Washington. “Tenemos que asegurarnos de que haya suficientes tropas disponibles en Ucrania”, dijo. “Quizá sea necesario que más personas se desplacen a la línea del frente”.