La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante el discurso de investidura de su equipo la semana pasada en Estrasburgo

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, durante el discurso de investidura de su equipo la semana pasada en Estrasburgo Comisión Europea

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Von der Leyen viaja a Uruguay para cerrar ya el polémico acuerdo UE-Mercosur pese al 'no' de Francia

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En el momento de mayor debilidad política de Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha viajado este jueves a Montevideo con el objetivo de cerrar el polémico acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, bloque formado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Un pacto abanderado por España y Alemania, pero que cuenta con la oposición frontal de Francia, que denuncia que perjudicará a los agricultores europeos y a los objetivos de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático.

"La línea de meta del acuerdo UE-Mercosur está a la vista. Trabajemos, crucémosla. Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas: la mayor asociación comercial y de inversión que el mundo haya visto jamás. Ambas regiones se beneficiarán", ha escrito Von der Leyen en su cuenta de la red social X nada más aterrizar en la región, en un viaje que se ha organizado con el máximo secretismo. Le acompaña el nuevo comisario de Comercio, el eslovaco Maros Sefcovic.

La presidenta se reúne este jueves con el presidente de Montevideo, Luis Lacalle. El viernes participará en la cumbre de los líderes de Mercosur (en la que estarán también el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el argentino Javier Milei), un foro en el que se espera que se cierre por fin un acuerdo de libre comercio, que básicamente un canje de la carne de vacuno latinoamericano por los coches y la maquinaria de la UE. De hecho, el ministro de Exteriores uruguayo, Omar Paganini, afirmó este jueves que ya había acuerdo, sólo a la espera de la ratificación de los presidentes de los cuatro miembros latinoamericanos.

Según los cálculos de Bruselas, el pacto ahorrará a las empresas comunitarias 4.000 millones de euros al año en aranceles. Además, se garantiza la protección de 357 Indicaciones Geográficas de alimentos y bebidas de la UE, de las que 59 son españolas. Pero además, Bruselas destaca la dimensión geopolítica del acuerdo con Mercosur. Se trata de enviar un mensaje potente de apoyo al multilateralismo y a un comercio abierto y basado en reglas justo cuando Donald Trump regresa a la Casa Blanca con su amenaza de aranceles generales. Los europeos tampoco quieren perder terreno ante la creciente influencia de China en la región.

Por estos motivos, el acuerdo UE-Mercosur ha sido una de las prioridades políticas en Bruselas de Pedro Sánchez desde su llegada al poder, aunque los agricultores españoles también lo rechazan y denuncian que perjudicará a sectores como el de los cítricos. Sánchez quería haberlo concluido durante la presidencia española de la UE en el segundo semestre de 2023 para reforzar las relaciones con América Latina, pero fracasó en su objetivo sobre todo por la oposición de Francia.

"El proyecto de acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable tal como está. El presidente Macron se lo ha vuelto a decir hoy al Presidente de la Comisión Europea. Seguiremos defendiendo incansablemente nuestra soberanía agrícola", ha dicho el palacio del Elíseo nada más conocerse el viaje de Von der Leyen a Uruguay.

En las últimas semanas, el presidente Macron ha movilizado a todas sus tropas para tumbar el acuerdo con Mercosur. El Gobierno de París necesita reunir una minoría de bloqueo de al menos 4 Estados miembros que sumen el 35% de la población de la UE. Otros Estados miembros como Austria o Países Bajos también están en el 'no'. El último en sumarse al bando de Francia ha sido el primer ministro polaco, Donald Tusk, que el pasado 27 de noviembre anunció su oposición al pacto citando "preocupaciones para los agricultores polacos y la seguridad alimentaria".

Sin embargo, estos países todavía no alcanzan una minoría de bloqueo suficiente, lo que ha permitido a Von der Leyen dar un golpe de mano con su viaje sorpresa a Uruguay. La clave la tiene ahora el Gobierno de Giorgia Meloni en Italia, que en las últimas semanas ha mostrado dudas, pero que de momento no se ha decantado por el 'no'.

En realidad, el pacto con Mercosur, cuyas negociaciones se iniciaron en el año 2000, se cerró de forma provisional en junio de 2019, pero ha vuelto a encallar desde entonces. Para responder a las preocupaciones de unos y otros, Bruselas ha negociado en los últimos meses un capítulo adicional en materia de sostenibilidad (que abordaría cuestiones como la lucha contra la deforestación y el cambio climático), pero de momento se desconocen todos los detalles. Las próximas horas serán decisivas para saber si el acuerdo con Mercosur se aprueba o naufraga ya de forma definitiva.