El argentino Javier Milei, el uruguayo Luis Lacalle, la presidenta Ursula von der Leyen, el brasileño Lula da Silva y el paraguayo Santiago Peña, durante el anuncio del acuerdo UE-Mercosur este viernes en Montevideo

El argentino Javier Milei, el uruguayo Luis Lacalle, la presidenta Ursula von der Leyen, el brasileño Lula da Silva y el paraguayo Santiago Peña, durante el anuncio del acuerdo UE-Mercosur este viernes en Montevideo Comisión Europea

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Coches por carne: Bruselas y Mercosur cierran un polémico acuerdo de libre comercio tras 25 años de negociación

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Pese a la oposición frontal de Emmanuel Macron, que intentó detenerla con una llamada telefónica de última hora, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha sellado este viernes en Uruguay el polémico y gigantesco acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, cuya negociación ha costado 25 años. Un pacto abanderado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que se basa en el canje de carne de vacuno y productos agrícolas latinoamericanos por coches y maquinaria de la Unión Europea

En su llamada telefónica, Macron le dijo a Von der Leyen que el acuerdo con Mercosur (bloque formado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) "es inaceptable tal como está". El Gobierno de París sostiene que el pacto perjudicará a los agricultores europeos y pone en riesgo los objetivos de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. "Seguiremos defendiendo incansablemente nuestra soberanía agrícola", le trasladó el presidente francés a la alemana.

Pero Von der Leyen ha ignorado el 'no' rotundo de Francia, así como las reticencias expresadas en las últimas horas por el Gobierno de Giorgia Meloni en Italia y ha sellado el acuerdo durante la cumbre de líderes de Mercosur que se celebra en Montevideo. Lo hace además en plena crisis política en París, tras la caída del Gobierno de Michel Barnier, un movimiento que los medios franceses han interpretado como una afrenta y un síntoma del declive y la pérdida de influencia de Macron.

El resultado es que el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur sigue pendiente de un hilo. Para salir adelante, tiene que ser ratificado por las capitales por mayoría cualificada y por la Eurocámara por mayoría simple. Macron trabaja activamente para conseguir una minoría de bloqueo, que requiere al menos 4 países que sumen el 35% de la población europea.

Francia ya ha recabado el apoyo de Polonia, Austria y Países Bajos, pero no es suficiente. La llave la tiene por tanto el Gobierno de Meloni, que pese a sus reservas sigue sin decantarse claramente. "No se dan las condiciones" para firmar, han dicho en las últimas horas fuentes gubernamentales italianas.

Frente al 'no' de París y Varsovia y las dudas de Roma, un total de 11 países enviaron en septiembre una carta favorable a Von der Leyen, en la que le instaban a cerrar el acuerdo con Mercosur antes de fin de año. Además de Sánchez y Scholz, la misiva contaba con las firmas de los primeros ministros de Portugal, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Croacia, Estonia, Letonia, Luxemburgo y República Checa.

Si se superan todos los obstáculos pendientes, el acuerdo UE-Mercosur -cuya fecha de entrada en vigor todavía es una incógnita total- creará un mercado de 700 millones de personas, que según Von der Leyen constituye "la mayor asociación comercial y de inversión que el mundo haya visto jamás". Según los cálculos de Bruselas, el pacto ahorrará a las empresas comunitarias 4.000 millones de euros al año en aranceles. 

Las empresas de la UE -entre ellas 30.000 pymes- exportaron a los países de Mercosur 56.000 millones de euros en mercancías en 2023 y 28.000 millones en servicios en 2022, según los datos de Bruselas. 

Pero además, tanto Von der Leyen como Sánchez destacan la dimensión geopolítica del acuerdo con Mercosur. Se trata de enviar un mensaje potente de apoyo al multilateralismo y a un comercio abierto y basado en reglas justo cuando Donald Trump regresa a la Casa Blanca con su amenaza de aranceles generales. Los europeos tampoco quieren perder terreno ante la creciente influencia de China en la región. Y pretenden garantizarse el acceso a materias primas clave para la transición ecológica, como el litio.

"En un mundo cada vez más conflictivo, demostramos que las democracias pueden confiar unas en otras. Este acuerdo no es sólo una oportunidad económica, es una necesidad política. Somos socios con ideas afines. Ambos bandos creemos que la apertura y la cooperación son los verdaderos motores del progreso y la prosperidad. Sé que soplan fuertes vientos en dirección opuesta: hacia el aislamiento y la fragmentación. Pero este acuerdo es nuestra respuesta clara", ha dicho la presidenta de la Comisión en Montevideo.

Según el acuerdo, los países de Mercosur eliminarán los aranceles sobre el 91% de las mercancías importadas desde Europa, entre las cuales se encuentran productos de exportación industrial clave para la UE, como los coches (que ahora sufren un recargo del 35%) y la maquinaria (hasta el 20%). En el caso de los coches eléctricos e híbridos, la UE ha aceptado que la eliminación gradual de los recargos se haga durante un periodo de 18 años (en lugar de 15 como se negoció en 2019), aunque en el primer año el recorte será ya de 10 puntos (hasta el 25%).

Mercosur también suprime los aranceles en sectores agrícolas clave para los europeos (y en particular para España) como el vino (que actualmente tiene una penalización del 27%) o el aceite de oliva (10%). En general, la reducción de aranceles tendrá lugar en un período de 10 años desde la ratificación del acuerdo.

El campo, en contra

A su vez, la UE liberalizará el 95% de las importaciones de bienes procedentes de Mercosur, incluyendo el 82% de los agrícolas. No obstante, en el caso de los productos agrícolas más sensibles para los europeos -como la carne de vacuno y cerdo, el pollo, el azúcar, el arroz o la miel- se ha establecido un sistema de cuotas limitadas. Por ejemplo, para la carne de vacuno, Bruselas ha aceptado una cuota adicional de 99.000 toneladas libre de aranceles, que equivale apenas al 1,25% del consumo total de vacuno en la UE.

El pacto garantiza la protección de 357 Indicaciones Geográficas de alimentos y bebidas de la UE, de las que 59 son españolas. Entre ellas, el azafrán de la Mancha, la cecina de León, el jamón de Jabugo, los cítricos de Valencia, el turrón de Jijona, el aceite de oliva de Antequera, el queso de Mahón, los vinos de Jerez, Rioja, Ribera del Duero, Priorat, Somontano o Bierzo o el pacharán de Navarra. 

"Se trata de una magnífica noticia. Constituye el logro más importante de la política comercial exterior de España y de la UE de los últimos años. Marca un antes y un después, al reforzar la alianza estratégica entre dos zonas tan importantes, la UE y Mercosur. Para nuestro país además adquiere una relevancia especial, ya que somos un puente entre la UE y América Latina", ha celebrado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.

Según un estudio elaborado por la secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones de España a Mercosur crecerán un 37%, cuando el acuerdo haya desplegado todos sus efectos, lo que dará lugar a una mayor producción (0,23% del PIB) y empleo (0,11%, equivalente a más de 22.000 empleos) en la mayoría de sectores productivos españoles. En materia de servicios, el acuerdo elimina obstáculos en sectores de gran importancia para España, como los servicios financieros y las telecomunicaciones.

Pese al apoyo del Gobierno de Sánchez, las asociaciones de agricultores españolas también están en contra del acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur. Se quejan de que tendrán que competir con una avalancha de importaciones latinoamericanas baratas en condiciones de desventaja, puesto que deben cumplir normas medioambientales y de seguridad alimentaria mucho más exigentes.

En realidad, el pacto con Mercosur, cuyas negociaciones se iniciaron en el año 1999, se cerró de forma provisional en junio de 2019, pero ha vuelto a encallar desde entonces. Para responder a las preocupaciones de unos y otros, Bruselas ha negociado en los últimos meses un capítulo adicional en materia de sostenibilidad, que aborda cuestiones como la lucha contra la deforestación y el cambio climático.

En concreto, la UE podrá suspender en parte o todos los beneficios del acuerdo si algún país de Mercosur abandona el pacto de París de lucha contra el cambio climático o no toma las medidas exigidas para recortar las emisiones. Además, los dos bloques se comprometen a tomar medidas para combatir la deforestación desde 2030. La UE pondrá en marcha un fondo de 1.800 millones de euros para facilitar la transición verde y digital en los países de Mercosur.