La primera reunión formal del nuevo G5+ se celebra este jueves en Berlín. Los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Reino Unido se han citado, junto a los representantes de la UE y Ucrania, este mediodía a las 14.00 horas en la capital germana.
De la reunión ha salido una declaración conjunta en la que las partes se declaran "comprometidas a apoyar la reparación, recuperación y reconstrucción de Ucrania, en coordinación con los socios internacionales". En este sentido, Italia será la sede de la Conferencia de Recuperación de Ucrania de 2025.
"Seguiremos limitando el aumento de la capacidad militar de Rusia", anuncian los firmantes en el documento. Y para ello, "ejerceremos más presión sobre las fuentes de ingresos del Kremlin, incluidos los provenientes de la energía". Según los firmantes, "Ucrania debe prevalecer" porque "los objetivos de una paz integral, justa y duradera para Ucrania y de una seguridad duradera para Europa son inseparables".
Así, ante la sugerencia de Donald Trump a propósito de una negociación bilateral ente EEUU y Rusia sobre una salida a la guerra de agresión de Moscú contra Kiev "que ya dura más de 1.000 días", los integrantes del G5+ advierten de su "compromiso con la Fórmula de Paz del presidente Zelenski, como vía creíble hacia una paz justa y duradera".
Y precisamente por eso, advierten de que "no se puede negociar la paz en Ucrania sin los ucranianos, y sin los europeos a su lado". Entretanto, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Reio Unido, así como la UE, se comprometen a "proporcionar a Ucrania sólidas garantías de seguridad, incluida una prestación fiable a largo plazo de apoyo militar y financiero".
Dos objetivos
La cita tenía dos objetivos concretos. El primero, lanzar definitivamente este núcleo duro, embrión de la Europa de la Defensa que la UE quiere, por fin, impulsar en esta legislatura. Y el segundo, entrar en materia concreta: por un lado, discutir sobre la financiación de este objetivo, y por otro intercambiar posiciones sobre la crisis en Siria.
En este aspecto, José Manuel Albares llega a Berlín con información "privilegiada", después de sus recientes bilaterales con los ministros de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, y turco, Hakan Fidan. Además, en los últimos días, el jefe de la diplomacia española ha conversado telefónicamente con sus homólogos jordano, el pasado domingo, y con el catarí y el saudí este mismo miércoles.
España está ejerciendo una labor de enlace entre determinados actores importantes de Oriente Próximo y sus socios y aliados occidentales. Se espera que Albares traslade varios mensajes a sus colegas, la anfitriona Annalena Baerbock (Alemania), Jean-Noël Barrot (Francia), Antonio Tajani (Italia), Radosław Sikorski (Polonia) y el número dos de la diplomacia británica, Stephen Doughty (Reino Unido), además de a Kaja Kallas (UE) y Andrei Sybiha (Ucrania).
El mismo titular de Exteriores de Irán aprovechó su segunda reunión en apenas dos meses con Albares para enviar una advertencia a la OTAN y a la Unión Europea: Teherán ya ha puesto en marcha miles de centrifugadoras avanzadas de su programa nuclear y, si Occidente apuesta por mantener y renovar las sanciones a su país, la República Islámica apostará por redirigir este enriquecimiento de uranio hacia "adquirir armamento atómico".
Siria y Rusia
Albares, a la entrada de la reunión, abogó por entablar "contactos cuidadosos" con las nuevas autoridades sirias y dejarles claro lo que la Unión Europea (UE) espera, una Siria en la que se respete la integridad del país y el respeto a los derechos humanos.
"Es una gran oportunidad, una vez que ha caído Asad, que tengamos contactos con las nuevas autoridades y así lo explicaré", dijo Albares a su llegada a la cita del G5+. "Lo que queremos y en lo que estamos dispuestos a acompañar el futuro de Siria pasa por la integridad territorial y por garantizar los derechos humanos, muy especialmente los de las minorías, sean estas étnicas o religiosas", recalcó el ministro.
El jefe de la diplomacia española añadió que hay que pedir que, lo que es ahora un movimiento militar, es decir los grupos que han derrocado al régimen de Damasco, "se transforme en un movimiento político" para "una Siria pacífica y en paz, inclusiva para todos".
La caída del régimen dictatorial de Bachar Asad, que heredó la presidencia del país de su padre hace casi un cuarto de siglo, no sólo debilita a Irán en la región, también afecta de lleno a Rusia. Vladímir Putin aportaba la seguridad y la defensa a Asad, sobre todo desde la intervención rusa de 2015 en la eterna guerra civil siria.
Rusia mantenía dos bases, una aérea y otra naval en el país, que le otorgaban un acceso al Mediterráneo oriental que ahora podría perder. Y con ello, la vía de paso a las tropas privadas del antiguo Grupo Wagner (hoy Africa Korps) en los países del Sahel, y la de salida para los recursos naturales que extrae Putin de esos Estados fallidos africanos.
Por eso, entre otras razones, a la reunión de este jueves en Berlín del G5+ se unirán el ministro ucraniano de Exteriores y la Alta Representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad, la ex primera ministra estonia Kallas.
Albares dijo a la prensas que, aunque actualmente el foco está en Siria, no hay que olvidar que también "hay riesgos" en la nueva situación. Ni tampoco que lo fundamental para conseguir la paz y estabilidad definitiva en Oriente Próximo pasa por un alto el fuego permanente en Gaza y por consolidar el cese al fuego en el Líbano.
Los representantes de los cinco países comunitarios consideran clave implicar no sólo a la UE en su conjunto, sino también a Reino Unido en los movimientos necesarios para que Europa "aprenda a defenderse y tome las riendas de su propia seguridad", según fuentes diplomáticas.
La especial relación entre Londres y Washington ayudará a afrontar los desafíos del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Y por otro lado, además de Londres sólo París dispone de la disuasión del armamento nuclear en Europa.
UE, OTAN y 2% del PIB
Los ministros presentes discutirán asimismo sobre la financiación del gasto en Defensa. No sólo sobre cómo aumentarlo hasta "el mínimo del 2% del PIB" al que todos ellos se comprometieron en el seno de la Alianza Atlántica hace ya una década. También sobre cómo hallar nuevas vías de financiación común, e incluso de adquisición de armamento y suministros de manera conjunta.
De hecho, parte de las conversaciones se prevé que traten sobre un posible fondo conjunto de 500.000 millones de euros en el seno de la Unión Europea para proyectos de defensa comunes y compra de armas, aprovechando los mercados de bonos de deuda.
La amenaza de Trump de retirar las garantías de seguridad estadounidenses a los aliados de la OTAN que "gastan menos de lo necesario" ha servido como espoleta definitiva para ello, junto con la amenaza cada vez más evidente de Rusia.
Uno de esos países con poco gasto en Defensa es España, que no alcanza el 1,3% sobre PIB de inversión militar y no prevé llegar al 2% hasta 2029. El nuevo EE. UU. de Trump ha advertido de que Washington no está dispuesto a mantener -y sobre todo, pagar- el escudo nuclear europeo y las bases navales y de tropas de su infantería en los países de la UE.
Por eso, el nuevo Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen ha creado una cartera de comisario de Defensa, y este mismo miércoles la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo aprobó la creación de una nueva comisión parlamentaria de Seguridad y Defensa (SEDE).
En realidad, es el ascenso de lo que era una subcomisión hasta ahora, casi sin atribuciones y todas delegadas, para convertirla en una "supercomisión" con muchas perspectivas políticas, en esta nueva etapa. Es decir, de poder y presupuesto.
Alemania y los frugales Países Bajos y Dinamarca no quieren ni oír hablar de estos eurobonos de defensa, después de la experiencia "única y excepcional" de la deuda conjunta emitida tras la pandemia para financiar los fondos de recuperación NextGeneration EU. España e Italia, por su parte, sí querrían explorar esta vía, por cuestiones económicas y por las de eficiencia política en el gasto conjunto.
De dónde sacar 500.000M
Los altos funcionarios europeos que discuten el plan, según informa el Financial Times, ahora se concentran en buscar el vehículo financiero adecuado para la defensa, con la opción de que se emitan bonos conjuntos pero respaldados por garantías nacionales de los países participantes, en lugar de la UE en su conjunto. Ese modelo de financiación, así, facilitaría que estuviera abierto a Estados no pertenecientes a la UE, como el propio Reino Unido y Noruega.
Fuentes europarlamentarias confirman a EL ESPAÑOL que se necesita un mínimo de 500.000 millones de euros no sólo para la propia defensa, sino para poder mantener el apoyo a Ucrania y prepararse ante las exigencias del presidente electo de Estados Unidos. Trump fue explícito en campaña: "No vamos a proteger a los aliados de la OTAN que no paguen lo justo".
En este sentido, el ministro español subrayó que "tenemos que buscar de la nueva Administración norteamericana reforzar el vínculo transatlántico, porque sigue siendo clave hoy más que nunca para la seguridad" de los aliados.
"España estará dispuesta siempre a sumarse a una Europa más fuerte, más integrada y también a reforzar el vínculo transatlántico desde nuestra política exterior, que desde luego tiene identidad propia y actúa con coherencia", concluyó.
Ya el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, defendió los eurobonos para la defensa en el seno e la UE, a principios de este año. "Alemania y Francia obviamente se beneficiarían de un mayor gasto europeo en defensa", ha declarado recientemente al FT, añadiendo que Italia y España también son "grandes actores" en la industria que se beneficiarán de esta iniciativa.
También se discute otra alternativa, para la que tendría la última palabra la española Nadia Calviño, recientemente elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Según estos planes, el BEI podría ayudar a financiar estas las garantías nacionales y desempeñaría un papel administrativo en los mercados de capitales.
Según su actual política de préstamos, el BEI tiene prohibido financiar directamente inversiones en armas. Pero "la creatividad política es clave en estos momentos", apuntan fuentes diplomáticas a este periódico, "y los instrumentos de uso dual caben en los estatutos del BEI".
Esos 500.000 millones de euros no son una cifra al azar, es el montante "mínimo" al que aspira Von der Leyen para la próxima década. El dinero deberá dedicarse a proyectos conjuntos, como las defensas antiaéreas comunes que han propuesto Polonia y Grecia... que por sí solas ya alcanzarían ese coste, según el nuevo comisario de Defensa, Andrius Kubilius.