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"El extremismo, Rusia e Irán no deben tener un sitio en el futuro de Siria", sostiene la nueva Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la liberal estonia Kaja Kallas. En la primera reunión presidida por ella, los ministros de Exteriores de los 27 han fijado las "líneas rojas" para normalizar las relaciones con las nuevas autoridades islamistas en Siria tras la caída del régimen de Bashar Al Asad, encabazadas por el grupo HTS, que a día de hoy sigue figurando en la lista negra de organizaciones terroristas de la UE.

Entre los "principios básicos" que debe acatar el nuevo régimen sirio si quiere ser reconocido por la UE se encuentran el respeto de la integridad territorial y soberanía de Siria o la formación de Gobierno inclusivo que tenga en cuenta a todas las minorías, así como los derechos de las mujeres", según ha relatado Kallas al inicio de la reunión.

Para empezar, la nueva jefa de la diplomacia de la UE ha dado instrucciones al jefe de delegación europeo en Siria, Michael Ohnmacht, que estaba trabajando desde Beirut, que regrese a Damasco y entable los primeros contactos a nivel técnico con las nuevas autoridades.

"Todo el mundo quiere evitar los errores cometidos en Afganistán y Libia, donde se dejó un vacío y ahora vemos los problemas que tienen esos países", sostiene Kallas. "Tenemos que estar presentes (en Siria), porque si vamos a ayudar con la reconstrucción, debemos estar también en la mesa con los actores regionales para discutir las condiciones", ha defendido.

En todo caso, la Alta Representante considera que todavía es demasiado pronto para discutir si hay que sacar a HTS de la lista terrorista o si se deben levantar las sanciones económicas impuestas a Siria desde el estallido de la guerra civil. "No queremos extremismo ni radicalización. Ahora mismo, ellos están diciendo las cosas correctas, pero no todo el mundo está convencido de que vayan a hacer lo correcto".

"En las próximas semanas y meses, debemos ver una actuación positiva: no sólo palabras sino también hechos", ha reclamado Kallas. Si el nuevo Gobierno sirio da "pasos positivos" en este sentido, la UE estaría dispuesta a revisar su política de sanciones.

En cuanto al papel de Rusia y su base militar en Siria, la jefa de la diplomacia europea ha relatado que muchos ministros "han defendido que debería ser una condición para las nuevas autoridades liberarse de la influencia rusa". "Porque en esa base llevan a cabo también sus actividades respecto a África y los vecinos del sur y eso es también un motivo de preocupación para la seguridad europea", ha apuntado.

La nueva jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, durante la rueda de prensa de este lunes en Bruselas Unión Europea

Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha dicho que el encargado de negocios regresará a la embajada de España en Damasco esta misma semana y que además nombrará a un enviado especial para reforzar esta representación diplomática. 

"La idea es que España se sume también a los países europeos que están teniendo contacto con las nuevas autoridades. Son contactos muy preliminares para trasladar unas líneas rojas claras: la necesidad de que el futuro de Siria sea un futuro pacífico, y que lo que es un un movimiento militar tiene que evolucionar a un movimiento político, que tiene que ser absoluta y necesariamente inclusivo, con un respeto escrupuloso de las minorías étnicas y religiosas", ha explicado Albares.

El ministro de Exteriores ha reclamado además que no haya zonas del país en manos de grupos armados y ve prioritario también "evitar que Siria tenga injerencias militares externas, que no hacen más que añadir inestabilidad e inseguridad".

El otro motivo de preocupación entre los europeos tras la caída del régimen de Asad es la suerte de los refugiados sirios en Europa. Alrededor de 15 Estados miembros -entre los que no está España- han suspendido la tramitación de peticiones de asilo, mientras que algunos como Austria trabajan ya en un plan de repatriaciones, con ayudas de hasta 1.000 euros a los sirios que regresen de forma voluntaria.

Albares ha dicho que es "justo y bueno" que los refugiados puedan regresar a Siria porque tuvieron que marcharse en contra de su voluntad y además eso reduciría la presión de sufren países como Turquía, Líbano o Jordania, que albergan a muchos de ellos. No obstante, el ministro de Exteriores ha insistido en que la vuelta debe producirse solo cuando haya garantías de seguridad y respetando siempre la dignidad y los derechos humanos de los sirios.