La Policía sueca todavía no tiene claro el motivo del supuesto autor del tiroteo del pasado martes en una escuela para adultos en Örebro (200 kilómetros al oeste de Estocolmo), en el que murieron once personas, el tirador incluido, y hay cinco heridos hospitalizados, según declaró este domingo la jefa de la investigación, Anna Bergqvist.
Las autoridades han realizado unos 250 interrogatorios y recopilado una "enorme" cantidad de vídeos, lo que ha permitido empezar a tener "claro" el desarrollo de los hechos, aunque ciertas informaciones aún no son seguras.
"Es una parte muy importante de la investigación para nosotros, pero todavía no tenemos un motivo claro por el momento", dijo hoy Bergqvist a la televisión pública SVT.
Bergqvist comprende que la ciudadanía quiere tener todas las respuestas ya, pero resaltó que "nosotros sólo podemos ceñirnos a lo que realmente son hechos".
La Policía finalizó el viernes la identificación de las víctimas mortales, que incluyen a siete mujeres de entre 32 y 68 años y a cuatro hombres con edades entre 28 y 48, todos residentes en Örebro (sur), aunque no revelaron los nombres ni las nacionalidades.
Las embajadas de Siria y Bosnia han confirmado que entre los muertos hay nacionales suyos, lo que ha disparado las especulaciones sobre un posible motivo racista.
"Entiendo que la mera sospecha de que pudiera haber un motivo así pueda despertar miedo en la gente. Sólo quiero expresar mi respeto por eso, pero sin sacar ninguna conclusión, eso es tarea de la Policía", dijo al mismo canal el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.
Kristersson anunció que el próximo martes al mediodía se celebrará un minuto de silencio nacional en recuerdo de las víctimas del considerado peor tiroteo en la historia de Suecia.
El ataque, en el que el supuesto autor se suicidó, tuvo lugar el martes en la escuela Risbergska, en las afueras de Orebro y que cuenta con unos 2.500 estudiantes que estudian formación profesional, sueco y otros cursos.
Las autoridades aún no han confirmado la identidad del supuesto autor, al que los medios suecos identifican como Rickard Andersson, un sueco de 35 años, asocial, con problemas psíquicos, que no terminó el bachillerato y sin ingresos declarados en los últimos años.
Según el tabloide Aftonbladet, que cita como fuente documentos municipales, Andersson estuvo inscrito en el Campus Risbergska en varios cursos de matemáticas que nunca finalizó.
La Policía también ha confirmado que llegó unos cinco minutos después de saltar la alarma en Risbergska, donde el atacante disparó a los agentes, que no respondieron, y que tardó una hora en encontrar el cadáver del sospechoso.
El atacante llevaba tres armas, pero las autoridades no precisaron de qué tipo eran.
Según la televisión pública SVT, que cita a varios testigos presenciales, el sospechoso usó un arma semiautomática durante el tiroteo, un Browning BAR para la que tenía licencia.
El joven también compró granadas de humo por internet y las empleó en el ataque, lo que provocó problemas al operativo policial, de acuerdo con la emisora pública Radio de Suecia (SR).
El Gobierno sueco anunció el viernes que endurecerá la legislación sobre armas a raíz del tiroteo para limitar el acceso a ciertas armas semiautomáticas y aclarar las reglas para obtener un permiso de armas.