D. Barreira
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Al menos 30 personas han resultado heridas, varias de ellas en estado crítico, en un atropello masivo registrado este jueves en Múnich durante una protesta sindical, según ha confirmado la Policía alemana en un comunicado. La ciudad bávara acoge desde mañana una conferencia de seguridad internacional a la que acuden, entre otros mandatarios, el vicepresidente estadounidense JD Vance y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.

La Policía ha explicado a través de una breve publicación en redes sociales que ha detenido al conductor de vehículo, un joven afgano de 24 años solicitante de asilo con antecedentes por robos y tráfico de drogas, y que "no supone más riesgo". También ha detallado que ha desarrollado una "importante operación" en el área de Dachauer Strasse, cerca de la estación central de trenes de la localidad bávara, para abordar las causas del suceso, que están tratando como "un posible atentado", según el socialcristiano Markus Söder, ministro presidente de Baviera.

El incidente afectó a personas que participaban en una manifestación relacionada con una huelga organizada por el sindicato de servicios Verdi, según medios locales. El conductor se abalanzó sobre la multitud por detrás en torno a las 10:30 horas de la mañana. Según el portavoz de la Policía el sospechoso se acercó a la zona de la protesta, adelantó a un coche policial y aceleró hasta embestir al grupo. Uno de los agentes disparó para tratar de frenarlo. De momento no se ha podido ratificar si había una segunda persona en el vehículo, un Mini Cooper, como señalaron algunos testigos.

Vídeo | Atropello masivo en Munich: un conductor arrolla a un grupo de personas durante una manifestación

Entre los heridos se encuentran una madre y niño, según testigos presenciales. La cadena bávara Bayrischer Rundfunk (BR) aseguró que una persona fue reanimada en el lugar de los hechos. Uno de sus reporteros detalló en una publicación en X que "una persona está tirada en la calle y un joven ha sido detenido por la Policía. La gente está sentada en el suelo, llorando y temblando".

El alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, confirmó por su parte que había niños entre los heridos. "Estoy profundamente conmocionado", declaró. "Numerosos servicios de emergencia siguen en el lugar del siniestro. La atención a los heridos es actualmente la máxima prioridad", señaló la Policía, que pidió a todos los ciudadanos que mantengan despejadas las vías de evacuación.

Un policía pasa por delante del coche que ha provocado el atropello masivo. Wolfgang Rattay Reuters

"Este hombre no puede esperar ninguna indulgencia. Debe ser castigado y abandonar el país", dijo en canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz. "Si se trata de un antentado debemos tomar medidas contundentes contra los posibles autores con todos los medios legales".

Por su parte, Friedrich Merz, el candidato a canciller de la CDU/CSU y favorito en todos los sondeos, reclamó que se tomen decisiones políticas para una mayor seguridad. “Todos deben volver a sentirse seguros en nuestro país. Algo tiene que cambiar en Alemania”, escribió en su perfil de X. "La seguridad de los ciudadanos en Alemania será nuestra máxima prioridad. Haremos cumplir la ley y el orden de manera constante”, prometió.

Estado en el que quedó el coche tras atropellar a los manifestantes. Wolfgang Rattay Reuters

Las imágenes de las televisiones alemanas reflejan una zona acordonada con amplios dispositivos policiales, perros y objetos personales de las personas en el suelo, además del coche blanco de la marca Mini Cooper que atropelló a un grupo de personas que participaba en una huelga organizada por el sindicato Verdi. Según la cadena de televisión NTV, unas 2.500 personas se habían registrado para participar en la manifestación.

A diez días de las elecciones

El atropello ha ocurrido aproximadamente a un kilómetro y medio del lugar donde se celebra la Conferencia de Seguridad de Múnich, aunque las autoridades han descartado en principio una conexión del supuesto atentado con este evento. La seguridad está siendo uno de los principales focos de atención de las elecciones federales que se celebran en Alemania en 10 días, el próximo 23 de febrero, tras una serie de ataques violentos en todo el país.

El pasado 20 de diciembre se registró otro atropello masivo en un mercadillo navideño de Magdeburgo que costó la vida a seis personas y dejó más de 200 heridos. El autor del atropello, Taleb Al-Abdulmohsen, un ciudadano saudí que vivía desde 2006 en el estado federado de Sajonia-Anhalt y ejercía como médico, fue detenido inmediatamente. Al día siguiente, las autoridades calificaron el suceso de atentado, aunque sin determinar si se trataba de terrorismo.

El mes pasado, un afgano cuya solicitud de asilo había sido archivada mató a dos personas, una de ellas un niño de dos años, en un ataque con cuchillo en Aschaffenburg (sur).

Este último ataque dio un vuelco a la campaña electoral y llevó a Merz a anunciar un giro en su política migratoria y a prometer un cierre inmediato de fronteras a los solicitantes de asilo si es canciller, con el que tendrán que comprometerse también sus potenciales socios de coalición.

La candidata a canciller por parte de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, recalcó que la respuesta a este supuesto ataque de un afgano debe ser "deportación, deportación, deportación". "¡Lo vamos a hacer y basta!", dijo en declaraciones a los medios.

El candidato ecologista y ministro de Economía, Robert Habeck, recalcó que las propuestas de todos los partidos están sobre la mesa y que después de las elecciones habrá que tomar medidas para reforzar la seguridad en el país y abordar cómo aplicar mejor las leyes para hacer frente a este tipo de problemas relacionados con la inmigración.

Desde Aschaffenburg, la migración se ha convertido en el tema clave de la campaña, por lo que a raíz del ataque de este jueves han comenzado las especulaciones sobre el impacto que puede tener en las encuestas, según las cuales los conservadores de Merz obtendrían un 30 %, seguidos por la ultraderecha (20 %) y por los socialdemócratas de Scholz (15 %).