
El hemiciclo del Parlamento Europeo de Estrasburgo, antes de un debate.
Escándalo de corrupción en el Parlamento Europeo: la Policía belga registra la sede de Huawei e investiga a 15 eurodiputados
Se han registrado varios domicilios por sospechas de delitos de soborno, falsificación, blanqueo de dinero y organización delictiva y se han sellado dos despachos en la Eurocámara de asistentes parlamentarios.
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Tres años después del Qatargate, un nuevo escándalo de corrupción golpea al Parlamento Europeo. Un centenar de efectivos de la policía federal de Bélgica -bajo la dirección de un juez de instrucción de Bruselas- han realizado este jueves a primera hora de la mañana un total de 21 registros en la capital belga, incluyendo la sede de Huawei, pero también en las regiones de Flandes y Valonia, así como en Portugal. La operación tenía como objetivo desarticular una red de lobistas de la empresa china de telecomunicaciones sospechosa de haber sobornado a una quincena de eurodiputados a cambio de que defendieran sus intereses en la UE. De momento no ha trascendido ningún nombre.
"Varias personas han sido detenidas para ser interrogadas en relación con su presunta implicación en actos de corrupción activa en el Parlamento Europeo, así como por falsificación y uso de falsificaciones. Los delitos han sido cometidos presuntamente por una organización criminal", ha relatado la fiscalía federal en un comunicado. "El presunto soborno benefició a Huawei", ha agregado, confirmando la información desvelada por una investigación conjunta realizada por los medios Le Soir, Knack y Follow The Money.
Tras los registros domiciliarios, el juez de instrucción encargado del caso ha solicitado el sellado de los despachos de la Eurocámara de dos asistentes parlamentarios presuntamente implicados. Tal como exige el procedimiento, se ha informado de la situación a la presidenta, Roberta Metsola. Además, un sospechoso ha sido detenido en Francia a raíz de una orden de detención europea emitida contra él.
Según el relato de la fiscalía federal, los representantes de Huawei jugaron el papel de agentes de corrupción "de forma regular y muy discreta desde 2021 hasta la actualidad, bajo la apariencia de lobby comercial". Los eurodiputados eran corrompidos de "diversas formas, como remuneraciones por asumir determinadas posiciones políticas o regalos excesivos, como comidas y gastos de viaje o invitaciones regulares a partidos de fútbol", explica el comunicado.
De acuerdo con las informaciones de Le Soir y sus socios, los sobornos incluían regalos de alto valor como teléfonos Huawei; entradas para el fútbol, dado que Huawei cuenta con un palco privado en Lotto Park, sede del RSC Anderlecht; o transferencias de varios miles de euros. Algunos de estos pagos pasaron por una sociedad portuguesa, y por ello los registros han llegado al país vecino. Los sobornos al parecer estaban muy lejos de las maletas llenas de dinero del caso Qatargate. El código de conducta de los eurodiputados obliga a declarar cualquier regalo de un valor superior a 150 euros.
El objetivo último de los pagos a los eurodiputados era "promover intereses comerciales puramente privados" de Huawei "en el contexto de decisiones políticas". La red actuó en un momento en que la Comisión Europea ha recomendado a los Estados miembros que prescindan de esta compañía o reduzcan su presencia en las redes por considerar que presenta un riesgo para la seguridad por sus vínculos con el Gobierno chino.
La fiscalía federal belga apunta que los pagos de sobornos de Huawei a los eurodiputados podrían haberse maquillado mezclándose con el sufragio de los gastos por asistir a conferencias y a través de intermediarios, "con el fin de ocultar su naturaleza ilícita o permitir a los autores eludir las consecuencias de sus actos". "Desde este punto de vista, la investigación también pretende detectar cualquier indicio de blanqueo de capitales, en su caso", señala el comunicado.
Durante las redadas de este jueves, la policía belga se ha incautado de varios documentos y objetos que deberán ser analizados exhaustivamente. Sin embargo, la fiscalía no habla de dinero en efectivo, que sí se interceptó en el caso Qatargate y que llevó a la detención inmediata de la entonces vicepresidenta, la socialista griega Eva Kaili, en diciembre de 2022.
"En este momento no se puede revelar más información, incluyendo datos personales o cualquier otro elemento que permita la identificación de las personas implicadas, para salvaguardar la presunción de inocencia de las personas afectadas y la propia investigación", concluye el comunicado.
"Hemos recibido una solicitud de cooperación de las autoridades belgas para ayudar en la investigación, solicitud que el Parlamento atenderá con prontitud y en su totalidad", ha dicho un portavoz de la institución. La Eurocámara no ha recibido de momento ninguna petición para levantar la inmunidad a ningún eurodiputado.
Según Le Soir, el objetivo principal de las redadas es el ciudadano belgo-italiano Valerio Ottati, de 41 años, director de asuntos públicos de la oficina de Huawei en la Unión Europea desde 2019. Ottati fue asistente parlamentario de dos antiguos eurodiputados italianos (del PPE y socialdemócrata) durante 10 años y por eso conocía perfectamente el funcionamiento de la Eurocámara.
"No era en absoluto un técnico. Fue contratado por sus relaciones. Organizaba numerosas reuniones con eurodiputados europeos y podía invitar a la gente a eventos", señala una fuente citada por Follow the Money. Los medios que han destapado el escándalo sostienen que la fiscalía federal belga no descarta pedir el levantamiento de la inmunidad de varios eurodiputados más adelante, pero en sus noticias tampoco se cita ningún nombre. "Una quincena de eurodiputados aparecen en el radar de una investigación judicial que promete ser de gran envergadura", afirman.
En el caso Qatargate, Eva Kaili, su pareja Francesco Giorgi y el exeurodiputado Antonio Panzeri, entre otros, fueron acusados de corrupción, lavado de dinero y organización criminal en una red en la que Qatar y otros países extracomunitaros pagaban sobornos a cambio de lavar su imagen y promover sus intereses en la Eurocámara. Pero el caso ha estado plagado de problemas legales y de momento aún no se ha juzgado a nadie tres años después.