Como miembro con poder de veto, Rusia ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que se lleve a cabo una investigación "objetiva" sobre el supuesto ataque con armas químicas en Siria que ha dejado al menos 72 muertos antes de que el órgano tome una decisión.
Los rusos argumentan que el Ejército sirio bombardeó el martes un arsenal de armas químicas rebelde en la localidad de Jan Shijún, lo que causó la tragedia. "Estas instalaciones contenían fábricas para producir proyectiles cargados con agentes tóxicos", ha dicho el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.
Ha afirmado que "desde este gran arsenal se entregaban armas químicas a milicianos en Irak", subrayando que "su uso por parte de terroristas fue confirmado en numerosas ocasiones por organizaciones internacionales y autoridades oficiales del país".
Por último, ha dicho que Rusia ha entregado la información sobre el incidente a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), tildando de "falsa" la información sobre un ataque químico por parte del Ejército sirio.
La inmensa mayoría de la comunidad internacional ha acusado al Gobierno de Bashar al Asad de estar detrás del ataque de este martes.
En la ONU, la representante de EEUU, Nikki Haley, ha amenazado con llevar a cabo acción unilateral ante el impás provocado por Rusia. Asimismo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha señalado que su visión sobre siria y Asad han cambiado desde el ataque.
"Es muy, muy posible -y os diré que ya ha pasado- que mi actitud hacia Siria y Asad ha cambiado mucho", ha asegurado apenas días después de sostener que el cambio de régimen ya no era una prioridad para EEUU en Siria.
Según el balance proporcionado por la Unión de Organizaciones de Asistencia Médica y de Socorro (UOSSM), al menos cien personas han muerto y unas 400 han sido atendidas con síntomas de asfixia tras el supuesto ataque químico. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) en 72 -incluidos 20 niños- las víctimas mortales, un número similar al proporcionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) han afirmado que las víctimas presentaban síntomas parecidos a los de un agente neurotóxico como el gas sarín.
Naciones Unidas ha alertado de que el uso de armas químicas es "extremadamente alarmante y preocupante", resaltando que el uso de armas químicas en cualquier parte del mundo constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad y es una violación muy seria del Derecho Internacional".
Por su parte, el Ministerio de Exteriores sirio ha negado la implicación del Gobierno en el presunto ataque químico de este martes, afirmando que se trata de "acusaciones inventadas" para entorpecer la "lucha contra el terrorismo" que se libra en el país. Un portavoz citado por la agencia estatal siria de noticias, SANA, ha negado que las fuerzas leales al régimen hayan utilizado armamento químico en Jan Shijún. "Como es habitual desde hace años, (los aliados de la insurgencia) han difundido acusaciones falsas contra las Fuerzas Armadas", ha lamentado.
Asimismo, ha vinculado las acusaciones con la reunión que albergará Bruselas para hablar precisamente del futuro de Siria y de las necesidades humanitarias. Según Damasco, el objetivo sería "lanzar un ataque contra el país y justificar las resoluciones hostiles que se adoptarán en este encuentro".
Sin embargo, EEUU, Francia y Reino Unido están convencidos de que el régimen de Al Asad es el responsable de la masacre. Dichos países plantearon al resto de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución condenando el supuesto ataque químico registrado en el norte de Siria.
El proyecto de resolución, que finalmente no fue llevado a la sesión matutina del Consejo de Seguridad, estaba defendido por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, y exigía que se investigaran a fondo los hechos.