Cuando hace 20 años George W. Bush habló del "eje del mal" que amenazaba al mundo, lo hizo para referirse a los tres países -Irán, Irak y Corea del Norte- que supuestamente apoyaban el terrorismo y ambicionaban conseguir armas de destrucción masiva.
Con el tiempo, esa etiqueta establecida por el entonces presidente estadounidense tras el 11S y que sirvió de aliciente para la invasión de Irak, ha ido incluyendo a otros regímenes susceptibles de acabar con la paz mundial. También, a aquellos que suponen un peligro para la seguridad de Occidente.
Ahora, la cruzada que ha iniciado Rusia contra Europa y Estados Unidos con su invasión a Ucrania coloca al país del este como principal componente de un "nuevo eje del mal", al que se ha unido China y en el que continúa Irán. Todas ellas son potencias nucleares y todas ellas sufren las sanciones de Occidente.
[La alianza de Rusia e Irán es un peligro para Occidente. Por Rodrigo Rodríguez Costa]
Los encuentros que tuvieron el jueves de manera bilateral los tres mandatarios -el presidente ruso, Vladímir Putin, el líder chino, Xi Jinping y el iraní Ebrahim Raisi- en los márgenes de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), celebrada en Uzbekistán, vienen a confirmar esa unión "estratégica" caldeada por los castigos occidentales.
Raisi y Putin fueron los primeros en reunirse. Y lo hicieron después de que el líder iraní firmara un documento para ser miembro de pleno derecho de la OCS, entidad creada en 2001 para mejorar la cooperación económica y en materia de seguridad entre sus miembros.
Un objetivo que, al parecer, han logrado Teherán y Moscú durante el encuentro en el que han estrechado lazos estratégicos en ámbitos que van desde el económico hasta el aeroespacial y el político, según recoge Reuters. Sin ir más lejos, una delegación de 80 grandes empresas rusas visitará Irán la próxima semana, de acuerdo con la agencia de noticias estatal rusa RIA.
Todo, con la intención de "neutralizar significativamente las limitaciones impuestas a nuestros países por las sanciones estadounidenses", según ha confesado Raisi.
Irán lleva sufriendo las sanciones promulgadas por Estados Unidos, pero también por la Unión Europea desde 2003, cuando el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) descubrió que Irán llevaba 18 años desarrollando un programa nuclear en secreto. Unos castigos que afectan principalmente a las exportaciones de petróleo y que han hundido la economía iraní hasta tal punto que en 2015, el país de Oriente Medio se vio empujado a firmar un acuerdo nuclear.
"Estrechar lazos con Rusia permitirá neutralizar las limitaciones impuestas a nuestros países por las sanciones"
Un pacto, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, que permitiría levantar los castigos a cambio del cese del enriquecimiento de Uranio. Y aunque este verano se han reactivado las conversaciones entre Teherán y Washington después de que el expresidente estadounidense Donald Trump abandonase unilateralmente el plan, no hay visos de consenso.
En este sentido, no es de extrañar que Raisi, víctima de las sanciones occidentales, haya condenado las que recaen sobre Rusia. "No reconocemos las sanciones contra Rusia y jamás lo haremos", dijo.
Menos transparente y directo se ha mostrado Jinping durante su careo con Putin. Según un comunicado publicado por el Gobierno chino, el mandatario le ha tendido la mano a Rusia y le ha ofrecido "servir conjuntamente de ejemplo como grandes potencias mundiales y jugar un papel de liderazgo para conducir ese mundo rápidamente cambiante a una trayectoria de desarrollo estable y positivo".
Una señal de apoyo tan ambigua como las que lleva emitiendo desde febrero. "Pido respeto para la integridad territorial de todos los países" y que las sanciones "no solucionan los problemas", son algunas de las fórmulas que más ha utilizado para referirse a la guerra de Ucrania.
Con esa aparente neutralidad, Pekín quiere evitar que las sanciones de Occidente a Moscú acaben afectando a su economía. Sobre todo ahora que Estados Unidos, con quien mantiene una guerra comercial desde hace años, está estudiando opciones para lanzar un paquete de sanciones contra China que la disuada de invadir Taiwán después del aumento de las tensiones por la visita de la representante del Congreso estadounidense, Nancy Pelosi, a la isla.