Cientos de manifestantes israelíes han cercado la residencia del primer ministro Benjamin Netanyahu en respuesta a la ratificación el pasado jueves de la reforma judicial impulsada desde el Ejecutivo. El ministro de Defensa Yoav Gallant declaró su negativa a aceptar la medida impulsada por el gobierno y fue destituido por Netayahu este domingo, lo que ha sido la última chispa que ha encendido nuevos disturbios en la calle.
Los manifestantes han comenzado a aglomerarse en las principales áreas del país. Tal y como narran medios locales, rápidamente llegaron hasta Kaplan y de ahí consiguieron el bloqueo de Ayalon. Los manifestantes trataron de romper las barreras cerca de la residencia del Primer Ministro en Jerusalén, superando el primer cordón de seguridad y provocando enfrentamientos violentos con los agentes de policía.
Medios de comunicación locales estiman que, pasada la medianoche local, más de 600.000 personas se manifestaban contra el primer ministro. Además, lograron bloquear varias de las carreteras principales.
Según fuentes locales, los cuerpos de seguridad del Estado han reforzado la seguridad en el país. Netanyahu se encuentra en su oficina en la sede del parlamento nacional estudiando la situación.
Los hospitales están recibiendo avisos por parte de los médicos de que no irán a trabajar alegando enfermedad, mientras que las universidades se han declarado en huelga indefinida a partir de este lunes.
Por otra parte, el cónsul israelí en Nueva York, Asaf Zamir, anunció, poco después del cese del ministro, su renuncia a su cargo. "Tras los acontecimientos de hoy, ha llegado la hora de sumarme a la lucha por el futuro de Israel para asegurar que continúe siendo un faro de la democracia y la libertad en el mundo", escribió a través de su cuenta de Twitter.
El ex primer ministro Naftali Benet también expresó su profunda preocupación por la situación y dijo que Israel enfrenta el mayor peligro desde la Guerra del Yom Kipur en 1973.
Una amnistía con anticipación
El pasado jueves a consecuencia de la decisión tomada en el Parlamento (Knesset) se produjo la manifestación más multitudinaria hasta el momento, congregando a unos 680.000 ciudadanos. Mediante esta reforma Netanyahu quedaría libre de ser juzgado de todos los cargos de corrupción de los que está acusado. Esta jugada para librarse de los tribunales es el motivo por el que millones de ciudadanos israelíes llevan meses protestando.
La crisis dentro del Ejecutivo saltó cuando el ministro se manifestó en su cuenta de Twitter declarando que "la seguridad del Estado de Israel es la misión de su vida" y por ello "no voy a dar mi brazo a torcer. Necesitamos un cambio en el sistema de justicia". El funcionario asegura en sus declaraciones que había intentado "durante días y semanas" presentar y razonar la situación de seguridad en el país, con la finalidad de proteger a Israel y "a nuestros hijos e hijas" siendo obligatorio "detener las manifestaciones y protestas, y buscar el diálogo". Netanyahu ha tomado esta postura como un ataque contra su autoridad y ha decidido quitárselo de en medio destituyéndolo de su cargo.
El pasado jueves 23 de marzo el Parlamento israelí (Knesset) ratificó la ley que limita las circunstancias en las que un primer ministro puede ser destituido. Más concretamente, mediante esta reforma Netanyahu quedaría libre de ser juzgado de todas los cargos de corrupción de los que está acusado. Esta jugada para librarse de los tribunales es el motivo por el que millones de ciudadanos israelitas llevan meses protestando.
La ley anterior carecía de detalles sobre las circunstancias específicas que podían dar lugar a un cese por incapacidad. Según el Instituto para la Democracia de Israel (IDI), una organización ajena a los partidos políticos, esa norma dejaba a Netanyahu vulnerable a una posible declaración de incapacidad por parte de la fiscal general Gali Baharav-Miara, en caso de que esta percibiera un intento por su parte de detener sus tres causas judiciales.