Decenas de miles de israelíes han salido a las calles, en las manifestaciones semanales que se celebran cada sábado, para protestar contra la reforma judicial del Gobierno. Mientras, los grupos contrarios a este polémico plan -que socavaría la división de poderes en Israel- han convocado grandes protestas y un "día de resistencia" el próximo día 11.
Multitud de manifestantes salieron esta tarde por todo el país para oponerse al plan del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, y al menos 143.000 personas protestaron en Tel Aviv -centro neurálgico de las movilizaciones- que se llevan realizando desde enero y son las más masivas en Israel en décadas.
Este próximo lunes la coalición gubernamental busca votar en primera instancia en pleno parlamentario un proyecto de ley que forma parte del paquete de legislaciones de la polémica reforma, que según sus críticos debilitaría la independencia de la Justicia y las bases democráticas formales de Israel.
La ley eliminaría la "doctrina de razonabilidad" que permite al Tribunal Supremo revisar y revocar decisiones del Ejecutivo sobre la base de si es razonable o no. En caso de aprobarse en primera lectura, debería pasar las próximas semanas por votaciones en dos instancias posteriores en pleno para ser definitivamente aprobada.
Ante los pasos del Gobierno -que junto al partido de Netanyahu, el derechista Likud, forman también los ultraortodoxos y la extrema derecha y es el más derechista de la historia del país-, que intenta impulsar la reforma de unilateralmente tras no llegar a un acuerdo con las fuerzas de oposición, el movimiento de protestas ciudadanas pretende "intensificar la lucha" y convocó un día de movilizaciones el martes en el que busca que haya una asistencia masiva.
"Israel no desea una dictadura" ni "una legislación dictatorial unilateral y peligrosa que colapsará la economía, dañará la seguridad y conducirá a una ruptura en la nación", afirmaron los organizadores de las marchas en un comunicado, que en estas últimas semanas han intentado acelerar la intensidad de las movilizaciones como medida de presionar para frenar la reforma judicial.