La estudiante de doctorado de la Universidad de Princeton Elizabeth Tsurkov lleva varios meses desaparecida tras ser secuestrada en Irak, según un comunicado de la oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu hecho público este miércoles. Tsurkov, una investigadora enfocada en los derechos humanos y los abusos de poder en Oriente Medio, fue presuntamente secuestrada por un grupo de milicianos iraquíes que tienen estrechos vínculos con Irán.

La académica, que tiene doble nacionalidad rusa e israelí y habla inglés, hebreo, ruso y árabe, había estado realizando investigaciones académicas en Irak desde enero para su tesis doctoral en la Universidad de Princeton. Según informó The New York Times, ella había visitado el país en más de diez ocasiones en el pasado.

Según un comunicado emitido por el Instituto New Lines, el think tank donde trabaja Tsurkov, la investigadora se puso en contacto con sus socios el 19 de marzo para notificarles que había concluido su trabajo de campo e iba a regresar a Estados Unidos. Sin embargo, "poco más de una semana después, nos enteramos que fue secuestrada por una milicia pro-iraní. Desde entonces, no hemos tenido noticias de ella", declararon sus compañeros.

Elizabeth Tsurkov en Raqqa (Siria) en 2019. Facebook

El rapto tuvo lugar a finales de marzo, según la familia de Tsurkov, cuando ella salía del café Ridha Alwan en Karrada, un próspero barrio de Bagdad frecuentado por occidentales. En su comunicado de este miércoles, el primer ministro de Israel declaró que el secuestro fue llevado a cabo por Kataib Hezbolá, un grupo incluido en la lista de organizaciones terroristas del Gobierno de Estados Unidos y conocido por perpetrar ataques contra objetivos occidentales en Irak. 

Tsurkov sigue con vida según las autoridades israelíes. Sin embargo, su seguridad y bienestar son motivo de gran preocupación, ya que las circunstancias exactas de su cautiverio y los motivos detrás de su secuestro aún no se han esclarecido.

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Hay indicios de que el gobierno israelí está participando en las negociaciones para asegurar la liberación de Tsurkov. Sin embargo, aún no se conocen todos los detalles sobre quién más está involucrado en dichas conversaciones. Según el Instituto New Lines, el caso es extremadamente complejo debido a que Tsurkov ha sido “una crítica abierta de los tres principales actores que probablemente participen en la negociación de su liberación: Israel, Irán y Rusia”. 

Kylie Moore-Gilbert, una académica australiano-británica de estudios islámicos que estuvo encarcelada en Irán desde septiembre de 2018 hasta noviembre de 2020, dijo a EL ESPAÑOL que cree que la mejor posibilidad de lograr la liberación negociada de Tsurkov sería a través de la intervención de Rusia. Dado que Tsurkov tiene doble nacionalidad rusa e israelí y considerando que los israelíes no han cortado relaciones con Putin, Moore-Gilbert explicó que Israel podría aprovechar "la fuerte relación de Rusia con Irán y la IRGC" para utilizar a Rusia como intermediario.

Además de Israel y Rusia, muchas personas están pidiendo que Estados Unidos se involucre más activamente en la liberación de Tsurkov debido a sus conexiones con instituciones estadounidenses como el Instituto New Lines y la Universidad de Princeton. Cuando EL ESPAÑOL consultó al Departamento de Estado de Estados Unidos sobre si ya había comenzado a brindar ayuda en el caso, el portavoz afirmó que "estamos al tanto de este secuestro y condenamos el secuestro de ciudadanos privados", pero no se pronunció sobre su implicación.

El secuestro de Tsurkov, estudiante de la Universidad de Princeton, ha planteado preguntas sobre la responsabilidad del centro educativo a la hora de aprobar su proyecto de investigación y garantizar su seguridad. Los críticos sostienen que Princeton debería haber disuadido a Tsurkov de realizar trabajo de campo en una zona de alto riesgo como Irak. 

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Michael Goldstein, antiguo alumno de Princeton y periodista de la revista Forbes, expresó a EL ESPAÑOL: "Podrían haberle dicho simplemente: 'No. Es demasiado peligroso. Si vas, no podremos aceptar tu investigación de campo porque estás exponiéndote a un gran riesgo'. ¿Por qué no se lo dijeron?", criticó. Y añadió: "Como padre de dos hijos graduados en Princeton, empatizo con la angustia de su familia. Cuando enviamos a nuestros hijos a la universidad, esperamos que la universidad asuma alguna responsabilidad por ellos".

Goldstein también destaca que Princeton debería haber sido consciente de esta situación, dado que Tsurkov no es la primera estudiante secuestrada en Oriente Medio en un viaje académico. En 2016, Xiyue Wang, candidato a doctor en el Departamento de Historia de la Universidad de Princeton, fue detenido en Irán bajo acusaciones falsas de espionaje mientras llevaba a cabo una investigación para su tesis allí.

El historiador fue enviado a la infame prisión iraní de Evin, donde pasó 40 meses viviendo en condiciones extremadamente difíciles. Según relatos de su esposa, Hua Qu, ni siquiera podía enderezar la espalda debido a lo llena que estaba su celda. Finalmente, fue liberado en 2019. Esta experiencia causó a Wang "graves lesiones personales y otros daños irreparables", según una demanda presentada por él y su esposa contra la universidad en 2021.

"Es extremadamente perturbador para mí saber que otra alumna de Princeton ha sido secuestrada", expresó Wang a EL ESPAÑOL. "Esto me llena de rabia. ¿Hasta dónde llegará esto? ¿Va a permitir la universidad que los estudiantes de Princeton sigan yendo a lugares tan peligrosos?", añadió.

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Además, Wang señaló que es la disposición de los países occidentales a entablar relaciones con Irán lo que ha llevado a su secuestro, al secuestro de Moore-Gilbert y al de Tsurkov. Según explicó el académico, "Estados Unidos y otros países occidentales recompensan el comportamiento de Irán al estar dispuestos a pagar rescates o intercambiar prisioneros de alto perfil. Eso ha llevado a las autoridades iraníes a atacar a más occidentales”.

"De hecho, cuando fui detenido, los interrogadores iraníes me dijeron explícitamente que querían hacer un intercambio de prisioneros con Estados Unidos", compartió con EL ESPAÑOL. "Me dijeron: 'Si hubieras sido chino, nada de esto habría ocurrido'". 

Moore-Gilbert tambien comparte un sentimiento similar y contó a EL ESPAÑOL: "Irán y sus agentes utilizan la toma de rehenes porque funciona. Cada vez que los iraníes han tomado como rehén a un ciudadano occidental, han obtenido millones en pagos, miles de millones en fondos no congelados y acuerdos muy desiguales de intercambio de prisioneros.".

La australiana se siente sumamente frustrada por esta situación y lamenta la falta de "cualquier intento real de disincentivar este comportamiento malicioso y moralmente reprobable". A pesar de eso, su máxima prioridad en este momento es que Tsurkov esté a salvo, así que encuentra algo de esperanza en el hecho de que el grupo tenga motivos para mantenerla viva: "Espero con todo mi corazón que esto signifique que Elizabeth será tratada relativamente bien, que quienes la tienen en cautiverio la considerarán demasiado valiosa como para sufrir daños físicos".