El líder del grupo terrorista libanés Hezbolá, Hasan Nasralá, ha hecho un llamamiento a toda la juventud musulmana para que "castigue" a los individuos que han quemado ejemplares del Corán en las últimas semanas tanto en Suecia como en Dinamarca.
"La juventud musulmana debe actuar con responsabilidad, castigar a los profanadores y abusadores, y no esperar a que nadie defienda su religión", así de contundente ha sonado el líder del grupo chií durante un discurso por la festividad de la Ashura para conmemorar la muerte del imán Huseín.
Nasralá ha señalado que el mundo entero debe comprender que son "una nación que no tolera la agresión ni el abuso de sus santidades y símbolos", y ha llamado tanto a los países islámicos como a los gobiernos occidentales a que tomen medidas contra estos sucesos recurrentes de quemas de ejemplares del Corán.
El próximo lunes, 31 de julio, los 56 países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) se reunirán virtualmente para abordar una respuesta a los actos en contra del islam frente a las embajadas de Irak y Egipto, entre otros lugares, en Estocolmo y Copenhague. "Los países islámicos y sus ministros de Exteriores deben tomar decisiones sobre el nivel de abuso que se ha producido en Suecia y Dinamarca contra su religión", ha insitido.
Estos incidentes provocaron, además, la expulsión de la embajadora sueca en Irak, mientras que el personal diplomático de Dinamarca en Bagdad abandonó el país árabe hace unos días, de acuerdo con el Ministerio de Exteriores iraquí.
Crisis doplomática
La crisis diplomática entre Suecia e Irak por la autorización de la quema del Corán en Estocolmo y el incendio provocado en la embajada sueca en Bagdad se va agravando por momentos e incluso el gobierno iraquí ha amenazado con la ruptura de relaciones diplomáticas si se quema un segundo ejemplar del libro sagrado musulmán.
Bagdad anunció la retirada de su encargado de negocios de Suecia y pidió a la embajadora de Suecia abandonar el territorio iraquí, en respuesta a la "repetida autorización" por el país nórdico para "quemar el noble Corán, insultar las santidades islámicas y quemar la bandera de Irak".
Sin embargo, el Gobierno iraquí no especificó el nivel en que quedarán las relaciones diplomáticas, si bien había advertido horas antes que rompería las relaciones con Suecia "si se quema el Corán de nuevo en su territorio".
"Irak condena la insistencia por las autoridades suecas en posiciones tan provocativas a las creencias y santidades de los demás", dijo el Ejecutivo del primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, en alusión a la primera autorización, en junio, de la quema del libro sagrado musulmán en Estocolmo.
Al Sudani condenó, por otro lado, como "violación de la seguridad" de las misiones diplomáticas el incendio por centenares de manifestantes iraquíes de la embajada de Suecia en Bagdad, y se comprometió a castigar a los responsables y "remitir a investigación a los agentes de seguridad negligentes para tomar medidas legales en su contra".