China y EEUU también miden fuerzas en Oriente Medio: cazas, buques de guerra y miles de soldados
Tras ofrecerse para mediar en el conflicto, Pekín, que ha ido ganando influencia en la región en los últimos años, se ha posicionado en contra de la ofensiva israelí en Gaza.
24 octubre, 2023 02:40La guerra entre Israel y la organización paramilitar palestina Hamás todavía se libra en Gaza, pero los tambores de guerra parecen estar a punto de tronar en toda la región. En los últimos días, además de los ataques que el grupo terrorista Hezbolá ha lanzado desde Líbano contra el Estado hebreo, algunas de las bases militares que Estados Unidos tiene en Siria e Irak han sido bombardeadas con drones de milicias vinculadas a Irán. Mientras, desde el sur, los rebeldes hutíes de Yemen, también respaldados por el régimen iraní, han disparado misiles que aparentemente pretendían llegar a Israel, a más de 2.000 kilómetros de distancia, pero que han sido interceptados.
Hoy, Oriente Próximo vuelve a ser un polvorín, y los esfuerzos de EEUU por aumentar su presencia militar como muestra de apoyo a Israel, pero también como herramienta de disuasión, podrían no estar funcionando. Sobre todo porque China, su principal rival geoestratégico y potencia con la que lleva meses manteniendo un pulso salvaje, ha adoptado la postura opuesta a la de EEUU, la de apoyo a Palestina. Y no sólo eso: también ha movido ficha y ha apostado por realizar un nuevo despliegue militar en la región.
El pasado 10 de octubre, apenas tres días después de que Hamás lanzase un brutal ataque por tierra, mar y aire en Israel y dejase 1.400 muertos, el Pentágono anunció que enviaría el portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford, uno de los más modernos del mundo, a la parte oriental del Mediterráneo. Con él se desplazaron hasta las costas israelíes sus escoltas: el crucero de misiles guiados USS Normandy y los destructores USS Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosvelt, según detallaron Izan González e Ismael Marinero en este periódico.
Pocos días después, el Departamento de Defensa de EEUU comunicó que enviaría un segundo portaaviones, el Dwight D. Eisenhower y sus buques de acompañamiento a la región. Este movimiento estaba ya previsto hacía meses, pero llegó justo tras el anuncio de las tropas israelíes de que la invasión terrestre de Gaza era "inminente". "Estamos decididos a asegurarnos de que Israel tenga todo lo que necesite para defenderse", señaló el secretario de Estado, Antony Blinken. En total, ambas naves pueden transportar más de 130 aviones de combate. Por ello también ha aumentado sus escuadrones aéreos en el golfo Pérsico, con un número indefinido de cazas F-35, F-15, F-16 y A-10.
En la zona también se encuentran los 2.200 miembros de la 26.ª Unidad Expedicionaria de los Infantes de Marina estadounidense como parte del despliegue de un grupo de ataque anfibio de tres buques. Dos de ellos, el Bataan y el Carter Hall, están en el mar Rojo, mientras que el Mesa Verde se encuentra en el Mediterráneo, ya que tuvo que ser reparado en España. Además, el Pentágono ha ordenado a 2.000 soldados que estén en alerta por si tienen que ser trasladados a Israel en cuestión de 24 horas. Estos militares, en principio, están adiestrados para realizar misiones de apoyo médico y de asesoramiento en el terreno.
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Desde Washington se ha repetido una y otra vez que el objetivo principal de este despliegue de fuerzas adicionales -ya que desde hace años ya cuenta con una potente red de bases militares en Oriente Próximo- es disuadir a Irán, Siria o a cualquiera de los grupos proxys respaldados por Irán (como Hezbollah o los hutíes) para que no se sumen al conflicto. No obstante, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad estadounidense, ha reconocido que "si hay que decidir usar esa fuerza para defender nuestros intereses, lo haremos".
La ofensiva diplomática de China
Desde la retirada de sus tropas de Irak y Afganistán, Estados Unidos ha ido perdiendo influencia estratégica en la zona. En 2021, el parón en las relaciones entre Arabia Saudí y el Gobierno de Joe Biden por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi presuntamente a manos de los sicarios del príncipe saudí Mohamed bin Salman no hizo más que constatar los infructuosos esfuerzos diplomáticos de la primera potencia mundial en la región.
Mientras tanto China, que hasta hace nada era un mero socio comercial, ha ido ocupando el vacío que ha ido dejando EEUU. Ahora ha logrado convertirse en un importante actor estratégico en Oriente Próximo. El ejemplo más claro es quizá el acuerdo al que llegaron Arabia Saudí e Irán el pasado marzo por el que reanudaron sus relaciones diplomáticas tras siete años de distanciamiento gracias al auspicio de Pekín.
Lo cierto es que a los pocos días de que estallara el conflicto entre Israel y Hamás, el líder chino Xi Jinping también se ofreció como mediador. Sin embargo, poco a poco ha ido decantándose hacia un lado hasta oponerse a la ofensiva israelí en Gaza. "La raíz del conflicto actual en Israel y Palestina se debe a la falta de garantías de los derechos del pueblo palestino", declaró el enviado de China para Oriente Próximo, Zhai Jun, durante una reunión con líderes de Rusia y Qatar. "Las acciones de Israel han ido más allá de la autodefensa", dijo luego el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, que pidió que se pusiese fin al "castigo" al pueblo palestino.
Más allá de las palabras, el gigante asiático también ha desplegado un contingente militar en la región sacudida por la guerra de Israel contra Hamás en Gaza. La semana pasada, el Gobierno chino anunció que había enviado buques de guerra al golfo Pérsico. En concreto, tres de ellos, pertenecientes al 44º grupo de trabajo de escolta naval de China, se situaron frente a las costas de Kuwait, donde están realizando una visita de cinco días que estaba programada antes de que estallara el conflicto. Entre las naves, se incluyen el destructor de misiles guiados Zibo, la fragata Jingzhou y el barco de suministro integrado Qiandaohu, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Defensa chino.
Esta flota había estado desplegada en el golfo de Adén, cerca de Yemen, hasta hace seis meses, cuando cedió su trabajo al grupo de trabajo número 45. Eso significa que en esas aguas hay también un convoy chino, formado por otro destructor, el Urumqi, la fragata Linyi y el barco de suministros Dongpinghu.