Desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás hace ya tres semanas, las túnicas clericales y el turbante negro de Hasán Nasrala (prenda que lo identifica como descendiente del profeta Mahoma) han permanecido en la sombra. Este viernes, sin embargo, el líder de Hezbolá, el partido-milicia chií que controla gran parte del Líbano, ha comparecido por televisión para dirigirse a sus seguidores. "Mi más sentido pésame para los mártires perdidos en esta batalla", ha comenzado Nasrallah en referencia a la ofensiva que Israel ha lanzado en la Franja de Gaza. 

Durante su discurso, de unas dos horas, Nasrallah ha desvinculado a Hezbolá y al resto de las milicias aliadas de Irán que conforman el Eje de la Resistencia del ataque que Hamás perpetró en Israel el pasado 7 de octubre y que dejó más 1.400 muertos. "Fue una operación 100% palestina" que "fue planeada en secreto". En esta línea, el jefe del grupo chií ha asegurado que "Irán apoya, pero quienes toman las decisiones son los líderes de la resistencia".

Asimismo, el líder de la milicia chií ha calificado lo ocurrido de "inevitable" y ha tildado la batalla contra Israel de "legítima a nivel humanitario, moral y religioso""Esta gloriosa operación sísmica tendrá profundas repercusiones estratégicas en la entidad [Israel]", ha señalado. También ha culpado totalmente a Estados Unidos de la guerra y ha acusado a Israel de ser "un simple instrumento" de Washington.

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Sobre la posible implicación directa de Hezbolá en el conflicto, Nasrallah ha asegurado que sus fuerzas ya han ido aumentando las operaciones día a día, obligando a las tropas israelíes a mantenerse cerca de la frontera libanesa en lugar de la Franja de Gaza y la Cisjordania ocupada. "Lo que está sucediendo en la frontera puede parecer modesto, pero es muy importante", ha dicho la principal autoridad del grupo.

No ha descartado, sin embargo, un aumento de las hostilidades. "Quien quiera detener una guerra regional debe parar rápidamente la agresión en Gaza", ha zanjado. También ha advertido al Estado hebreo de que lanzar un ataque preventivo en el Líbano sería, a su juicio, un "gran error". "Todos los escenarios están abiertos", ha añadido, sugiriendo que la escalada "es una posibilidad real", pero sin declarar directamente la guerra al país vecino. 

El líder de Hezbolá en Líbano, Hassan Nasrallah, se dirige a sus seguidores en Beirut. Reuters

La fuerza de Hezbolá

En las últimas semanas, Hezbolá ha bombardeado territorios del norte de Israel en repetidas ocasiones. Estos ataques han tenido un impacto limitado y han sido contrarrestados en su mayoría por las tropas israelíes. No obstante, eran una clara advertencia de que podría abrirse un segundo frente en la guerra. 

La milicia libanesa, respaldada desde hace años por el régimen iraní, es uno de los grupos no estatales mejor armados del mundo. En total, se calcula que tiene cerca de unos 200.000 misiles almacenados y listos para usar. Además, sus soldados, unos 50.000, han recibido instrucción de la Guardia Revolucionaria iraní y tienen experiencia en combate, ya que participaron en la Guerra de Siria. 

Horas antes del discurso de Nasrallah, las Fuerzas de Defensa israelíes decretaron una alerta de nivel "muy alto" a lo largo de su frontera norte con el Líbano y aseguraron que responderían "a cada evento" en la zona. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió a Hezbolá que se enfrentaría a contraataques de magnitud "inimaginable" si decide entrar en la guerra.

Estados Unidos también ha estado pendiente de los movimientos de la milicia libanesa. Hace unas semanas, el Gobierno de Joe Biden envió dos portaaviones al Mediterráneo oriental para disuadir a Hezbolá de implicarse directamente en el conflicto.