Raúl Incertis, anestesista español de Médicos Sin Fronteras, ha asegurado que está "bien y tranquilo, descansando en un lugar seguro" tras abandonar Gaza como parte del primer grupo de evacuados pertenecientes a dicha organización a través de paso Rafah, en la frontera con Egipto.
El médico, que no podía ejercer por las bombas de Israel, ha asegurado en declaraciones publicadas por su organización que "pese a que sus cuerpos pronto estarán en casa, nuestros corazones, nuestras mentes y nuestra alma se han quedado con nuestros compañeros y compañeras, con los palestinos, en esa jaula inhumana en la que se ha convertido la Franja de Gaza".
Incertis ha pedido que "este castigo colectivo, cruel y desmedido, debe terminar", ya que "afuera hay palestinos que están insuficientemente alimentados, pasando sed y enfermedades infecciosas por culpa de las condiciones higiénicas".
"Estuvimos en un refugio de la ONU habilitado como zona desmilitarizada, en la que teóricamente no deberían de haber caído bombas cerca. Pero no fue el caso", ha comentado sobre un lugar en el que fue testigo de como "miles de personas se abalanzaban sobre camiones de ayuda humanitaria desesperados por conseguir un saco de harina".
Situación en los hospitales
En cuanto al estado de los hospitales en Gaza, Incertis ha comentado que la "mitad de ellos están inoperativos y la cuenta va creciendo día a día": "No quedan fármacos para sedar, no queda material quirúrgico para poder operar ni para hacer operaciones en condiciones de esterilidad. No queda fuel. Están racionando las horas de luz a servicios mínimos; solo para la UCI o las urgencias. Se han desconectado pacientes de ventilación mecánica. Las incubadoras corren peligro".
Varios de los compañeros del anestesista permanecen en Gaza ayudando a la población, bajo una realidad en la que "no saben si les va a caer una bomba o no": "Nuestro compañero Mohamed perdió a su hijo de tres años. Lo tuvo que recoger de los escombros el otro día. Tarek perdió en un único bombardeo a 23 miembros de su familia hace ocho días. Ibrahim ayer perdió a su hermano", ha manifestado Incertis.
Pese a todo, prosigue, "nuestros compañeros hacen lo imposible por ir a trabajar a los hospitales, aunque ello signifique dejar a sus familias varias horas o incluso días en los campos de desplazados, donde hay miles de personas en condiciones higiénicas muy difíciles". Además, cuando terminan su jornada laboral, "que a veces son de siete días", dichos trabajadores "se encuentran con la dificultad de no poder regresar a ver a sus familias en los campos de desplazados porque las carreteras han sido dañadas o porque los bombardeos son activos y es muy peligroso".
Petición de desalojo
Médicos Sin Fronteras demanda que "se debería permitir salir de la Franja a todo aquel que lo desee, tanto palestinos como personal internacional. Y, en el caso de los palestinos, con las garantías de poder regresar cuando todo esto termine".
Por último, Incertis ha finalizado haciendo"el enésimo llamamiento para que se acabe esta barbarie que está diezmando y mutilando el alma y los cuerpos de personas, de niños que no tienen la culpa de nada. Hacemos un llamamiento para que por favor dejen entrar más camiones de ayuda, porque los camiones que entran ahora son totalmente insuficientes. Y que dejen entrar a más personal médico y humanitario desde afuera".