Pancartas contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el sábado en Jerusalén.

Pancartas contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el sábado en Jerusalén. Reuters

Oriente Próximo

Financiar a Hamás para evitar un Estado palestino: la estrategia de Netanyahu que le explotó en la cara

En 2019, el primer ministro de Israel decidió facilitar la transferencia de dinero de Qatar a Gaza para "frustrar el establecimiento de un Estado palestino".

10 noviembre, 2023 03:13
Jerusalén

Desde que asumió el cargo de primer ministro de Israel por segunda vez en 2009, Benjamín Netanyahu adoptó y promovió una estrategia política que algunos han calificado de perjudicial y maquiavélica, y que abogaba por fortalecer a Hamás a expensas de la Autoridad Palestina. Según fuentes oficiales, el objetivo de este plan era mantener la división entre Hamás en Gaza y la Autoridad Palestina en Cisjordania. Esto, a su vez, serviría para mantener el proceso diplomático en punto muerto y, en última instancia, eliminar cualquier posibilidad de negociaciones con los palestinos sobre la creación de dos Estados.

Cuando Netanyahu declaró en abril de 2019 que habían "restablecido la disuasión de Hamás" y que habían "bloqueado las principales rutas de suministro", estaba haciendo declaraciones falsas. Durante más de una década, el primer ministro ha contribuido de diversas maneras al crecimiento del poder militar y político de Hamás.

Esto se logró entre otras cosas a través la permisión de transferencias de efectivo de Qatar hacia la Franja de Gaza. Según el diario Haaretz, este hecho se encuentra sólidamente respaldado por documentación: entre 2012 y 2018, Netanyahu otorgó su aprobación para que Qatar transfiriera una suma acumulada de aproximadamente mil millones de dólares a Gaza, de los cuales al menos la mitad llegó a Hamás, incluyendo su ala militar. Incluso hay fotografías del año 2018, donde se ve de forma descarada, maletas provenientes de Qatar entrando en la Franja de Gaza que contenían 15 millones de dólares en efectivo. Estas maletas no podrían haber entrado en Gaza sin la aprobación del primer ministro.

Netanyahu habla durante una rueda de prensa con los ministros de Defensa y del Gabinete, en la base militar de Kirya en Tel Aviv.

Netanyahu habla durante una rueda de prensa con los ministros de Defensa y del Gabinete, en la base militar de Kirya en Tel Aviv. Reuters

Según The Jerusalem Post, en una reunión privada con miembros de su partido Likud, el 11 de marzo de 2019, Netanyahu explicó esa imprudencia de la siguiente manera: "La transferencia de dinero es parte de la estrategia para dividir a los palestinos en Gaza y Cisjordania. Cualquiera que se oponga al establecimiento de un Estado palestino debe apoyar la transferencia de dinero de Qatar a Hamás. De esa manera, frustraremos el establecimiento de un Estado palestino".

En una entrevista realizada el 5 de mayo de 2019 para el sitio web de noticias Ynet, Gershon Hacohen, quien fue colaborador cercano de Netanyahu y un general de división en la reserva, expresó: "Necesitamos decir la verdad. La estrategia de Netanyahu es impedir la opción de dos Estados, por lo que está convirtiendo a Hamás en su socio más cercano. Abiertamente Hamás es un enemigo. Encubiertamente, es un aliado." Incluso el Canal 13, en mayo de 2019, citó en un tuit unas declaraciones del propio presidente egipcio Hosni Mubarak: "Netanyahu no está interesado en la solución de dos Estados. Más bien, quiere separar Gaza de Cisjordania, como me dijo a finales de 2010.

[Netanyahu sabía desde 2016 que Hamás iba a atentar contra Israel y tomar rehenes]

Netanyahu, de esta manera, proporcionó apoyo financiero indirecto a Hamás después de que la Autoridad Nacional Palestina que controla Cisjordania optara por suspender la entrega de fondos a Gaza en 2017. La retirada de recursos a Hamás desde Ramala se decidió por temor a que fueran utilizados para llevar a cabo actos de terrorismo contra él, sus políticas y su pueblo.

Estas inyecciones de dinero provenientes tanto de Qatar como de Irán se permitieron durante años también como forma de comprar una relativa 'calma'. Terminar con Hamás era un asunto que había de resolverse mediante una incursión en Gaza, no había otra forma. El gobierno de Israel podría haber acelerado este proceso, pero tras el desastre de la operación Margen Protector de 2014, en la que Israel realizó una incursión en Gaza y en la que hubo un alto número de bajas, la sociedad no estaba preparada para pagar otra vez ese precio. Algo que Netanyahu aprovechó para filtrar a los medios el contenido de una presentación que los militares habían hecho al gabinete de seguridad, exponiendo las posibles repercusiones de la conquista de Gaza para terminar con Hamás. El primer ministro sabía perfectamente que el documento era secreto, que señalaba que ocupar Gaza costaría la vida de cientos de soldados, y que crearía una atmósfera de oposición a una invasión terrestre generalizada.

[Miles de palestinos podrían verse obligados a asimilar la nacionalidad israelí como en 1948]

"Alguien tuvo el cuidado de filtrar eso a los medios para crear una excusa para no tomar medidas… es una de las filtraciones más graves en la historia de Israel" decía Naftali Bennett en 2019 al Canal 13. Ya a puertas cerradas, se quejaba de que la filtración nunca había sido investigada a pesar de las numerosas exigencias de los miembros de la Knesset, y aseguraba que la filtración había sido realizada por Netanyahu: "Bibi filtró eso" aseguraba al diario Haaretz.

El general Hacohen, un destacado derechista, afirmaba en 2019 a la revista Mida: "Cuando Netanyahu no fue a la guerra en Gaza para derrotar al régimen de Hamás, básicamente impidió que Abu Mazen ―el líder de la Autoridad Nacional Palestina― estableciera un Estado palestino unido". Y añadió: "Necesitamos explotar la situación de separación creada entre Gaza y Ramala. Es un interés israelí del más alto nivel y no se puede entender la situación en Gaza sin entender este contexto".

Una manifestación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el sábado cerca de su residencia en Jerusalén.

Una manifestación contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el sábado cerca de su residencia en Jerusalén. Reuters

Ya que Netanyahu no quería tomar las riendas de esa iniciativa tan poco popular, y que seguramente le hubiera costado un alto precio en número de votos, siguió 'contentando' a Hamás permitiendo su financiación con el objetivo de que no hiciera mucho ruido durante su mandato, mientras él se las daba de superhéroe para la Nación.

Es relevante recordar que el año pasado, el breve Gobierno de coalición liderado por Naftali Bennett y Yair Lapid, adoptó una política diferente ante esta tesitura suspendiendo la financiación en efectivo que llegaba a Hamás en maletas. Por lo tanto, cuando Netanyahu tuiteó el 30 de mayo de 2022 que "Hamás está interesado en la supervivencia del débil Gobierno de Bennett", estaba proporcionando información falsa al público. De hecho, ese gobierno representó un revés significativo para Hamás.

Estos comentarios e investigaciones cobran un horrible significado cuando miramos al presente, porque, a pesar de tener conciencia desde 2016 de que Hamás planeaba un ataque masivo para 2022, el primer ministro israelí fría y calculadamente fortaleció durante años a la organización terrorista que se ha cobrado la vida de cerca de 1400 civiles en Israel. Y todo para mantener viva la estrategia de impedir cualquier retorno a las negociaciones palestino-israelíes, o evitar perder popularidad entre sus votantes.

Cuando la guerra termine y la comisión estatal de investigación empiece a indagar sobre los acontecimientos que rodearon la masacre del 7 de octubre, Netanyahu no podrá escapar de la rendición de cuentas sobre la negligencia que ha supuesto la financiación que consintió durante todo ese tiempo, y que ha consolidado a la organización que ha perpetrado el ataque terrorista más mortal de la historia del Estado de Israel.