La activista de derechos humanos iraní, Narges Mohammadi, condenada a 10 años y 8 meses de prisión y 154 latigazos por la justicia de Irán, ha recibido el Premio Nobel de la Paz "por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos". El galardón lo han recogido sus dos hijos gemelos, quienes han pronunciado un discurso escrito por su madre y sacado clandestinamente de la prisión, en el que cataloga al gobierno iraní de "tiránico y misógino".

"El pueblo iraní, con perseverancia, superará la represión y el autoritarismo", ha afirmado, "No lo dudes, esto es seguro". Desde hace 12 años esta mujer de origen persa protesta en contra de la obligatoriedad del uso del hiyab y de la pena de muerte, habiendo sido detenida y encarcelada por ello en numerosas ocasiones. El último juicio al que hizo frente se celebró en enero de 2022, duró 5 minutos y se le privó del derecho a un abogado.

El prestigioso premio de la paz se entregó el domingo en Oslo, junto con otros premios Nobel de literatura, ciencia y economía. Ali y Kiana, de 17 años, asistieron al evento celebrado en el ayuntamiento de la capital noruega vestidos de negro y con gesto solemne, transmitiendo las palabras de su madre desde la cárcel de Evin (Teherán).

Mohammadi se ha consagrado como una destacada figura de los derechos humanos, especialmente de las mujeres, en Irán. Desde el año 2010 ha sido arrestada un total de 13 veces, siendo declarada culpable en cinco de ellas y sentenciada a un total de 31 años de prisión. En esta última sentencia fue condenada por "difundir propaganda".

Según la ONG Amnistía Internacional, la activista está siendo sometida a torturas y otros malos tratos en la cárcel, tras serle negado el tratamiento médico que necesita para el corazón y los pulmones. Un mes después de su ingreso en prisión (febrero de 2022), Mohammadi sufrió un ataque al corazón. El médico penitenciario no le prestó "atención adecuada", señala la ONG, y "la fiscalía prohibió su traslado a un hospital externo". Tras sufrir varios infartos, fue llevada a uno cercano, donde la operaron del corazón de forma urgente.

Su marido, el activista político, Taghi Rahmani, vive exiliado en París con los gemelos, y lleva años sin poder ver a Mohammadi.

Discurso clandestino

"Escribo este mensaje desde detrás de los altos y fríos muros de una prisión", pronuncia el discurso sacado de manera clandestina desde la cárcel y pronunciado en francés por sus dos hijos.

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Entre sus palabras destacó el papel de los jóvenes iraníes que han "transformado las calles y los espacios públicos en un lugar de resistencia civil generalizada", en relación a las protestas por la muerte de Mahsa Amini.

"La resistencia está viva y la lucha no se está debilitando. La resistencia y la no violencia son nuestras mejores estrategias; es el mismo camino difícil que los iraníes han recorrido hasta hoy, gracias a su conciencia histórica y su voluntad colectiva", pronunciaron los gemelos.