Hamás denunció este miércoles que los 80 cadáveres de palestinos devueltos el martes por la mañana a su gobierno en Gaza estaban "mutilados", y partes habían sido "robadas". Las autoridades locales han asegurado que los cuerpos son "difíciles de reconocer" por su avanzado estado de "descomposición" después de ser retornados por Israel a través del paso fronterizo de Kerem Shalom.
Algunos de los restos refleja la extracción de órganos como hígados, riñones y córneas. Según Reuters, las ochenta personas eran hombres y no llevaban escritos nombres o ubicaciones que permitan su identificación. "Lo que hizo el enemigo solo se puede describir como un crimen de guerra, (...) una descarada violación de la santidad y la dignidad del muerto", decía el comunicado de Hamás, que advirtió: "Aún tienen docenas de cuerpos de Gaza en su poder".
Hamás aún no sabe cuándo ni dónde Israel mató a esos hombres sin identificar. El grupo denuncia que los cuerpos podrían haber sido extraídos de tumbas profanadas en Jabalia y otras áreas del norte de la Franja de Gaza. Mientras tanto, los cadáveres han sido enterrados en Rafah, al sur del enclave. "Se están tomando fotografías para identificarlos más tarde", dijo un representante del Waqf, un fideicomiso controlado por Jordania que hace las veces de ministerio de asuntos religiosos.
Por su parte, el Gobierno israelí ha asegurado que respeta la integridad de cadáveres que son llevados para determinar si corresponden a rehenes asesinados por el grupo islamista. El portavoz Eylon Levy se remitió el miércoles al discurso del Ejército de que los cuerpos son tomados para ser identificados por si pertenecían a rehenes israelíes. "Las dificultades de identificación de los asesinados hacen necesario transferir los cuerpos a Israel para su identificación forense", subrayó Levy.
Pero el de esta semana no es el primer episodio que sugiere el robo de órganos de cadáveres palestinos por parte de las fuerzas israelíes. En su comunicado, Hamás denunció que esto es algo que sucedió "más de una vez" durante la guerra, y a lo que las organizaciones internacionales como el Comité Internacional de la Cruz Roja sólo han respondido con "silencio" e inacción.
Hace justo un mes, la ONG Euro-Med denunció que las Fuerzas de Defensa Israelíes se habían llevado cadáveres de dos hospitales de la ciudad de Gaza —Al-Shifa y el Indonesio—, además de otros centros médicosen las inmediaciones de la carretera de Salah al-Din —designada como "corredor seguro" para los desplazados que se dirigen al centro y sur de la Franja—. La organización sin ánimo de lucro documentó entonces cómo Israel mantuvo los cadáveres a temperaturas bajo cero —inferiores a 40ºC—, posiblemente para ocultar el robo de órganos.
"Se cree que Israel es el mayor centro del comercio mundial ilegal de órganos humanos", afirmaba el informe de Euro-Med, que pidió en su publicación la creación de un comité de investigación internacional independiente sobre las sospechas de robo de órganos. Recientemente, Euro-Med también ha desvelado la existencia de campos de tortura a 35 kilómetros de Gaza. Allí, en Sde Teman, "cientos de palestinos" arrestados en la guerra están encarcelados "con los ojos vendados y esposados la mayor parte del día", relata el informe publicado este mes por la organización.
Antes de que estallara la actual guerra, Israel ya se vio envuelto en polémica por el presunto tráfico de órganos pertenecientes a víctimas palestinas. Hace 14 años, el periódico sueco Aftonbladet publicó un artículo en el que se exponía la extracción de órganos de palestinos que habían muerto bajo custodia de las FDI tras ser secuestrados en Cisjordania y Gaza en las décadas de 1980 y 1990. Israel reprobó aquella información en su momento y la tachó de "libelo de sangre". Al autor lo acusó de antisemita.
Unos meses más tarde, el exjefe del instituto forense israelí admitió al Guardian que el Estado sionista había extraído la piel, las córneas, las válvulas cardíacas y los huesos de algunas víctimas mortales palestinas en las últimas décadas del siglo XX.