El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planea enviar al director de la CIA, William J. Burns, en los próximos días a tratar de lograr un gran acuerdo entre Hamás e Israel en el que se liberaría todos los rehenes que aún se encuentran en Gaza y el alto al fuego más prolongado desde que se iniciara la guerra el pasado mes de octubre.
Se espera que Burns viaje próximamente a Europa para sostener conversaciones con los jefes de los servicios de inteligencia israelí y egipcio, David Barnea y Abbas Kamel, y con el primer ministro qatarí Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al Thani, según ha podido saber el Washington Post citando a funcionarios familiarizados con el asunto.
Tanto Egipto como Qatar han sido interlocutores fundamentales entre Israel y Hamás, ayudando a conseguir una pausa inicial de las hostilidades y la liberación de rehenes en noviembre. Sin embargo, un audio en el que se escucha al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, menospreciando a Qatar en una conversación con las familias de los rehenes israelíes tensionó las relaciones entre Israel y Catar.
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La última propuesta de acuerdo fue presentada por Israel el lunes, cuando propuso una pausa de hasta dos meses en los combates como parte de un acuerdo en varias fases. El trato incluiría la liberación de los más de 132 rehenes retenidos en Gaza, aunque no contemplaría medidas para poner fin de forma permanente a la guerra.
Cuando se le preguntó el pasado lunes sobre las negociaciones, el alto funcionario de Hamás, Sami Abu Zuhri, dijo a Reuters que la organización estaba abierta a discutir ideas, pero que aún no han conseguido alcanzar ningún acuerdo. “Estamos abiertos a todas las iniciativas y propuestas, pero cualquier acuerdo debe basarse en el fin de la agresión y la retirada completa de la ocupación en la Franja de Gaza”, destacó Abu Zuhri.
Netanyahu bajo presión
Casi cuatro meses después del ataque de Hamás al sur de Israel, que resultó en la muerte de unas 1.200 personas, la ofensiva de Israel en Gaza no ha logrado eliminar a los altos dirigentes de Hamás ni su capacidad de lucha, a pesar de causar estragos en gran parte de la Franja y provocar la muerte de más de 25.000 palestinos.
Esta semana, Netanyahu reiteró que solo una "victoria total" sobre Hamás pondría fin a la guerra, aunque enfrenta una creciente presión para llegar a un acuerdo, incluso desde miembros de su gabinete de guerra y las familias de alrededor de 130 rehenes que siguen en cautiverio desde la incursión de Hamás.
Cinco fuentes, informó Reuters, indicaron que Israel se ha negado a discutir cualquier fin de la guerra que no incluya el desmantelamiento de Hamás. No especificaron si exiliar a los líderes cumpliría con ese requisito.