China ha exigido a Irán que ayude a frenar los ataques de los hutíes de Yemen a buques extranjeros que cruzan el mar Rojo. Si no, Teherán correrá el riesgo de perder sus relaciones comerciales con Pekín, según han revelado el viernes a Reuters cuatro fuentes iraníes y un diplomático anónimo. "Básicamente, China ha dicho: «Si nuestros intereses se ven perjudicados de alguna manera, repercutirá en nuestros negocios con Teherán. Así que decidle a los hutíes que se moderen»", ha declarado una de las fuentes iraníes.
Los ataques de los hutíes en protesta por las agresiones de Israel contra los palestinos de Gaza han elevado el coste del transporte marítimo al interrumpir la principal ruta comercial entre Asia y Europa, de la que dependen los barcos procedentes de China. Los funcionarios chinos, sin embargo, no especificaron cómo castigará a Irán si sus intereses se vieran perjudicados por los ataques hutíes, dijeron las cuatro fuentes iraníes.
Un alto cargo estadounidense afirmó que Washington había pedido a China que utilizara su influencia sobre Irán para persuadirle de que contuviera a los hutíes, incluso en las conversaciones que el secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan mantuvieron este mes con el alto cargo del Partido Comunista Chino Liu Jianchao. Un alto funcionario iraní dijo que, aunque los funcionarios chinos discutieron a fondo sus preocupaciones en las reuniones, nunca mencionaron ninguna petición de Washington.
Aunque China ha sido el mayor socio comercial de Irán durante la última década, las relaciones comerciales entre ambos países son desiguales. Las refinerías de petróleo chinas, por ejemplo, compraron más del 90% de las exportaciones de crudo iraní el año pasado, según datos de seguimiento de petroleros de la empresa de análisis comercial Kpler, ya que las sanciones estadounidenses mantuvieron alejados a muchos otros clientes y las empresas chinas se beneficiaron de fuertes descuentos.
Sin embargo, el petróleo iraní sólo representa el 10% de las importaciones chinas de crudo, y Pekín cuenta con una serie de proveedores que podrían suplir las carencias procedentes de otros lugares. Las fuentes iraníes afirmaron que Pekín había dejado claro que se sentiría muy decepcionado con Teherán si algún buque vinculado a China se viera afectado, o si los intereses del país se vieran afectados de algún modo.
Pero si bien China era importante para Irán, Teherán también tiene representantes en Gaza, Líbano, Siria e Irak, además de los hutíes en Yemen, y sus alianzas y prioridades regionales desempeñaban un papel importante en su toma de decisiones, dijo uno de los informantes iraníes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha dicho a Reuters este viernes: "China es un amigo sincero de los países de Oriente Medio y está comprometida con la promoción de la seguridad y la estabilidad regionales y la búsqueda del desarrollo y la prosperidad comunes". "Apoyamos firmemente a los países de Oriente Próximo para que refuercen su independencia estratégica y se unan y colaboren para resolver los problemas de seguridad regionales", declaró. El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní no ha respondido a las peticiones de la agencia británica de dar declaraciones.
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El Eje de Resistencia
Los ataques militares de las fuerzas estadounidenses y británicas contra objetivos hutíes en Yemen este mes no han logrado detener los ataques a la navegación por parte del grupo, que controla una gran parte de Yemen, incluida la capital, Saná, y gran parte de la costa del mar Rojo del país por el estrecho de Bab al-Mandab. Los hutíes, que surgieron en la década de 1980 como grupo armado en oposición a la influencia religiosa suní de Arabia Saudí en Yemen, están armados, financiados y entrenados por Irán y forman parte de su Eje de Resistencia antioccidental y antisionista.
El 14 de enero, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, pidió que se pusiera fin a los ataques contra barcos civiles en el mar Rojo —sin nombrar a los hutíes ni mencionar a Irán— y que se mantuvieran las cadenas de suministro y el orden comercial internacional. Victor Gao, catedrático de la Universidad china de Soochow, ha afirmado a Reuters que China, como mayor nación comercial del mundo, se veía desproporcionadamente afectada por la interrupción del transporte marítimo y que restablecer la estabilidad en el mar Rojo era una prioridad.
Pero Gao, exdiplomático chino y asesor del gigante petrolero Saudi Aramco, dijo que Pekín consideraría el trato de Israel a los palestinos como la causa fundamental de la crisis del mar Rojo y no querría atribuir públicamente la culpa a los hutíes. Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense declinó hacer comentarios cuando se le preguntó por las conversaciones bilaterales Irán-China sobre la cuestión. Un diplomático familiarizado con el asunto dijo que China había estado hablando con Irán sobre la cuestión, pero que no estaba claro hasta qué punto Teherán estaba tomando en serio los consejos de Pekín. Dos funcionarios del Gobierno yemení, enemigo de los hutíes, dijeron que eran conscientes de que varios países, entre ellos China, habían tratado de influir en Irán para que frenara a los hutíes.