Israel da por acabada la operación en Jan Yunis y se centra en el paso de Rafah y su caos humanitario
En esta ciudad fronteriza con Egipto se refugian más de la mitad de los 2,3 millones de los habitantes de la Franja de Gaza.
3 febrero, 2024 02:09Antes de los bombardeos de Israel, la ciudad de Rafah, fronteriza con Egipto, contaba con 280.000 habitantes. Tres meses después, siempre según las informaciones del propio gobierno de Hamás y las organizaciones no gubernamentales desplegadas sobre el terreno, la población podría superar el millón. Básicamente, todo aquel que no haya vuelto al norte de la Franja de Gaza o que no se quedara en su momento desafiando las balas israelíes, está ahora mismo en los campamentos de la UNRWA en Rafah o en los campos de refugiados de Al Mawasi.
Están ahí precisamente porque el alto mando hebreo les ordenó que se desplazaran a estos dos emplazamientos mientras duraba la campaña en Jan Yunis. Este viernes, después de dar por finalizada la operación en la capital del sur de Gaza, el ministro de defensa israelí Noav Gallant anunciaba el inicio de una ofensiva sobre la ciudad fronteriza, sin un plan claro acerca de qué va a pasar con ese millón de gazatíes que viven de la escasa ayuda humanitaria que entra por el paso que une la Franja con Egipto, país al cual no pueden huir por la negativa del presidente El-Sisi.
En palabras dirigidas a la 98ª división de las Fuerzas Israelíes de Defensa, Gallant afirmó: “La Brigada de Hamás en Jan Yunis alardeó de que plantaría cara a las IDF, pero ya ha sido desmantelada y la misión está casi completa. Lo siguiente será llegar a Rafah y eliminar a cualquiera que sea un terrorista y suponga una amenaza”. El ministro no quiso olvidarse de los rehenes israelíes, que llevan ya casi cuatro meses en manos de los terroristas: “Nuestras acciones, tanto en las calles como en los túneles de Jan Yunis, hacen que el regreso de los rehenes quede más cerca porque Hamás solo entiende de fuerza”.
Los problemas militares de atacar Rafah
El ataque a Rafah plantea muchas dudas por lo superpoblado de la ciudad —aunque Gaza City presentaba una densidad aún mayor antes incluso de la guerra— y por lo delicado de su geografía. Rafah está justo en la frontera con Egipto y parece improbable que Israel se lance a un bombardeo masivo de la ciudad sin consensuar antes con el gobierno de El Cairo las condiciones. La posibilidad de errores puntuales que causen daños a los civiles egipcios al otro lado del paso está muy presente y podría suponer un agravamiento importante de las relaciones entre ambos países.
Asimismo, una ofensiva terrestre promete ser muy complicada de llevar a cabo. Rafah ahora mismo es una sucesión de tiendas de campaña. Los ataques tendrían que ser muy específicos y puntuales sobre lugares previamente estudiados. La experiencia tanto en el norte como en Jan Yunis nos hace pensar que Israel no se maneja muy bien en ese tipo de estrategia militar por mucho que Estados Unidos lleve meses recomendándosela. Rafah tiene que ser una operación quirúrgica y de momento Israel ha destacado por todo lo contrario.
Más allá de las cuestiones bélicas, convertir a Rafah en un objetivo militar dificultará sobremanera la entrada de ayuda humanitaria. No solo eso, sino que la policía egipcia se las verá y se las deseará para frenar a las decenas de miles de gazatíes que intenten cruzar la frontera como sea ante la amenaza de los tanques. En definitiva, habrá que ver si las palabras de Gallant se corresponden realmente con un plan de futuro o si simplemente son una manera de amenazar a Hamás y conseguir algún tipo de ventaja en los distintos planes de paz que se están barajando estos días.
El frágil control sobre el resto de Gaza
De hecho, no está nada claro que el control sobre Jan Yunis esté tan cerrado como afirma el ministro israelí. El Hospital Nasser, pese a los bombardeos, sigue en manos de Hamás, así como los barrios de alrededor, donde se lucha por cada calle a cara de perro. Las IDF buscan ahí a Yahya Sinwar y confían en que quede aún algún rehén que rescatar, pero lo más probable es que hayan seguido el camino hacia Rafah… o que hayan regresado por algún túnel a la parte norte de la Franja.
Y es que, aprovechando el repliegue israelí en esa zona, se multiplican los rumores de que Hamás podría estar recomponiendo parte de sus brigadas en Gaza City, sobre todo en el barrio de Jabalia. Según Pierre Kochendler, corresponsal de la cadena británica i24News, los militantes de Hamás estarían saliendo como topos de los túneles que Israel no ha conseguido sellar. Recordemos que recientemente se cifró en un 80% el territorio subterráneo que las IDF no han llegado siquiera a explorar. Mientras no lo haga, hablar de control en Gaza es de un enorme optimismo.
También sorprende la decisión de no tocar Deir Al Balah, la gran ciudad de Gaza Central. Se entiende que la inteligencia militar israelí descarta ningún tipo de actividad terrorista, pero es extraño que entre una población de 75.000 habitantes (más los correspondientes desplazados) no se hayan infiltrado militantes de Hamás. Cerrar el control sobre Gaza City y sus túneles, acabar la operación en Jan Yunis y explorar Deir Al Balah parecen acciones más urgentes que meterse en el avispero de Rafah y arriesgarse a crear una catástrofe humanitaria y diplomática, pero la decisión es de Gallant salvo que el alto el fuego llegue antes. Algo que nunca hay que descartar, pero que ahora mismo parece muy improbable.