Estados Unidos debe decretar un embargo de armas a Israel como medida de presión para detener la "alarmante" nueva ofensiva anunciada por Benjamin Netanyahu contra el sur de Gaza y evitar una "catástrofe humanitaria". Este es el llamamiento que ha lanzado este lunes el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, al presidente Joe Biden tras la reunión informal de ministros de Ayuda al Desarrollo de los 27 celebrada en Bruselas.
Borrell ha arremetido además contra el primer ministro israelí por reclamar la evacuación de los más de un millón de palestinos que se refugian en la ciudad de Rafah (al sur de Gaza) con el fin de dejar espacio al ataque de Israel. "¿Van a evacuarlos? ¿Dónde? ¿A la luna? ¿Dónde van a evacuar a esas personas?", ha denunciado.
"Yo no quiero estar a cargo de la política exterior de Estados Unidos, ya tengo suficiente con la política exterior de la Unión Europea. Pero el propio presidente Biden ha dicho que el número de víctimas es demasiado alto, no es proporcional. Si considera que están matando a demasiadas personas, tal vez debería proporcionar menos armas para evitar que maten a tanta gente", argumenta el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común.
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"En 2006, durante la guerra contra el Líbano, Estados Unidos ya tomó esta decisión. Ya tomaron la decisión de suspender el suministro de armas a Israel, porque Israel no quería detener la guerra. Exactamente lo mismo que sucede hoy. Todo el mundo va a Tel Aviv suplicando: 'Por favor, no haga eso, proteja a los civiles, no mate a tantos'. Pero Netanyahu no escucha a nadie", ha lamentado Borrell.
"Así que si la comunidad internacional cree que esto es una matanza, que se está matando a demasiadas personas, quizá tenga que plantearse el suministro de armas", sostiene el jefe de la diplomacia europea. Borrell ha recordado que la UE no envía ayuda militar a Israel y que un tribunal holandés ha ordenado este mismo lunes al Gobierno de La Haya que deje de exportarle piezas de recambio del caza F-35 con el fin de garantizar el cumplimiento del dictamen de la Corte Internacional de Justicia.
Por otro lado, los ministros de Ayuda al Desarrollo de la UE han escuchado este lunes las explicaciones del máximo responsable de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, que ha reiterado su compromiso de investigar hasta el final las acusaciones de Israel sobre la participación de 13 de sus trabajadores en los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre.
Por su parte, Borrell ha defendido mantener el apoyo de la UE a UNRWA, aunque ha admitido que los Estados miembros están profundamente divididos sobre esta cuestión. Bruselas es el principal donante de UNRWA, que espera recibir el próximo pago por valor de 82 millones de euros a principios de marzo, según ha dicho Lazzarini.
"Acabar con el apoyo a UNRWA significaría la interrupción de servicios vitales a millones de personas que los necesitan. Y una mayor catástrofe humanitaria en Gaza que debe evitarse, no solo por un imperativo humanitario, sino también porque tendría repercusiones peligrosas para la estabilidad regional y afectaría a los europeos también", asegura el jefe de la diplomacia europea.
"Las acusaciones deben ser verificadas. La presunción de inocencia es válida para todos, en cualquier momento, incluso para la UNRWA. No es un secreto que el Gobierno israelí quiere deshacerse de la UNRWA. No sólo ahora, sino desde hace muchos años. Han querido deshacerse de la UNRWA porque creían que si se deshacían de la UNRWA, se librarían del problema de los refugiados palestinos. No, lo empeorará aún más", ha afirmado Borrell.