Irán, más cerca de entrar en la guerra de Oriente Próximo tras los ataques de Israel en Siria
La influencia de Irán sobre Hamás puede alejar aún más un acuerdo de alto el fuego y aumentar la presión sobre Israel.
2 abril, 2024 02:44Israel respondió este lunes al ataque con drones sobre la base naval de Eliat, en el golfo de Aqaba, con un bombardeo sobre el edificio contiguo a la embajada de Irán en Damasco, donde se reunían altos cargos de Hezbolá, la Yihad Islámica, la Guardia Revolucionaria Islámica y el gobierno sirio de Bashar al-Assad. La reunión era una continuación de las mantenidas a lo largo de las dos semanas pasadas en Teherán, en las que había participado incluso el ayatolá Ali Jamenei, máximo dirigente del país islámico desde hace más de tres décadas.
Si el ataque a Eliat podía considerarse una más de las múltiples escaramuzas entre Israel y las milicias "proxy" patrocinadas por Irán -en ese caso, las Fuerzas Al-Quds iraquíes y la milicia hutí de Yemen-, la respuesta del régimen de Netanyahu supone un paso adelante dentro de la creciente escalada de tensión en Oriente Medio. Hasta tres mandos de estas milicias "proxy" habrían fallecido en el ataque: Mohammad Reza Zahedi, comandante de la Guardia Revolucionaria y enlace entre el gobierno iraní y las organizaciones terroristas, y sus lugartenientes Mohammad Haji Rahim y Hussein Amir Allah.
Aunque ni el embajador en Siria ni su familia se han visto afectados por el ataque, la embajada iraní ha publicado inmediatamente fotos de sus dependencias con visibles daños y el enviado especial del gobierno de Teherán ha asegurado a los medios locales que la respuesta de su país será "dura".
En total, han sido al menos ocho los fallecidos en el ataque israelí. La muerte de Reza Zahedi y los otros dos altos mandos de la Guardia Revolucionaria llega tres días después de la de Ali Abdulhassan Naim, subcomandante de la unidad de cohetes de Hezbolá, en el sur del Líbano.
Más distancia con EEUU
El camino elegido por Netanyahu de atacar a Irán, allí donde sea posible, pretende mandar un mensaje claro al régimen de Ebrahim Raisi, pero se aleja de la posición marcada desde el principio del conflicto en Gaza por los Estados Unidos.
La división entre ambos aliados, por mucho que se mantenga la ayuda militar, no deja de ampliarse con el paso del tiempo. Mientras el secretario de Estado, Antony Blinken, y el propio presidente Biden llevan meses pidiendo que la guerra no se extienda más allá de las fronteras de Gaza y que se busque un alto el fuego lo antes posible, Netanyahu ha optado por no achantarse y buscar las cosquillas a Irán, con las consecuencias que eso pueda tener.
El régimen de Teherán puede optar ahora por una respuesta directa o por dejar de nuevo el trabajo sucio a una de sus milicias. Podría ser Hezbolá desde el sur del Líbano o podrían ser de nuevo los hutíes y las Fuerzas Al Quds iraquíes. El gobierno israelí considera que su mejor defensa es el ataque y que eso evita las muestras de debilidad.
[Hezbolá, Hamás, Yihad Islámica, Siria e Irán se preparan ante un ataque de Israel sobre el Líbano]
Su aliado estadounidense piensa, en cambio, que se puede llegar a un acuerdo de cierta "normalidad" en la zona y que, gracias a la mediación de los países árabes, incluido en un futuro la propia Arabia Saudí, la estabilidad entre judíos y palestinos se puede conseguir pactando.
Está por ver cuál será la actitud de Rusia en un posible conflicto abierto entre Israel e Irán. Rusia e Israel han mantenido estrechos lazos diplomáticos durante décadas, pero su relación está ahora mismo congelada por la tibia reacción de Putin a los atentados de Hamás del 7 de octubre. Si a eso le unimos el apoyo de Irán a la guerra en Ucrania y la alianza militar de facto entre ambos países, está por ver si el Kremlin estaría dispuesto a abrir un nuevo frente o si con la lucha en el Donbás y la amenaza terrorista del ISIS tiene suficiente.
El futuro de Netanyahu
También está por ver en qué afectará este ataque a las interminables negociaciones en Doha y El Cairo para la liberación de los rehenes israelíes. Cada semana llegan noticias de supuestos acercamientos que acaban sistemáticamente en nada. Hay que recordar que, si bien la rama política de Hamás está más vinculada a Qatar y reside en Doha, la rama militar, asentada en Gaza y en posesión, presuntamente, de los secuestrados, obedece órdenes directamente de Irán. Si Teherán presiona para que no haya acuerdo, es casi imposible que lo haya. Y se está viendo.
Esto coloca al gobierno de Netanyahu en una posición más que delicada. Sus dos objetivos declarados al iniciar la ocupación de Gaza eran la eliminación total de Hamás y el rescate de los secuestrados el 7 de octubre. Después de más de 31.000 muertos, la extensa duración de los combates en torno al Hospital Al Shifa, en Gaza City, demuestran que acabar totalmente con la organización terrorista es muy difícil.
El Al Shifa ya fue tomado en noviembre y Gaza City se dio por controlada. Sin embargo, en cuanto se retiraron las tropas israelíes, los terroristas salieron de los túneles y solo este lunes, después de dos semanas, ha podido darse por acabada esta insurrección. Veremos cuánto tarda en llegar la siguiente.
En cuanto a los rehenes, ya se ha dicho, el acuerdo solo fue posible a finales de noviembre y durante poco menos de una semana. Desde entonces, no ha habido voluntad por ninguna de las dos partes: Hamás no ha dejado de exigir la retirada de las tropas israelíes, sabiendo que eso implica regalarles de nuevo el poder, mientras que Israel se ha negado a morder el cebo, asumiendo el sufrimiento del centenar de cautivos y sus familiares. Esto ha llevado a un fin de semana de intensas protestas en Jerusalén y Tel Aviv, donde miles de personas salieron a las calles a pedir el regreso de los rehenes y la dimisión de Netanyahu.
Este mismo martes, se celebrará una reunión telemática entre Tel Aviv y Washington para discutir el plan de ataque sobre Rafah. Es de suponer que Blinken volverá a presionar para que dicho ataque no se produzca, pero también es de suponer que Israel defenderá su autonomía.
Aparte, la reunión servirá para analizar escenarios posibles de represalia por parte de Irán y cómo hacerles frente. Estados Unidos se ha mostrado muy amenazante desde el principio con los ayatolás, pero entre el parón que el Congreso ha impuesto a la ayuda a Ucrania y la "rebeldía" israelí, es posible que Irán ya no vea a los norteamericanos como una potencia suficientemente disuasoria. Ya juraron venganza en 2020 tras el ataque que causó la muerte del general Soliemani y es posible que estén pensando ponerla en marcha.