Agencias

La ONG del chef español José Andrés, World Central Kitchen (WCK), ha informadoque retomará "su misión" en la Franja de Gaza el próximo lunes 29 de abril, un mes después de que siete trabajadores de la organización benéfica murieran en un ataque aéreo de Israel. "La alimentación es un derecho universal y nuestro trabajo en Palestina ha sido la misión que más ha salvado vidas en nuestros 14 años de historia organizacional. Continuaremos llevando la mayor cantidad de alimento posible a Gaza, por tierra, aire o mar", asegura la ONG.

"Vamos a reiniciar nuestras operaciones con la misma energía, dignidad y concentración a la hora de alimentar a la mayor cantidad de personas posible", asegura la ONG, "la situación humanitaria en Gaza sigue siendo terrible", ha afirmado la directora ejecutiva de la organización benéfica, Erin Gore. La organización benéfica dijo que tenía 276 camiones -con el equivalente a casi 8 millones de comidas- listos para ingresar por el cruce de Rafah y que también enviará camiones a Gaza desde Jordania.

Antes de detener las operaciones, WCK había distribuido más de 43 millones de comidas en Gaza desde octubre, lo que representa, según sus propias cuentas, el 62% de toda la ayuda internacional de las ONG.

Una de las cocinas de World Central Kitchen en la franja de Gaza World Central Kitchen/WCK.org

"Nos hemos visto obligados a tomar una decisión: dejar de alimentar por completo durante una de las peores crisis de hambre de la historia... o seguir alimentando aun sabiendo que la ayuda, los trabajadores humanitarios y los civiles están siendo intimidados y asesinados", ha dicho Gore.

"Estas son las conversaciones más difíciles. Hemos considerado todas las perspectivas al deliberar. Al final, decidimos que debemos continuar con nuestra misión, para proporcionar alimentos a las personas durante los momentos más difíciles", sentencian desde la ONG, que resaltan que aún siguen instando a una investigación independiente sobre el ataque de Israel. 

Las muertes del 1 de abril provocaron una condena generalizada y demandas de explicaciones por parte de los aliados de Israel, incluido Estados Unidos. Israel dijo que sus investigaciones habían encontrado graves errores e infracciones de procedimiento por parte de su ejército, despidiendo a dos altos oficiales y reprendiendo a altos comandantes.