Una delegación de Hamás ya se encuentra en El Cairo con "espíritu positivo" para tratar de alcanzar una posible tregua con Israel, confirmó la organización islamista en un comunicado. Una cita a la que no se sumará Israel.
"Haciendo hincapié en el espíritu positivo con el que los dirigentes del movimiento abordaron el examen de la propuesta de alto el fuego que recibieron recientemente, vamos a ir a El Cairo con el mismo espíritu para llegar a un acuerdo", señala la nota.
Insiste también en este comunicado en la determinación, tanto de Hamás como de "las fuerzas de resistencia palestinas" de madurar el acuerdo para conseguir las "demandas de nuestro pueblo".
Concretamente, las exigencias que cita son: "detener por completo la agresión, la retirada de las fuerzas de ocupación, el regreso de los desplazados y el alivio de nuestro pueblo, el inicio de la reconstrucción y la conclusión de un acuerdo de intercambio serio".
Hamás ha adelantado que podría ofrecer una respuesta a principios de la semana que viene, incluso mañana, mientras que el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha presionado al grupo palestino amenazando con comenzar la postergada invasión terrestre de Rafah, donde viven 1,4 millones de personas hacinadas, tanto si se demora en su respuesta como si la rechaza.
Uno de los puntos más controvertidos del acuerdo es la demanda de un cese completo de la ofensiva israelí a lo que los socios de Gobierno más radicales de Netanyahu se oponen hasta el punto de que han amenazado con abandonar el Ejecutivo en caso de un alto el fuego permanente.
Funcionarios israelíes insistieron este sábado en que Israel no aceptará un alto el fuego permanente como parte de un acuerdo con Hamás para intercambiar rehenes por presos palestinos.
El propio Netanyahu ha insistido en varias ocasiones que la guerra continuará hasta que se logren todos sus objetivos que son acabar con Hamás en la Franja de Gaza y recuperar a los rehenes que todavía permanecen en manos del grupo.
Crece la presión internacional
Esos nuevos contactos entre Hamás e Israel coinciden con crecientes presiones de Estados Unidos y de los principales actores europeos, en favor de una tregua que permita la liberación de rehenes en Gaza y el aumento de la ayuda a los gazatíes bajo el asalto incesante de Tel Aviv.
El Ejército de Israel inició una ofensiva sobre la Franja de Gaza tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron 1.200 muertos y 240 rehenes, de los que ya han sido liberados un centenar.
Desde entonces, las autoridades del enclave, controladas por el grupo islamista, han notificado la muerte de casi 35.000 personas, a los que se suman más de 480 en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas de seguridad y de colonos israelíes. En concreto, el Gobierno de la Franja, vinculado a Hamás, tiene constancia de 34.622 fallecidos y 77.867 heridos.
Se trata en cualquier caso de un balance provisional, ya que las autoridades han advertido de que sigue habiendo víctimas bajo los escombros o en zonas inaccesibles para los servicios de emergencia.