En un breve comunicado, Hamás anunció el lunes por la tarde que aceptaba un acuerdo de alto el fuego propuesto por Egipto. Israel, no obstante, consideró el acuerdo como una "versión suavizada" de la propuesta original y, por ende, inaceptable. Una de las principales discrepancias entre ambas partes, según informan medios israelíes, radica en el número de rehenes israelíes vivos que serían liberados durante la tregua.
De acuerdo con la propuesta aceptada por Hamás, el grupo tendría previsto liberar a 33 rehenes, tanto vivos como fallecidos, durante la primera fase del acuerdo, los cuales incluyen mujeres, mujeres soldado, niños menores de 19 años, adultos mayores de 50 años y enfermos. Eso sí, el grupo no ha especificado cuántos de los 33 rehenes seguían vivos y cuántos habían muerto.
Israel, en cambio, demandó inicialmente la liberación de 40 rehenes vivos en la primera fase del plan de tres etapas, de un total de los 132 que aún permanecen en Gaza, todos considerados dentro de la conocida como categoría "humanitaria": mujeres, niños, ancianos y enfermos.
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Según varios informes, Tel Aviv accedió a reducir el número a 33 después de que Hamás indicara que no tenía suficientes rehenes vivos en esa categoría. Sin embargo, el diario israelí Haaretz afirma que Israel insiste en la liberación de los 33 rehenes vivos, a un ritmo de tres cada tres días, en contraste con la oferta de Hamás, que también incluye rehenes fallecidos.
El acuerdo propuesto por Hamás implica un alto el fuego en Gaza que consta de tres fases, según fuentes cercanas a las conversaciones. Durante la primera fase se aplicaría un cese de hostilidades de 40 días, con posibilidad de extensión, además de la retirada de las fuerzas israelíes hacia el este de la Franja, alejándose de las zonas densamente pobladas.
La propuesta también contempla el retorno de los desplazados a sus hogares, mientras que Hamás liberaría tres rehenes israelíes cada tres días a partir del primer día de la tregua. Por su parte, Israel excarcelaría a un número correspondiente de prisioneros palestinos, aunque la cifra aún está por determinar.
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La segunda fase del acuerdo involucra un cese permanente de las operaciones militares de Israel en Gaza, seguido por negociaciones indirectas con Israel mediadas por Egipto y Catar. Tel Aviv, por su parte, ha afirmado insistentemente que no aceptará un acuerdo que implique un alto el fuego permanente y que reanudará su campaña militar tras cualquier acuerdo de tregua por rehenes, con el fin de completar sus dos objetivos declarados, según The Times of Israel: liberar a todos los rehenes y destruir todas las capacidades militares y el gobierno de Hamás.
En respuesta a la aceptación de la propuesta egipcia por parte de Hamás, el Gabinete de Guerra israelí, liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, ha accedido a que una delegación se reúna con los mediadores para continuar las negociaciones en busca de un posible alto el fuego. "A pesar de que la propuesta de Hamás está lejos de cumplir con los requisitos de Israel, Israel enviará una delegación de mediadores para agotar la posibilidad de alcanzar un acuerdo bajo condiciones aceptables", dijo la Oficina del primer ministro en un comunicado.