Israel y su principal aliado, EEUU, han reaccionado con dureza a la petición del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir una orden de captura del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y de su ministro de Defensa, Yoav Gallant, junto a los líderes de Hamás por crímenes de guerra.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha tildado de "intolerable" y "vergonzosa" esta solicitud, mientras el propio Netanyahu ha subrayado que nada se interpondrá en la derrota de Hamás y la victoria total de Israel Gaza: "No nos detendrán, venceremos".

En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Biden insiste en que independientemente de lo que diga el fiscal "no existe ninguna comparación posible entre Israel y Hamás" y reafirma que Estados Unidos apoyará siempre al Estado judío ante "las amenazas a su seguridad".

"Rechazamos la equivalencia que hace el fiscal entre Israel y Hamás. Es vergonzoso", expresó, por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en otro comunicado.



El jefe de la diplomacia estadounidense explicó que "Hamás es una brutal organización terrorista" que el pasado 7 de octubre "llevó a cabo la peor masacre desde el Holocausto y que todavía mantiene como rehenes a decenas de personas".



A juicio de Blinken, la CPI "no tiene jurisdicción sobre este asunto" y denunció que hay "cuestiones procesales profundamente preocupantes" en la investigación.



Según el secretario de Estado, el Gobierno israelí "estaba dispuesto a cooperar" a pesar de que Israel no forma parte del tribunal e incluso estaba prevista una visita del fiscal general de la CPI al Estado judío la semana que viene. Sin embargo, prosiguió Blinken, un equipo del fiscal canceló por sorpresa un viaje a Israel previsto este lunes para preparar la visita del fiscal al mismo tiempo en que Khan aparecía en televisión para anunciar los cargos. "Estas y otras circunstancias ponen en duda la legitimidad y credibilidad de esta investigación", opinó.



Por último, el jefe de la diplomacia estadounidense ha afirmado que la decisión del fiscal de la CPI "podría poner en peligro" las negociaciones de un acuerdo entre Israel y Hamás por un alto el fuego en Gaza y la liberación de los secuestrados.

Netanyahu: "Hamás será derrotado"

Netanyahu, por su parte, reafirmó que esta petición del fiscal general de la CPI, institución a la que acusa de antisemita, no alterará su hoja de ruta en Gaza: "No nos detendrán, Hamás será derrotado y lograremos la victoria final.

El primer ministro arremetió contra la solicitud del fiscal acusándole de comparar a los soldados israelíes con "los monstruos" de Hamás. "¿Con qué autoridad osas comparar a los monstruos de Hamás con los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), el ejército más moral del mundo?", subrayó el mandatario visiblemente enfadado en un mensaje en vídeo.

Netanyahu aseguró que la decisión de Khan de pedir órdenes de arresto contra altos cargos israelíes al mismo tiempo que lo hacía para tres líderes del grupo islamista (Yahya Sinwar, Ismail Haniyeh y Mohamed Deif) es una "completa distorsión de la realidad".

"Como primer ministro de Israel, rechazo con repugnancia la comparación del fiscal de La Haya entre la Israel democrática y los asesinos de masas de Hamás", enfatizó el mandatario.

Khan pidió este viernes autorización a los jueces de la CPI para emitir órdenes de detención contra Netanyahu, su ministro de Defensa y los tres líderes de Hamás por presuntos crímenes de guerra durante los ataques de Hamás del 7 de octubre y la posterior ofensiva israelí en la Franja de Gaza.

Entre los crímenes de los que responsabiliza a los dos funcionarios israelíes está el uso del hambre como "método de guerra" contra los civiles y el "asesinato intencionado", mientras que a los líderes de Hamás los responsabiliza del asesinato de cientos de civiles israelíes el 7 de octubre.

Israel no forma parte de la CPI, al igual que Estados Unidos, por lo que no estaría obligado a acatar sus órdenes.

Sin embargo, todos los países de la Unión Europea (UE) han ratificado el Estatuto de Roma, por lo que, de emitirse las órdenes, el mandatario israelí no podría cruzar las fronteras europeas, aunque aún no está claro qué Gobiernos acatarían la decisión.