Las bombas utilizadas en el ataque israelí que mató este domingo a decenas de palestinos en un campo de desplazados en Rafah, en Gaza, fueron fabricadas en Estados Unidos, según expertos y análisis realizados por varios medios estadounidenses sobre el incidente.
Según informan The New York Times y la cadena de televisión CNN este miércoles todo el armanento que Israel utilizó en este ataque fue diseñado, fabricado y posteriormente enviado por EEUU. En dicho ataque murieron 45 palestinos, muchos de ellos niños.
Según el Times "los restos de munición filmados en el lugar del ataque al día siguiente eran de una GBU-39, una bomba diseñada y fabricada en Estados Unidos".
La CNN, por su parte, asegura que "se utilizaron municiones fabricadas en Estados Unidos en el mortal ataque israelí" y precisa que en un vídeo compartido en las redes sociales, que la cadena geolocalizó y fue analizado por expertos, se ve la cola de una bomba de pequeño diámetro (SDB) GBU-39 de fabricación estadounidense.
Munición de alta precisión
El diario neoyorquino agrega que el detalle clave en los restos del arma encontrada fue el sistema de actuación de la cola, que controla las aletas que guían al GBU-39 hacia un objetivo, según Trevor Ball, extécnico de eliminación de artefactos explosivos del ejército de EEUU.
Los fragmentos de munición, filmados por Alam Sadeq, un periodista palestino, también están marcados por una serie de números que comienzan con “81873”. Este es el código de identificación único asignado por el Gobierno de Estados Unidos a Woodward, un fabricante aeroespacial con sede en Colorado que suministra piezas para bombas, incluida la GBU-39, insiste el rotativo.
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La GBU-39, también fabricada por Boeing, es una munición de alta precisión "diseñada para atacar objetivos puntuales estratégicamente importantes" y provocar pocos daños colaterales, dijo a CNN el experto en armas explosivas Chris Cobb-Smith.
Sin embargo, “el uso de cualquier munición, incluso de este tamaño, siempre implicará riesgos en un área densamente poblada”, agregó el especialista, quien también es exoficial de artillería del ejército británico.
El ataque aéreo israelí afectó a un campamento de tiendas de campaña para personas desplazadas en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde la guerra ha causado unos 36.000 muertos, más del 70% civiles, desde que comenzó hace más de siete meses y medio.
Los fallecidos se encontraban en una supuesta "zona segura" en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah, donde había cientos de personas desplazadas en un campamento improvisado que Israel aún no había ordenado evacuar.
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Tras conocerse el incidente, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que la muerte de civiles en Rafah era un "trágico percance" y que se iba a iniciar un investigación al respecto.
Por su parte, el Pentágono defendió este martes que la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel en Rafah tienen un alcance limitado y aunque calificó de "horrible" el ataque sobre un campo de desplazados pidió esperar a los resultados de la investigación israelí.
"Todavía pensamos que es una operación limitada", dijo en una conferencia de prensa la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh.
Estados Unidos ha amenazado con dejar de suministrar armas a Israel si persiste en sus ataques sobre Rafah, una decisión que finalmente no ha materializado el presidente demócrata Joe Biden, que sigue defendiendo su apoyo como primer aliado occidental al Gobierno de Netanyahu.